
<p class="caption-title ">Dani Olmo y Lamine Yamal celebrando el 0-1 del Barcelona </p> <span class="caption-author ">Florencia Tan Jun / Getty</span>
Hay conexiones que están hechas para convivir. Para poner paz. Y repartir luz. Eso es lo que pasó en Canarias entre Dani Olmo y Lamine Yamal. Esta vez fue el extremo de 18 años quien habilitó a un futbolista que lo necesitaba más que nadie y más que nunca en este Barça. Porque cuando Olmo juega, todo cambia. Es diferencial. No ha tenido suerte el canterano en su regreso al Barça entre inscripciones fallidas y lesiones. En Las Palmas entró en la segunda parte. Y en 17 minutos logró mucho más de lo que hicieron el resto de sus compañeros. Se alió con Lamine Yamal, controló el balón, recortó a la defensa canaria y remató para marcar en un mal partido de un Barça que sigue sufriendo ante rivales que buscan sobrevivir en Primera División. Ferran Torres, otro gran revulsivo, logró poner en el descuento el 0-2 final. Suma ya once goles siendo suplente.
En la primera parte el líder, encallado y sin ideas, no lo pareció, y el las Palmas rondó a SzczesnyOlmo y Ferran Torres empezó en el banquillo porque Flick se guía por los méritos, por la naturaleza de sus jugadores, por el calendario y por el rival. Ayer hubo cuatro rotaciones respecto al equipo que ganó sufriendo al Rayo Vallecano. El alemán apostó por una defensa más posicional con Eric Garcia y Pau Cubarsí. El objetivo no era otro que encontrar una buena salida de balón más precisa y quirúrgica para sortear aquellos espacios más reducidos. También entró Marc Casadó, suplente en los últimos cinco partidos, para que el juego fluyera de una manera más posicional y ordenada. Hasta el descanso, Fermín fue el elegido para completar el centro del campo. No estuvo nada preciso. Y Koundé, que solo descansa si llega tarde, recuperó su habitual titularidad.
Ferran Torres marcó el 0-2
MANAURE QUINTERO / AFP
Pero eso era la teoría. En la práctica, el partido fue un vaivén digno de un carnaval canario. En siete minutos se pasó de un centro lateral de Pedri que Mika Mármol despejó cuando ya iba a rematar a puerta solo Lamine Yamal, a una contra de los canarios que terminó con un disparo de Bajcetic que no blocó Szczesny. Fue el primer susto de la noche. El rechace del portero polaco cayó a los pies de un McBurnie que, afortunadamente, estaba en fuera de juego.
El Barça se sobrepuso como pudo con un chut de Lewandowski al segundo palo. Se quejó el polaco de que Fermín, poco acertado, no le pasara el balón antes para rematar con más libertad de movimientos. En cambio, en el banquillo Flick lamentó que Fermín no se atreviera a rematar él solo. Lewandowski tuvo otra ocasión. Fue un chut de falta directa que se marchó por encima del larguero de la portería de Cillessen.
Fermín y Robert Lewandowski
Quique Curbelo / EFE
El Barça quería. Pero no podía. Los balones le duraban un suspiro. Y cada pérdida habilitaba al Las Palmas a contraatacar con el instinto de supervivencia que mueve a aquellos equipos que se saben en la cuerda floja. No es habitual ver a Pedri tan poco preciso. Perdió 14 balones en 45 minutos. Casadó se las tuvo con el escocés McBurnie. Y Eric Garcia tuvo que aumentar sus vigilancias sobre un Moleiro que no paró de importunar a Lamine Yamal, incapaz de asistir a sus compañeros. El extremo estuvo poco preciso y muy acelerado. Como sucede con Pedri, si la perla blaugrana no logra regularse por su banda derecha, nada fluye.
La entrada de Olmo transformó al equipo azulgrana y lo mejoró individual y colectivamentePor la izquierda lo intentaba Balde, que se propulsó en ataque para ceder el primer córner a favor de los canarios.Viti apareció muy veloz para asustar a Szczesny con una volea lejana. No se quedó aquí la actuación del equipo canario que en 25 minutos gozó de tres ocasiones más. Sandro Ramírez, formado en el Barça, ya demostró el día del 1-2 en Montjuïc que sabe romper la línea adelantada azulgrana. Lo volvió a hacer. Y su disparo, algo esquinado, lo despejó bien Szczesny a córner. En ese saque de esquina, no entró por poco el chut de otro canterano como Mika Mármol. Otra ocasión de Moleiro enfadó a Flick. Esa imprecisión no era propia de un equipo líder que además ya conocía la victoria del Atlético de Madrid ante el Valencia.
El Barça llegó al descanso sin encajar. Quizás fue la mejor noticia. Flick llamó inmediatamente a Olmo sentenciando a Fermín. Y llegó la luz entre tanto desbarajuste. Poniendo la pausa que el Barça tanto necesitaba, Olmo conectó con Lamine Yamal, frenó a Álex Suárez y con la pierna izquierda, con un toque sutil, marcó el golazo de la (semi)tranquilidad. En la jugada siguiente, Olmo intentó devolverle el regalo a Lamine Yamal con un contragolpe.
Pero el Barça no respiró hasta el suspiro final. Hubo un momento taquicárdico. Lo propagó Cordero Vega con la ayuda de Del Cerro Grande en el VAR. El segundo se tomó su tiempo para mostrarle al colegiado un fuera de juego inequívoco de Alex Muñoz mucho antes de que el brazo de Eric Garcia tocara el balón dentro del área.
Flick sacó su última carta llamada Ferran Torres que, en el tiempo del descuento, marcó el gol de la tranquilidad con la zurda. El de Foios se alió con Raphinha y, con rabia y un zurdazo potente superó a Cillessen. El colegiado pitó el final. Y el Barça respiró. Los de Flick seguirán siendo líderes una jornada más.
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Autor: Anaïs Martí Herrero