
Bajo la superficie del océano Pacífico, en un entorno donde la luz del sol nunca llega, un equipo de investigadores ha encontrado algo extraordinario. Lo que parecía un volcán inactivo resultó ser un ecosistema dinámico moldeado por el calor geotérmico. Pero lo más asombroso no es la actividad volcánica en sí, sino la presencia de cientos de miles de huevos gigantes, que han convertido esta montaña submarina en el mayor criadero de rayas blancas del Pacífico jamás registrado. Un volcán que esconde un santuario de vida © YouTube – Cherisse Du Preez -DFO. Desde 2019, los científicos de Pêches et Océans Canada han estado explorando este volcán submarino de 1.100 metros de altura y 2.000 kilómetros cuadrados de extensión. En un principio, pensaban que era una estructura inactiva sin actividad térmica, pero sus mediciones demostraron lo contrario. El calor que emana de sus fisuras ha generado un hábitat único, donde diversas especies marinas encuentran refugio. Entre ellas, la gran protagonista del hallazgo: la raya blanca del Pacífico (Bathyraja spinosissima), una criatura que puede superar los dos metros de longitud y los 45 kg de peso.
Miles de huevos gigantes cubren la cima del volcán © YouTube – Cherisse Du Preez -DFO. Lo más desconcertante para los biólogos ha sido la cantidad de huevos de raya encontrados en la cima del volcán. De aproximadamente 50 centímetros de diámetro, estas cápsulas ovaladas contienen embriones que se desarrollan en condiciones extremas.
La investigadora Cherisse Du Preez, en declaraciones a Science Post Francia, destacó la magnitud del hallazgo:
«Es algo nunca visto».
Los expertos creen que la proximidad a las fuentes de calor volcánico acelera el desarrollo de los embriones, acortando su tiempo de incubación. En condiciones normales, estos huevos tardan hasta cuatro años en eclosionar, pero en este volcán, el calor geotérmico podría reducir drásticamente ese período.
Un fenómeno único en el reino animal © YouTube – Cherisse Du Preez -DFO. Este descubrimiento no es completamente aislado. En 2018, se encontraron huevos de raya cerca de respiraderos hidrotermales en las islas Galápagos. Sin embargo, la escala del criadero encontrado en el volcán canadiense es mucho mayor y refuerza la hipótesis de que algunas especies han evolucionado para aprovechar el calor volcánico en su reproducción.
Los huevos, con su forma ovalada y bordes curvados, han sido comparados con cojines o raviolis gigantes, y su concentración en este volcán lo convierte en un laboratorio natural para estudiar la biodiversidad en aguas profundas.
¿Qué más esconde el océano? El descubrimiento de este criadero submarino plantea nuevas preguntas sobre la vida en las profundidades. Si las rayas blancas han encontrado en el calor volcánico una ventaja para su reproducción, ¿podrían existir otras especies utilizando estrategias similares en otros puntos del océano? Mientras los científicos continúan explorando este misterioso ecosistema, una cosa es segura: el fondo del mar sigue siendo un territorio inexplorado lleno de secretos que desafían todo lo que creíamos saber sobre la vida en la Tierra.
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Autor: Martín Nicolás Parolari