
Sirva el viaje de la barn jacket del campo —su traducción literal al español es chaqueta ‘granero’— y las fábricas estadounidenses, primero a la pasarela de Prada o Loewe, y después al resto de marcas de precio medio y las más asequibles, como enésimo ejemplo de la necesidad casi patológica de la moda por reiventar el uniforme de trabajo desde que Levi Strauss sentó las bases con sus pantalones vaqueros. Llámalo apropiación o llámalo inspiración, pero la realidad es que la chaqueta tendencia de la primavera 2025 (con permiso de la de ante) bebe directamente de una pieza clave de la ropa de los granjeros y trabajadores industriales. De ahí su caracter utilitario: tejido resistente e impermeable, corte oversized, cierre de cremallera, muchos bolsillos de gran tamaño y un cuello en contraste.Esta temporada, la actualización de la chaqueta barn pasa por su intervención controlada, para evitar perder su esencia, y se aborda desde tres aspectos diferentes. El primero de ellos es el color. Su pasado como prenda de trabajo hace que el marrón, el caqui y, aunque en menor medida, el negro, sean las tonalidades típicas en las que se confecciona esta prenda; y, quizá por ello, la irrupción de todo tipo de colores (desde el crema hasta el rosa chicle) se ha convertido en un excelente ángulo desde el que acometer su reinterpretación en la primavera 2025.Jugar con el cuello en contraste, uno de los elementos más característicos y diferenciadores de este tipo de chaqueta, ha sido otra de las opciones más elegidas. Pese a que los de pana en color marrón continúan siendo mayoría, cada vez son más las marcas que, bien los sustituyen por la piel, bien los tiñen de otros colores, algunos de ellos de lo más inesperados. Por último, las versiones más extremas (y menos numerosas) de la chaqueta barn abogan por mantener su patrón pero romper con otro de sus elementos más característicos, el tejido de lona, en favor del denim, el ante o, incluso, el príncipe de Gales.
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Autor: Lucía Tejo