
<p class="caption-title ">Concierto de Amaia Romero “Si abro los ojos no es real” en el Sant Jordi Club</p> <span class="caption-author ">Andrea Martínez</span>
Amaia lo dejó claro desde el primer momento: “Este concierto es de prueba”. A solo 20 minutos de subir al escenario, la cantante y compositora sorprendió al público al disculparse y retirarse brevemente para cambiarse de vestuario antes de continuar con su actuación. Otros quizás habrían intentado disimular el error, pero no Amaia. “Perdón, estoy muy nerviosa”, confesó con sinceridad. Cientos de jóvenes, asombrados, parpadeaban y observaban el escenario como si lo que veían no fuese real. Pero lo era. El sueño onírico de Amaia cobró vida anoche en el Sant Jordi Club, en la primera de sus dos fechas con entradas agotadas en Barcelona. Así dio inicio su gira Si abro los ojos no es real, un viaje musical que reflejó el crecimiento de la artista.
Concierto de Amaia Romero “Si abro los ojos no es real” en el Sant Jordi Club
Andrea Martínez
El concierto arrancó con la joven de 26 años al piano, sumergida en la música desde el primer segundo. Sin pausas entre canciones, interpretó Visión, Tocotó y Magia en Benidorm, tres temas de su último disco. Se balanceaba de un lado a otro entre melodías y acompañaba cada acorde con sutiles coreografías, casi como vídeos de TikTok que el público replicaba con devoción. La atmósfera era de calma y complicidad, una armonía en la que todos cantaban cada palabra sin perder de vista a la cantante. El piano no fue el único instrumento con el que Amaia sorprendió anoche.
En La vida imposible, del álbum Cuando no sé quién soy, tocó el teclado con una mano mientras sostenía el micrófono con la otra. En Yamaguchi, otro tema del mismo disco inspirado en un parque de su Pamplona natal, tomó la guitarra, con la que también regaló a una fan del público una impecable interpretación de Cumpleaños feliz. Pero la mayor sorpresa llegó cuando Amaia se sentó ante un arpa. Una versión eterea de Ya está envolvió la sala en un ambiente surrealista que emocionó al público hasta las lágrimas. El momento fue ovacionado, pero aún quedaba más.
Más allá de su repertorio
Amaia interpretó 'Me pongo colorada', de Papá Levante y la canción popular 'Zorongo gitano’Dos horas en escena sin pausas —más allá de aquel breve momento al inicio para corregir su vestuario— y casi 30 canciones. Amaia recorrió por completo su último disco, pero también rescató algunos de sus “clásicos”, como ella misma llamó a los temas con los que inició su carrera. Entre ellos, El relámpago, el primer sencillo de su álbum debut, y Quiero que vengas, también de Pero no pasa nada.
Más allá de su repertorio habitual, sorprendió con dos versiones especiales. Interpretó Me pongo colorada, el hit de Papá Levante que marcó los años 2000 con su aire flamenco-pop, y Zorongo gitano, canción popular andaluza recopilada por Federico García Lorca.
Concierto de Amaia Romero “Si abro los ojos no es real” en el Sant Jordi Club
Andrea Martínez
El espectáculo tuvo momentos casi cinematográficos, con juegos de cámaras que añadían dramatismo y belleza visual al escenario. Además de la banda de multiinstrumentalistas que enriqueció los arreglos de sus canciones, el coro del Taller de Músics de Barcelona añadió un toque de solemnidad a una noche que, de por sí, sería inolvidable para los aficionados a la cantante.
Para el final del show, las lágrimas y los nervios habían quedado atrás. Según Amaia, se habían “esfumado” para dar espacio al baile y la euforia. El público saltó al ritmo de El encuentro, su colaboración con Alizzz, y La canción que no quiero cantarte, que interpreta junto a su compañera de OT, Aitana.
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Aplausos y gritos intentaban retenerla pero había llegado el momento de despedirse. Concluyó con Bienvenidos al show, un final que podría interpretarse como un inicio ante una nueva era en la carrera de Amaia. “Estoy agotada y tengo dos conciertos seguidos… No sé qué voy a hacer”, confesó con complicidad. “Ojalá hubiéramos tenido un mes más para preparar el show”, lamentó ante las pequeñas desprolijidades. Quién sabe qué más podría haber sucedido. Y quién sabe qué pasará esta noche, en su segunda fecha en Barcelona. Lo único seguro es que no será igual a la anterior.
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Autor: Camila Beraldi Qualeta