
Pelo frizz: la tendencia de 2025 que nos hace la vida fácilDel pelo en positivo y la normalización en las pasarelas y campañas de publicidad del cabello natural, incluso encrespado, ya hemos hablado en otras ocasiones. No es nuevo que las melenas se alboroten en los desfiles para simular que acabas de levantarte –el messy hair lo inventó Kate Moss– ni que en los últimos desfiles haya habido un interés grande por parte de los protagonistas de la industria de la moda para realzar la individualidad también en el terreno capilar. Pero en los últimos desfiles de los circuitos internacionales ha habido un especial interés en electrizar las melenas de las modelos. ¿El ejemplo más clarificador? El equipo del estilista Gary Gill pasando globos por el pelo para forzar ese efecto de electricidad estática del que supuestamente hemos huído durante mucho tiempo y con el que afortunadamente empezamos a reconciliarnos. Está claro que el viejo truco de Gill forma parte del espectáculo, se busca exagerar el frizz y forzarlo –antes de pasar los globos, las melenas se trabajaron con secadores de última generación (los de Dyson concretamente) y productos de cuidado (los de The Beauty Concept, para ser exactos). No es un frizz improvisado–. Pero tiene una intención muy necesaria en 2025. En la era de los filtros de TikTok –ojo, los dermatólogos confirman que ya hay personas acudiendo a las consultas en busca de esa piel de porcelana irreal– y de la obsesión por el skincare a edades tempranas, resulta tremendamente positivo afanarse en mostrar la versión más natural del pelo (y de lo que sea).Una imagen del backstage del desfile otoño-invierno 2025/26 de Gucci.Acielle StyleDuMondeLo que está ocurriendo en la pasarela también está llegando a la conversación popular. Así nos lo explica la estilista María Baras, directora de Cheska, que en las últimos días no ha parado de comentar con sus clientes el ya viral #PradaHair. Y no precisamente porque haya sacado ella la conversación por deformación profesional, sino porque han sido las propias clientas las que se han sentido identificadas con la tendencia. “Muchas de ellas me decían: ‘Por fin algo que hemos llevado antes nosotras’. Nos hemos reído mucho comentándolo porque, aunque en el desfile de Prada se ha exagerado para crear un golpe de efecto para llamar la atención, la realidad es que es algo que ocurre en nuestro día a día”, explica.
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