
"Un día vi un anuncio en televisión que decía: ‘¿Quién será el próximo ganador de MasterChef ?’. Iba acompañado por una imagen con un interrogante. Estaba con mis amigos y les dije: ‘¡Esa voy a ser yo!’”, recuerda Ángela Gimeno (Valencia, 1994) sobre aquel acto premonitorio que, meses después, se hizo realidad. “Desde ese primer instante supe que iba a entrar en el programa y que lo iba a ganar”, confiesa.Hasta aquel momento, Gimeno había desarrollado su carrera profesional en el terreno de la publicidad, aunque la cocina siempre había formado parte de su vida. Su madre regentó un restaurante en Valencia durante 15 años por lo que, en su infancia, el olor a platos recién hechos y el bullicio propio de una casa de comidas formaron parte de una escena recurrente. Esta imagen siempre le había hecho fantasear con la idea de convertirse en chef, pero la frenaba lo esclavo de la profesión hostelera. Así, vio en el reality show de Televisión Española una vía alternativa por la que adentrarse en el universo gastronómico. “He tenido muy buena mano para la cocina desde pequeña, pero lo que quería era poder expresar toda mi creatividad adquiriendo técnicas nuevas. Y justo fue lo que conseguí en el programa: lo que he aprendido me permite jugar muchísimo con la comida y hacer cosas chulísimas”, expresa, haciendo un balance positivo de su paso por la duodécima edición de MasterChef.
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Autor: Garbiñe Continente