
Evitar malentendidos en la comunicación digital“Comunicar se trata de un proceso activo y complejo en el que intervienen procesos semánticos, neurológicos, psicológicos, sociales y culturales”, escribe el psicólogo Xavier Guix en su libro Ni me explico, ni me entiendes (Arpa Editores), de ahí que sea fácil perdernos en su laberinto. Aquí intervienen factores tan diversos como la percepción, el aprendizaje de cada individuo, sus principios, valores y creencias, así como el estado de ánimo o incluso el físico. Con todo esto, el experto advierte que, cuanto menos, para hacernos entender y evitar malentendidos debemos poner de nuestra parte y más si a este cóctel circunstancial le añadimos la invisibilidad de la era digital.Sabemos que hoy en día es más fácil que nunca vincularnos con los demás. Las redes sociales, los correos electrónicos o el WhatsApp, hacen posible que podemos hablar con cualquier parte del mundo en segundos, aunque también funcionan como grandes distorsionadores de la comunicación. La falta de contexto, la pérdida de señales no verbales, la sobrecarga informativa o el uso de un lenguaje pobre y superficial, hace que los desencuentros comunicativos estén a la orden del día, en un mundo donde las videollamadas, los emojis y los likes no reemplazan la interacción presencial.Ojo con el tono y la intenciónEn este ecosistema digital en el que el lenguaje escrito ocupa gran parte de nuestras relaciones laborales, aprender estrategias para que sea claro y conciso es uno de los grandes retos a los que nos enfrentamos. Así nos lo cuenta Elena Pérez Cabello, directora de recursos humanos, comunicaciones y ESG en HBX Group. “Muchas veces asumimos que la otra persona tiene todo el contexto, pero no siempre es así. Explicar bien el mensaje desde el inicio evita interpretaciones ambiguas y malentendidos innecesarios”. En este sentido, aclara que el tono también juega un papel importante, ya que un mensaje puede parecer brusco sin que esa sea la intención. “Usar un lenguaje directo, positivo y cordial ayuda a que la comunicación fluya mejor”, y no descarta el uso de pequeños detalles como la puntuación o los emojis en entornos más informales, para hacer que un mensaje se perciba más cercano y menos frío.No obstante, es fácil que la comunicación se vuelva turbia y que nos perdamos en hilos de mensajes infinitos. En estos momentos, una llamada de teléfono puede ser crucial. “Muchas veces, una conversación de cinco minutos resuelve lo que en un intercambio de correos puede alargarse y generar aún más confusión”. Es por ello que fomentar una cultura de comunicación abierta es fundamental. “Si alguien no entiende algo, debe sentirse con la confianza de preguntar en lugar de asumir. Un ambiente de trabajo donde la claridad y la confianza sean la norma, hace que todo funcione mucho mejor”, arguye Elena Pérez.Con los equipos híbridos, las confusiones pueden ser más habituales y aquí es donde un líder debe ser capaz de establecer un flujo de información nítido y constante de manera bidireccional. “No todo necesita un email o una reunión. Definir qué canal usar para cada tipo de mensaje ayuda a evitar confusión y fatiga digital”, subraya Pérez, quien también apuesta por la retroalimentación: “Espacios regulares de conversación, como reuniones de seguimiento cortas o sesiones de feedback individual, ayudan a detectar problemas antes de que escalen. Además, fomentar el uso de herramientas en tiempo real, como chats corporativos o videollamadas rápidas, permite resolver dudas sobre la marcha”. Eso sí, encontrando el equilibrio entre comunicación en tiempo real (videollamadas, chats) y comunicación asincrónica (emails, documentos colaborativos), lo que va a permitir que los equipos trabajen con menos interrupciones y mayor autonomía. Aquí la inteligencia artificial también juega un papel decisivo a la hora de optimizar cómo nos comunicamos con herramientas que resumen correos, estructuran respuestas o generan notas clave después de reuniones, con lo que se reduce la sobrecarga informativa y se evitan errores de interpretación.
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Autor: Mónica Heras