
<span class="image__caption">Un aviador estadounidense desaparecido en la Segunda Guerra Mundial vuelve a casa tras décadas en el olvido. Foto: U.S. Air Force / DPAA / Christian Pérez</span>
Publicado por
Christian Pérez
Redactor especializado en divulgación científica e histórica
Creado:
7.03.2025 | 14:21
Actualizado:
7.03.2025 | 14:21
Durante más de ocho décadas, el destino de Robert T. McCollum, un joven teniente bombardero del Ejército del Aire de los Estados Unidos, permaneció envuelto en el misterio. Su nombre estaba grabado en la pared de los desaparecidos en el Cementerio Americano de Cambridge, en Inglaterra, como uno de los miles de aviadores que nunca regresaron a casa tras la Segunda Guerra Mundial. Sin embargo, en un giro inesperado de la historia, los restos de McCollum han sido recuperados en el mar Báltico, identificados y están listos para ser repatriados a Estados Unidos.
Este hallazgo, anunciado oficialmente por la Defense POW/MIA Accounting Agency (DPAA) el pasado diciembre, marca el cierre de una búsqueda que se extendió por décadas y que involucró a expertos en arqueología submarina, buzos daneses y científicos forenses. La historia de McCollum, ahora reconstruida con nuevos detalles, nos lleva a un trágico accidente aéreo en 1944, la persistente labor de recuperación de soldados caídos y el impacto emocional de este descubrimiento para su familia.
Un bombardero en la misión más peligrosa de la guerra
La historia de Robert T. McCollum es la de un joven de 22 años nacido en Cleveland, Ohio, que sirvió como bombardero en la 565ª Escuadrilla de Bombardeo, 389º Grupo de Bombardeo, 8ª Fuerza Aérea de EE.UU. Esta unidad formó parte de las ofensivas estratégicas sobre la Europa ocupada por los nazis y participó en misiones clave contra la industria militar alemana. McCollum volaba en un B-24J Liberator, uno de los bombarderos pesados más emblemáticos de la Segunda Guerra Mundial.
El 20 de junio de 1944, el bombardero B-24J Liberator en el que viajaba McCollum sufrió una colisión en pleno vuelo con otra aeronave del mismo modelo mientras sobrevolaban el mar Báltico, cerca de la costa de Dinamarca. Foto: DPAA / Christian Pérez
El 20 de junio de 1944, pocas semanas después del Día D, McCollum despegó desde Inglaterra en una misión de bombardeo sobre Alemania. Sin embargo, lo que debía ser una operación rutinaria en el marco de la campaña aérea de la Operación Argument, terminó en desastre. Durante el trayecto sobre el mar Báltico, el avión en el que viajaba McCollum colisionó en pleno vuelo con otro B-24 de su misma formación. Mientras el piloto y el copiloto lograron eyectarse y sobrevivieron, el resto de la tripulación, incluido McCollum, desapareció en las aguas gélidas del mar.
Tras el accidente, las esperanzas de recuperar los cuerpos de los tripulantes fueron escasas. La investigación inicial, llevada a cabo por la American Graves Registration Command (AGRC) en 1948, concluyó sin hallazgos significativos. Durante años, se encontraron restos humanos no identificados en las costas danesas, pero ninguno pudo ser vinculado con McCollum ni con los otros tripulantes del bombardero. En 1950, el gobierno de EE.UU. lo declaró oficialmente “no recuperable”, un destino que compartieron muchos soldados desaparecidos en combate.
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El hallazgo que lo cambió todo
La historia de McCollum parecía cerrada, hasta que en 2019, un grupo de buzos daneses encontró los restos de un avión de la Segunda Guerra Mundial en el fondo del mar Báltico, cerca de la costa de Dinamarca. Entre los fragmentos recuperados, una ametralladora calibre 50 con un número de serie parcialmente legible llamó la atención de los investigadores. Tras un minucioso análisis, los expertos determinaron que coincidía con una de las armas montadas en el B-24 en el que volaba McCollum.
Un fragmento del avión de Robert McCollum recuperado del mar Báltico. Foto: Trident Archäologie
El descubrimiento llevó a una exhaustiva investigación arqueológica subacuática. En 2021, la Universidad de Delaware, junto con la Royal Danish Navy, inició un reconocimiento del área. Al año siguiente, en 2022, un equipo conformado por Trident Archäologie, Wessex Archaeology y Project Recover, apoyado por la marina danesa y el Museo de Langeland, realizó una excavación submarina detallada. Durante la operación, se encontraron restos óseos humanos, material de la aeronave y placas de identificación de dos miembros de la tripulación.
Nuevas expediciones en 2023 y 2024 lograron recuperar más restos y evidencias del accidente. El equipo de la DPAA sometió estos fragmentos a pruebas de ADN mitocondrial y análisis forenses, comparándolos con registros dentales y genéticos de familiares de McCollum. Finalmente, el 10 de diciembre de 2024, se confirmó su identidad.
El segundo teniente Robert T. McCollum. Foto: DPAA / Christian Pérez
El último viaje de McCollum a casa
El nombre de Robert T. McCollum, inscrito por años en el Muro de los Desaparecidos en Cambridge, ahora tendrá una roseta junto a él, señalando que ha sido encontrado y repatriado. Tras 80 años de incertidumbre, su familia por fin podrá darle un descanso digno en suelo estadounidense.
McCollum será enterrado en San José, California, en una fecha aún por determinar. Su retorno no solo representa el fin de una búsqueda de décadas, sino que también subraya la importancia del trabajo de identificación de soldados desaparecidos. La DPAA continúa su labor, ya que aún hay más de 81,000 militares estadounidenses desaparecidos en conflictos desde la Segunda Guerra Mundial hasta la actualidad.
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Este caso es un recordatorio del compromiso de recuperar a quienes dieron su vida en la guerra y del impacto duradero que estas misiones tienen en las familias que, generación tras generación, han esperado respuestas. Aunque la guerra terminó hace mucho, para algunos, como los descendientes de McCollum, la espera ha sido larga, pero finalmente ha llegado a su fin.
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Autor: christianperez