
El perfume dulce y francés que usábamos las adolescentes de los 90: Lolita LempickaSi la vainilla es la nota de la Generación Z en 2025, los frutos rojos fueron, sin duda, el olor de las adolescentes de los 90. Lo digo como miembro de esa generación que invertía varias de sus pagas semanales en las fragancias de mora de Yves Rocher y pedía como regalo de cumpleaños algunos de los perfumes icónicos de la época como el de Lolita Lempicka, con olor a cereza y violeta. Era un clásico de finales de los 90 como lo fue Anais Anais de Cacharel o Halloween de Jesús del Pozo. Los institutos olían a estos aromas gourmand como ahora huelen a las fragancias de Zadig & Voltaire, Kayali o Sol de Janeiro. Pero lo especial del perfume de Lolita Lempicka, lanzado en 1997 y versionado en 2017 con su estela Mon Premier, es que muchas de las que lo usaban en ese momento lo siguen utilizando en su vida adulta. Yo dejé de llevarlo bastantes años, pero ahora, a mis 42, he vuelto a él. Y tengo varias amigas más fieles que yo en materia de perfumes que no han dejado de usarlo desde entonces o que lo han alternado solo con un escueto número de perfumes (pero siempre teniéndolo en su radar). Una de ellas, por ejemplo, recuerda que fue el primer regalo que le hizo su novio cuando “éramos unos críos” y desde entonces ha vuelto a él de manera recurrente. Y no solo por los buenos recuerdos que le traía, sino también por su olor, por el efecto wow que siempre genera cuando lo lleva –“Cuando me lo ponía no pasaba desapercibida”, me cuenta– y porque pese a su aroma dulce y con estela, “no me da dolor de cabeza”, añade.Un recuerdo de adolescenciaTal y como nos confirman desde la marca en España, sus consumidoras son muy fieles, no solo por su aroma adictivo (doy fe, engancha, es una mezcla de notas dulces y ricas como la cereza, la vainilla o el regaliz, pero con un toque de olor a limpio) sino también “por añoranza a esa época tan bonita”. Del poder evocador de los perfumes hemos hablado largo y tendido, pero es cierto que en cuestión de segundos un olor puede recordarte muchas cosas. Y la juventud siempre tuvo sus cosas buenas. “Este aroma me transporta a mi adolescencia. Era el perfume que utilizaba mi hermana y sus amigas (seis años mayores que yo). Y, claro, cuando yo tenía 15 quería ser como ellas así que esa fragancia me fascinaba y se la quitaba siempre que podía. Un día descubrí que mi abuela (siempre ha sido muy moderna) la tenía en su baño, así que iba siempre que podía a rociarme con ella. Recuerdo a la perfección su packaging, el dispensador tan particular que tenía y, por supuesto, sus notas dulces pero a la vez sofisticadas. Llevarla puesta me hacía sentir mayor”, me cuenta otra de sus devotas.Lolita Lempicka y su parisina concepción del perfumeEs imposible no hablar de este perfume sin hablar de la propia Lolita Lempicka, una francesa de Burdeos –su verdadero nombre es Josiane Maryse Pividal– que de pequeña cosía vestidos a sus muñecas, que en los 80 fundó su firma de moda y en los 90 cambió la percepción que se tenía del perfume envolviéndolo de un halo de sofisticación muy parisino. Ella nos descubrió que le gusta perfumar su almohada y el pijama y que ponerse perfume en el pelo es una alternativa para que el olor dure más tiempo. “Además, cuando alguien se acerca para darte un beso puede olerlo", nos contó durante una entrevista. Y añadió a modo de conclusión final que hoy tiene más sentido que nunca. “Creo que es una lástima no usar perfume. Vivimos en una ciudad y captamos todos sus olores y olemos a contaminación, humo, comida… El perfume es una protección, es la burbuja que hemos elegido". Nada más que decir.Eau de Parfum Mon Premier, de Lolita LempickaPerfume vegano de la familia floral frutal gourmand con notas de cereza, anís estrellado, regaliz, violeta, raíz de lirio, praliné, vainilla, haba tonka, almizcle y vetiver.Estos son los perfumes de mujer que mejor huelenPor Mayte Salido y Alexandra Lores
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Autor: Ana Morales