
Beneficios de consumir miel diariamente Si pensamos en alimentos dulces, la miel suele ser una de las primeras opciones que nos viene a la mente. Su textura viscosa y su color dorado la hacen inconfundible, además de ser un ingrediente habitual en la cocina, tanto en recetas dulces como saladas. Desde endulzar un café hasta formar parte de platos como la berenjena con miel o salsas para carnes, su versatilidad es indiscutible. Para aprovechar al máximo sus beneficios, es fundamental optar por una miel de calidad, evitando aquellas que contienen azúcares añadidos. Según el Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación, existen dos tipos principales de miel: la de flores, que proviene de plantas como el brezo, el romero o la acacia, y la miel de rocío, extraída de árboles como el abeto. Más allá de su valor culinario, la miel es apreciada por sus propiedades medicinales. Contiene una mezcla de carbohidratos, enzimas, aminoácidos, minerales y antioxidantes que pueden influir positivamente en la salud. Consumida en cantidades moderadas, se le atribuyen beneficios como la reducción del colesterol LDL, la disminución de triglicéridos y la prevención de coágulos sanguíneos. También puede ayudar a aliviar la tos, calmar la garganta irritada y proteger el corazón del estrés oxidativo.
¿Cómo influye la miel en la salud del hígado? El hígado desempeña funciones vitales como la desintoxicación del cuerpo, el almacenamiento de vitaminas y minerales y la producción de bilis para la digestión. Por ello, mantenerlo en buen estado es clave para la salud general.
Uno de los efectos más destacados de la miel en el hígado es su capacidad para reducir la acumulación de grasa en este órgano. Estudios indican que puede ayudar a disminuir un marcador clave de la enfermedad del hígado graso no alcohólico (EHGNA), una de las afecciones hepáticas más comunes en el mundo. La EHGNA se produce cuando la grasa se acumula en las células hepáticas, lo que puede derivar en problemas graves si no se controla.
El consumo moderado de miel podría contribuir a reducir el riesgo de desarrollar esta enfermedad o incluso frenar su progresión en quienes ya la padecen. Sin embargo, es importante recordar que, debido a su contenido en azúcares naturales, las personas con diabetes o con problemas hepáticos avanzados deben consultar a un especialista antes de incorporarla de forma regular a su dieta.
En conclusión, la miel puede ser una aliada para la salud del hígado y el organismo en general, siempre que se consuma con moderación y dentro de una alimentación equilibrada.
Fuente: ABC Bienestar.
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Autor: Thomas Handley