
La preciosa donación de una persona llegó con un visitante inesperado. En un trabajo publicado este mes los científicos documentaron la forma no convencional de contraer una enfermedad que suelen propagar las garrapatas: fue a través del riñón donado. Los médicos y funcionarios de la salud detallaron este incidente inusual en un informe que se publicó el lunes en Emerging Infectious Diseases. Tanto el donante vivo como el receptor enfermaron poco después de sus cirugías, lo que hizo que los médicos descubrieran que el primero había transmitido la infección causada por la bacteria Ehrlichia. Afortunadamente esta transferencia se detectó a tiempo, y ambos pacientes se recuperaron con tratamiento adecuado. Las garrapatas son transmisores de muchos gérmenes, que incluyen los de la enfermedad de Lyme, la fiebre recurrente y la erliquiosis. Hay varias especies de bacterias que causan erliquiosis aunque en la mayoría de los casos se trata de Ehrlichia chaffeensis. La enfermedad rara vez se documentan aunque los casos han aumentado con el paso del tiempo. En 2022 hubo 1.570 casos informados de erliquiosis, comparados con los 201 casos del año 2000 cuando se empezó a registrar la cantidad de casos. Pero en este caso reciente, todo es más raro de lo habitual.
Donante sano Según los autores del informe, el donante era un hombre de 33 años de Minnesota que acordó donar su riñón a un receptor que no era familiar suyo. No había señales obvias de alerta, y el donante pasó todas las pruebas y estudios de rigor, que incluyen análisis para detectar infecciones que podrían ser peligrosas si se le transmiten a quien recibe el órgano trasplantado. El receptor era un hombre de 24 años de Wisconsin con enfermedad renal en etapa terminal.
Las dos cirugías salieron bien. Pero el mismo día en que donó el riñón el donante tuvo urticaria en su cadera y pierna del lado izquierdo, junto con dolor muscular y debilidad. Los médicos diagnosticaron que sufría de rabdomiólisis, dolencia en que el tejido muscular se descompone rápidamente y libera proteínas que dañan a los órganos, el riñón en particular. Los médicos lo estabilizaron rápidamente y el hombre se recuperó lo suficiente como para volver a casa seis días después de la cirugía.
El receptor, por otra parte, aparentaba estar bien al principio. Pero una semana después del trasplante debió ser hospitalizado porque tenía fiebre, dolor en las articulaciones, y acumulación de líquido alrededor de los riñones. Debido a que tenía otros síntomas como bajo conteo de plaquetas, los médicos ordenaron análisis para encontrar gérmenes portados por garrapatas. Y así se confirmó la presencia de la bacteria E. chaffeensis. Le indicaron nuevamente antibióticos de rigor para estas infecciones, y eventualmente se recuperó.
En EE.UU. todos los casos de erliquiosis deben informarse a las agencias de salud estatales. El trasplante del órgano junto con el hecho de que no tenía otro factor de riesgo para erliquiosis (como haber viajado a partes de EE.UU. donde abundan las garrapatas), hizo que los funcionarios de salud ampliaran la investigación.
El donante había ido de cacería Eventualmente descubrieron que el donante había viajado a Kansas en una excursión de cacería un mes antes de su operación y que mientras estaba allí había tenido que quitarse varias garrapatas del cuerpo y la ropa. Una semana antes del trasplante se había sentido enfermo pero lo atribuyó a algún alimento en mal estado. Otros análisis hallaron evidencia de la bacteria en el donante y en el riñón trasplantado. “La evidencia de laboratorio, la historia de exposición y la epidemiología de la erliquiosis respaldan con fuerza la transmisión donada de E. chaffeensis que el donante había adquirido por mordedura de garrapata, 3 semanas antes de la donación, en Kansas”, escribieron los científicos.
Los casos trasplantados de erliquiosis son extremadamente raros aunque no, desconocidos. Y pueden ser fatales. Un trabajo de 2021, por ejemplo, detalló dos casos de muerte probablemente causada por erliquiosis proveniente de los riñones de un único donante fallecido en 2020. La tasa de mortalidad es de alrededor del 1%, aunque aproximadamente el 60& de los pacientes tienen que ser hospitalizados. Pero la erliquiosis y otras enfermedades son en general más peligrosas para los receptores de órganos trasplantados porque deben tomar drogas inmunosupresoras para evitar que sus cuerpos rechacen el órgano. Como es una enfermedad infrecuente los médicos dicen que no se justificaría analizar a los donantes como rutina. Pero los médicos dedicados a trasplantes deben estar atentos al riesgo potencial que representa la erliquiosis y otros gérmenes que transmiten las garrapatas. “En resumen, los médicos clínicos deben estar alerta ante infecciones causadas por garrapatas en potenciales donantes de órganos, en particular con quienes se sabe han estado expuestos a vectores comunes de la enfermedad”, escribieron en su trabajo.
Este artículo ha sido traducido de Gizmodo US por Lucas Handley. Aquí podrás encontrar la versión original.
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Autor: Lucas Handley