
Uno de los factores que más impacto posee en la percepción de un espacio es el color. Dentro de este ámbito, los tonos neutros son idóneos para crear atmósferas cálidas y luminosas. Sin embargo, con tonalidades más terrosas –como el naranja o algún marrón– se consigue una sensación de confort y vitalidad y, por último, el uso de una paleta más fría ayudará a conseguir un ambiente más elegante y sereno.Aunque sea menos común, arriesgar en las tonalidades de las cortinas puede ser un gran acierto: “introducir colores más llamativos como el rojo o el morado –siempre que estén en consonancia con el hogar– pueden generar una sensación de elegancia y sofisticación”.Pero, ¿cómo saber cuál quedará mejor en nuestra casa? La tonalidad debe relacionarse con los estar en sintonía con la gama cromática predominante en la estancia o, por el contrario, utilizar las cortinas para generar contraste. “Cuando busco crear un un ambiente sereno y armonioso, elijo cortinas en un color similar al de las paredes, pero en un tono ligeramente más claro o más oscuro. Por ejemplo, si las paredes son beige, opto por cortinas en un tono arena o marrón claro. Si por el contrario busco contraste mediante las cortinas suelo recomendar el uso de colores complementarios”, explica Rodrigo.Otro de los factores que determina la elección de un tipo de cortinas u otras es la opacidad. YEn función del grado que empleemos podemos jugar tanto con la iluminación de la estancia, como con la privacidad de esta. En relación a esto, Lucía Rodrigo sostiene que “las cortinas nos permiten “esculpir” la luz natural, filtrándola, difuminándola o bloqueándola por completo para crear diferentes ambientes a lo largo del día”.¿Qué materiales escogemos?DOSMASENLAMESA
Fuente:
Autor: Paula Alcocer