
<p class="caption-title "> </p> <span class="caption-author ">Kenzo Tribouillard / AFP</span>
“Puede ser peligroso ser el enemigo de América , pero ser amigo de América es fatal”, según frase atribuida a Henry Kissinger. Eso deben de estar pensando Justin Trudeau y Claudia Sheinbaum después de que Donald Trump impusiera aranceles del 25% a las importaciones de Canadá (excepto un 10% para el petróleo) y México. Trump anula así de facto el tratado de libre comercio de Norteamérica, revisado en el 2020 (USMCA). Se decía que a Trump se le tenía que tomar en serio, pero no literalmente, ahora quizás habrá que revisar la frase.
Kenzo Tribouillard / AFP
El flamante presidente argumenta que estos países permiten el paso de droga (fentanilo) e inmigrantes ilegales por sus fronteras. En el caso de Canadá, la afirmación es sorprendente, ya que el paso de fentanilo y de inmigrantes sin papeles es pequeño. Si la medida pretende fomentar la industria en EE.UU., no tiene sentido, porque las cadenas de producción en Norteamérica están integradas. Los aranceles son una mala noticia para Detroit. En Trump 1.0 se pusieron aranceles moderados que, como en el caso del aluminio y el acero, sirvieron para crear algunos puestos de trabajo más en esas industrias a costa de destruirlos en las industrias que usan esos materiales. Además, indujeron represalias de países afectados. La reacción de Canadá y México ha hecho posponer, de momento, los aranceles que perjudicarán a todos, pero menos a un país grande como EE.UU. China, muy competitiva, ha reaccionado selectivamente a los aranceles más moderados del 10%, y no le interesa entrar en una guerra comercial. Se puede abrir unilateralmente al comercio, dado que tiene costes de producción bajos y tecnología avanzada.
La UE tiene que reformarse para hacerse más fuerte y usar sus regulaciones para promover la innovaciónLos aranceles pueden ser muy destructivos, como se demostró en los años treinta en EE.UU. con la ley Smoot-Hawley, cuando se generó una guerra comercial que contribuyó a la Gran Depresión. Saltarse los tratados como ha hecho Trump perjudicará gravemente la credibilidad de EE.UU. en futuros acuerdos, aumentando la incertidumbre, y aún peor si se reemplaza acuerdos multilaterales por transacciones forzadas bajo amenaza.
Trump cree que Europa ha tratado muy mal a EE.UU. por no comprar suficientes vehículos y productos agrarios. Eso significa que los aranceles llegarán y perjudicarán más a países como Alemania e Italia, que comercian más con EE.UU., y también productos agroalimentarios españoles, como el aceite, el vino, o los bienes de equipo. Trump es duro con los débiles, pero respeta a los fuertes, según la ley del patio de colegio. Para construir una respuesta europea no hay que hacerse la víctima sino ofrecer resistencia. La UE tiene suficiente volumen para resistir y debe tener una estrategia independiente y unitaria (como en el Brexit). En segundo lugar, debe ser pragmática en el nuevo entorno transaccional. La UE tiene que buscar aliados en el mundo, nuevos mercados y alianzas comerciales si es necesario. The Economist ya propuso, medio en broma, que Canadá entrara en la UE. El pragmatismo debe tener cierta dosis de “Europa primero” para no querer arreglar todos los problemas del mundo ante otros países que deshacen lo que Europa hace. La lucha contra el cambio climático debe hacerse de forma efectiva dado que es un problema global. Si queremos tener industria avanzada y limpia, necesitamos una transición energética que fomente la competitividad. En tercer lugar, Europa no puede tener una estrategia autónoma sin una defensa autónoma. No solo hay que invertir sino que la UE y el Reino Unido se necesitan mutuamente. La UE tiene que estar en la negociación del alto el fuego en Ucrania y comprometerse en su futuro, se juega su estabilidad.
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Xavier Vives
Finalmente, lo más importante, la UE debe reformarse para hacerse más fuerte y usar sus regulaciones para promover la innovación. El complejo industrial-tecnológico de EE.UU. se ha subido al carro del poder para sobrevivir y crecer, y la UE tiene instrumentos como las leyes de servicios y de mercados digitales y de la IA para regular el mundo digital. TikTok ha sido prohibido en EE.UU., y por lo tanto es factible hacerlo. Ahora bien, hay que eliminar el exceso de regulación y de burocratización. La aparición de DeepSeek en China nos muestra que no necesariamente hemos perdido el tren de la IA si innovamos. Los EE.UU. de Trump nos tienen que espolear a ser más independientes, pragmáticos, innovadores, y menos reglamentistas.
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Autor: Xavier Vives