
La Meganeura, una de las especies de insectos más grandes que han existido, sobrevolaba los bosques pantanosos durante el período Carbonífero. Se han encontrado fósiles en Francia, Inglaterra y Estados Unidos, y los primeros restos fueron descubiertos en 1880 por el paleontólogo Charles Brongniart en Commentry, Francia. Según la bióloga e investigadora del CONICET, Alejandra Pagani, este insecto tenía una envergadura impresionante: «Meganeura tenía una envergadura de cerca de 70 centímetros con las alas abiertas. Y hay otra especie, Meganeuropsis permiana, que llega a los 71. Ningún insecto actual llega a esa envergadura», explicó en una entrevista con Infobae. ¿Por qué los insectos eran tan grandes en el pasado? © iStock. El tamaño gigantesco de la Meganeura se debe, en parte, a la alta concentración de oxígeno en la atmósfera durante el período Carbonífero. En esa época, el nivel de oxígeno era hasta un 50% mayor que en la actualidad, lo que permitía a los insectos desarrollar cuerpos mucho más grandes sin sufrir problemas respiratorios.
Además, en aquel tiempo los depredadores aéreos eran escasos. Las aves aún no existían, y los reptiles voladores como los pterosaurios aparecerían mucho después. Este ecosistema favorecía la supervivencia de insectos de gran tamaño, que dominaban los cielos sin demasiada competencia.
Características impresionantes del insecto gigante © Reddit. El nombre Meganeura proviene del griego y significa “grandes nervios o venas”, haciendo referencia a la compleja red de venas en sus alas. Estas estructuras eran estrechas, largas y con una nervadura densa, lo que les otorgaba flexibilidad y rigidez al mismo tiempo, permitiéndole un vuelo ágil y preciso.
Otras características clave de la Meganeura incluyen:
Ojos grandes y complejos: Su sistema visual estaba altamente desarrollado, con ojos sobresalientes y múltiples lentes hipertrofiados, lo que le permitía detectar presas y depredadores con facilidad. Cuerpo alargado y esbelto: Su forma era similar a la de las libélulas actuales, con un tórax especialmente adaptado para el vuelo rápido y eficiente. Habilidades de caza: Era un depredador voraz, capaz de capturar pequeños insectos y otros artrópodos en pleno vuelo, utilizando su agilidad y visión avanzada. ¿Qué provocó su extinción? © iStock. A pesar de su éxito como depredador aéreo, la Meganeura desapareció hace millones de años. Se cree que su extinción estuvo relacionada con el cambio en la composición atmosférica, especialmente la reducción del nivel de oxígeno. A medida que los niveles descendieron, el tamaño de los insectos gigantes se volvió insostenible, lo que llevó a la aparición de especies más pequeñas y adaptadas a las nuevas condiciones.
Además, con el tiempo surgieron nuevos competidores y depredadores, como los primeros reptiles voladores y, posteriormente, las aves. Esto hizo que los insectos de gran tamaño fueran menos viables en el ecosistema. ¿Existen insectos similares en la actualidad? © iStock. Si bien ningún insecto moderno alcanza el tamaño de la Meganeura, su pariente más cercano es la libélula, que conserva muchas de sus características, como el cuerpo alargado, las alas amplias y la extraordinaria visión. Sin embargo, las libélulas actuales no superan los 20 centímetros de envergadura en el mejor de los casos, quedando muy lejos del coloso prehistórico que alguna vez dominó los cielos.
El hallazgo y estudio de fósiles como los de la Meganeura nos permite entender mejor la evolución de los insectos y cómo los cambios ambientales influyen en la vida en la Tierra. Aunque este gigante ya no existe, su historia sigue siendo una de las más impresionantes de la prehistoria.
Fuente:
Autor: Martín Nicolás Parolari