
Dos años más tarde, tenía el título aprobado. “Unos meses más de prácticas, más títulos y, en noviembre de 2017, empecé a pescar en el puerto de Arenys de Mar. Llevamos trabajando juntos desde entonces. Nuestro barco se llama Mini One”, cuenta. Atacho forma así parte de ese anecdótico 3,3% que, sin embargo, se augura que aumente en los próximos años.Por lo de pronto, ella asegura que ese desafío de verse como la excepción lo superó hace tiempo y hoy lo lleva con naturalidad. Ahora, sin embargo, es otro reto muy diferente al que tiene que plantar cara cada vez que sale a faenar. Junto al resto de la tripulación de su barco, Miriam lleva a cabo una labor de limpieza exhaustiva del fondo marino en colaboración con la firma Ecoalf, que desde hace décadas trabaja para recoger estos plásticos y transformarlos en nuevos tejidos y prendas.Con ella hemos podido hablar sobre su experiencia en el mar, sobre las dificultades de ser mujer en un mundo de hombres y, también, sobre todo lo que una puede encontrarse en el océano con solo hurgar un poco.¿Recuerdas la primera vez que saliste a pescar? ¿Qué fue lo que más te llamó la atención?
Lo recuerdo bien. Mi primera titulación es de trabajadora forestal, así que estaba acostumbrada a ver la montaña y rieras llenas de basura. Pero el mar es como una gran manta que lo tapa todo y, cuando subieron las redes y dejamos caer el pescado sobre la cubierta, no me esperaba esa gran cantidad de basura. Plástico, latas, material de pintura, jardín… Era increíble.Como mujer pescadora, ¿te has encontrado con algún desafío extra?
A nivel de sentirme excluida, en absoluto. Tengo unos compañeros fantásticos. Pero es cierto que mi fuerza física no es la de ellos, y, sobre todo al principio, no sabía si sería capaz de aguantar el ritmo. Pero sí. Ya van ocho años en el mar.¿Cómo es la relación con el resto de compañeros/as?
Es una relación muy bonita. Al principio pensé que sería como cualquier otro sitio. Pero no. Aunque el Mediterráneo es un mar “tranquilo”, una avería, un mal golpe de mar, un velero despistado… y necesitarás que tus compañeros te socorran. Así que se crea una relación muy especial entre unos y otros.
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Autor: Nuala Phillips