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La adicción al juego se estableció en 1980 como ludopatía. Se trata de un trastorno psicológico caracterizado por la incapacidad de controlar el impulso de jugar y apostar sin importar las consecuencias en la vida de la persona.
Especialistas de la UNAM calculan que entre 1% y 3% de la población nacional se ve afectada por la ludopatía, esto es, cerca de cuatro millones de personas.
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Si bien el juego es inherente a la experiencia humana desde tiempo remotos, el problema surge cuando se pierde el control de la conducta en los juegos de apuesta.
De acuerdo con la Comisión Nacional para la Protección y Defensa de los Usuarios de Servicios Financieros (Condusef), uno de los principales efectos de la ludopatía es el deterioro de las finanzas personales. Las personas con este trastorno suelen destinar gran parte de sus ingresos al juego, es común que dejen de priorizar gastos esenciales, como el pago de la renta, los servicios básicos o hasta la alimentación en un intento de “recuperar” el dinero perdido.
No obstante, la ludopatía no solo afecta los ingresos presentes, sino que también pone en riesgo el patrimonio acumulado. Es común que las personas con este trastorno recurran a la venta de bienes, como vehículos, electrodomésticos o incluso propiedades, para financiar su adicción. En casos extremos, pueden llegar a comprometer la seguridad económica de su familia al utilizar ahorros o activos destinados a emergencias, educación o retiro.
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Algunas de las señales de alarma incluyen:
Cambios de humor, agresividad e intolerancia cuando la persona no está jugando o cuando intenta dejar de hacerlo
Apuesta cantidades cada vez mayores de dinero
Miente para ocultar la cantidad de dinero gastada
Apuesta cuando se siente culpable, ansiosa o deprimida
Pierde relaciones importantes o el empleo por culpa del juego
Pide dinero prestado para cubrir las pérdidas
Si bien no se sabe con certeza porqué algunas personas desarrollan ludopatía y otras no, sí se ha llegado a la conclusión de que algunos factores de riesgo aumentan la propensión, tales como la depresión, la ansiedad, el ser muy impulsivo y competitivo e, incluso, ser del sexo masculino.
Aunque no hay un tratamiento universal, pues cada caso debe tratarse de forma específica, sin duda se debe contar con el apoyo de un especialista y de terapia.
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La Condusef sugiere seguir estos pasos para protegerse, en cierta medida, de los efectos de la ludopatía:
Establecer un presupuesto estricto: Esto es, asignar y respetar un límite claro y razonable para el entretenimiento, incluido el juego.
Evitar el crédito para apostar: Nunca utilices tarjetas de crédito ni préstamos para financiar actividades de azar.
Buscar ayuda profesional: Si sientes que el juego está afectando tus finanzas o tu bienestar emocional, acude a especialistas en salud mental o grupos de apoyo.
Crea un fondo de emergencia: Mantén una reserva financiera en una cuenta separada para protegerte de imprevistos y evitar usarla para el juego.
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Autor: Forbes Staff