
<p class="caption-title ">La presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, saluda al comisario de Comercio y Seguridad Económica, Maros Sefcovic, este miércoles durante la reunión del Colegio de Comisarios</p> <span class="caption-author ">Geert Vanden Wijngaert / Ap-LaPresse</span>
Europa busca su lugar en el mundo para competir directamente con los gigantes globales. La Comisión Europea ha lanzado hoy la esperada Brújula de la Competitividad, la hoja de ruta para que las empresas europeas sean capaces de mirar de tú a tú a sus rivales en mercados tan complicados como EE.UU. o China. Después del diagnóstico alarmante del informe del italiano Mario Draghi, que pedía una coordinación mayor en la política industrial e inversiones masivas para seguir el ritmo global, la UE ahora quiere arremangarse en un esfuerzo basado en cerrar la brecha digital, la simplificación de la burocracia y la reducción de los costes de la energía, entre otras medidas, que pretende ser el corazón del programa de Ursula von der Leyen en esta legislatura.
“Europa tiene todo lo que necesita para triunfar en la carrera hacia la cumbre. Pero, al mismo tiempo, debemos corregir nuestros puntos débiles para recuperar la competitividad”, ha admitido Von der Leyen. “La Brújula de la Competitividad transforma las excelentes recomendaciones del informe Draghi en una hoja de ruta. Ahora tenemos un plan. Tenemos la voluntad política. Lo que importa es la velocidad y la unidad. El mundo no nos está esperando. Todos los Estados miembros están de acuerdo en esto. Así que convirtamos este consenso en acción”, ha asegurado la presidenta comunitaria, en línea con sus reciente mensaje en el Foro de Davos.
Nuevo orden mundial
Bruselas se mueve cuando el presidente de EE.UU. amenaza con medidas proteccionistasEl visto bueno del Colegio de Comisarios al plan europeo no puede llegar en un momento más delicado para Europa, cuando el presidente de EE.UU., Donald Trump, amenaza con medidas proteccionistas entre anuncios de grandes inversiones en materia de inteligencia artificial como la china DeepSeek, que ha revolucionado el mercado. En el terreno digital, la distancia entre Europa y Estados Unidos y China es cada vez mayor, con las empresas quejándose por una excesiva regulación y los altos costes de la energía que frenan la innovación. Si la pasada legislatura europea estuvo centrada en la agenda verde, ahora Europa ha pasado página y lo que más le importa es tener su lugar en esta carrera global.
Por eso, frente al creciente proteccionismo de EE.UU. o China, la Comisión de Von der Leyen no se quiere quedar atrás y también pretende poner por delante las empresas comunitarias en sectores estratégicos. Es lo que, utilizando el lenguaje de Donald Trump, podría ser un “Europa primero”. La propuesta, prevista para el 2026, consiste en una revisión de la directiva de la contratación pública para introducir una “preferencia europea” para “sectores y tecnologías críticos”.
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Pero hay más: afrontar la brecha de innovación era uno de los grandes deberes que imponía el exprimer ministro italiano Mario Draghi a Europa, y de hecho es uno de los tres grandes pilares de la hoja de ruta de la competividad: la Comisión propondrá las iniciativas “Gigafactorías de Inteligencia Artificial” para impulsar el desarrollo y la adopción industrial de la IA en sectores clave. También hay planes de acción para materiales avanzados, cuántica, biotecnología, robótica y tecnologías espaciales.
Otra de las medidas más llamativas es que Bruselas pretende proponer a corto plazo, ya este mismo año, una plataforma para la compra conjunta de materiales críticos. En un mundo global donde la UE está tratando de diversificar en materia comercial, ahora la Brújula de la Competitividad quiere aumentar las cadenas de suministro. Como ya se hizo con tanto éxito con la compra conjunta de las vacunas durante la pandemia, ahora la UE quiere que haya una coordinación comunitaria para que las empresas europeas no tengan problemas a la hora de obtener las materias primas críticas que hoy en día se han convertido en protagonistas dentro de la carrera tecnológica global. Con el fin, según el documento interno, de “identificar las necesidades de la industria europea, agregar la demanda y coordinar las compras conjuntas”.
El vicepresidente ejecutivo de Estrategia Industrial, Stephane Sejourne, y la vicepresidenta de Competencia, Teresa Ribera, en la reunión comunitaria de esta mañana
OLIVIER HOSLET / EFE
La prioridad también es abordar los altos precios de la energía que dificultan la competitividad de las empresas europeas. El estallido de la guerra entre Rusia y Ucrania ha privado a la UE del suministro de gas ruso barato, y las empresas ahora deben adaptarse a elevados costes de energía, que afectan gravemente su competitividad. Por eso, la Comisión quiere intervenir para abaratar los costes y permitir el acceso a energía limpia. Está previsto un Acuerdo para la Industria Limpia “con el fin de convertir a la UE en un lugar atractivo para la fabricación, incluidas las industrias de alto consumo energético, y promover las tecnologías limpias y los nuevos modelos de negocio circulares”. Dentro se incluirá un plan de acción para reducir los precios energéticos y una ley de Aceleración de la Descarbonización Industrial que ampliará y acelerará la concesión de permisos a los sectores en transición. La Brújula cuenta además con planes a medida para los sectores que consumen mucha energía, como el siderúrgico, el metalúrgico y el químico. Son la columna vertebral del sistema manufacturero europeo, y a la vez los más vulnerables en esta fase de transición.
El texto incluye por primera vez un calendario para presentar propuestas concretas. Por ejemplo, para el 2026 la Comisión quiere revisar la regulación sobre las fusiones. El objetivo es favorecer la creación de los famosos gigantes europeos que puedan mirar de frente a las grandes empresas en EE.UU. Además, aborda la necesidad de modificiar las normativas y regulaciones para hacer negocios, algo que Donald Trump también quiere hacer en Estados Unidos. Reducir la carga burocrática que hace que las empresas tengan muchos problemas y convierten en Europa, según los expertos, en un lugar menos atractivo para invertir. Dentro de la voluntad de simplificación, por ejemplo, hay medidas como la introducción de una nueva definición de empresa entre las PYMES y las grandes compañías para que todas ellas que puedan estar incluidas dentro de esta definición tengan más facilidades a la hora de operar.
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Autor: Anna Buj Cussó