
<p class="caption-title ">Manifestación en Nueva York para reclamar que el alcalde Eric Adams sea destituido por estar atado a los designios del gobierno de Trump </p> <span class="caption-author ">SPENCER PLATT / AFP</span>
Como dijo Mark Twain de sus obituarios, el alcalde de Nueva York, Eric Adams, también festejó su exculpación y su victoria de una era muy exagerada y precipitada, antes de la hora.
El juez federal del tribunal de Manhattan, Dale E. Ho, aplazó la resolución sobre la anulación de los delitos por corrupción contra Adams que requirió el gobierno de Donald Trump y nombró a un abogado independiente para que presente argumentos respecto a esta solicitud. Es la única manera de mantener vivo el caso, por cuanto nadie se opone a la orden del Departamento de Justicia, una vez desactivada la fiscalía.
El abogado independiente es Paul Clement, políticamente conservador, que ejerció de procurador general de Estados Unidos durante la presidencia de George W. Bush.
El juez estableció además audiencias adicionales y mantendrán una nueva comparecencia el 14 de marzo en caso de que lo considere necesario.
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El juicio contra Adams, previsto para abril, queda en el limboLa decisión del magistrado significa que el juicio contra Adams, previsto para abril, queda en el limbo y supone también que continúa coleando este tumultuoso episodio, en el que presentó su dimisión la fiscal jefe interina de Manhattan, Danielle Sassoon, nombrada por Trump, por su oposición a retirar los cargos contra el alcalde. Otros siete funcionarios del ministerio público en Nueva York y Washington también renunciaron ante lo que se considera un acto de quid pro quo político.
El gobierno se comprometió a retirar los cargos y Adams colaboraba en contrapartida en la lucha contra la inmigración, cuestión que Sassoon califico de totalmente ilegal.
El asunto provocó tal revuelo que se reiteraron los requerimientos a la gobernadora del estado, Kathy Hochul, para que interviniera y destituyera al alcalde. Kochul decidió este jueves que no echaría del puesto a un representante electo en las urnas, si bien anunció el establecimiento de una serie de limitaciones y garantías para evitar otras actuaciones similares de un alcalde.
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La mayoría de los votantes neoyorquinos han perdido la confianza en Adams, un alcalde cuyo mandato ha estado plagado por casos de corrupción, con numerosas dimisiones y sospechas de sobornos.
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Autor: Francesc Peiron Arques