
<span class="image__caption">Un avance sin precedentes que podría transformar el futuro de los trasplantes cardíacos. Foto: BiVACOR / Istock / Christian Pérez</span>
Publicado por
Christian Pérez
Redactor especializado en divulgación científica e histórica
Creado:
13.03.2025 | 13:10
Actualizado:
13.03.2025 | 13:34
En un quirófano de Sídney, la historia de la medicina ha dado un vuelco inesperado. Un hombre de 40 años, con insuficiencia cardíaca terminal, recibió un corazón artificial de titanio capaz de mantenerlo con vida durante más de 100 días, hasta que un donante humano estuvo disponible. Este logro, realizado por el equipo del Hospital St Vincent’s de Sídney en colaboración con BiVACOR, marca un antes y un después en el tratamiento de la insuficiencia cardíaca y el acceso a los trasplantes.
La implantación del BiVACOR Total Artificial Heart, un dispositivo revolucionario desarrollado tras más de 20 años de investigación, abre la puerta a una era en la que los corazones mecánicos podrían convertirse en una alternativa viable a los trasplantes humanos. No solo prolongan la vida de los pacientes que esperan un donante, sino que en el futuro podrían eliminar por completo la necesidad de órganos humanos.
Un dispositivo inspirado en la ingeniería y la fontanería
Detrás de esta hazaña se encuentra Daniel Timms, un ingeniero biomédico australiano cuyo interés por la circulación sanguínea surgió de un lugar inesperado: las tuberías de su casa. Su padre, un fontanero, le enseñó desde niño a trabajar con válvulas y sistemas de flujo, lo que más tarde aplicó en la creación de un sistema mecánico capaz de imitar la función del corazón humano.
El resultado de dos décadas de trabajo es un corazón artificial que desafía las limitaciones de los dispositivos anteriores. A diferencia de otros modelos, que utilizan membranas flexibles y múltiples componentes móviles, el dispositivo funciona con un único rotor suspendido magnéticamente, lo que reduce el desgaste y prolonga su vida útil. Su diseño, compacto y robusto, le permite adaptarse incluso a pacientes de menor tamaño, como mujeres y adolescentes.
Corazón Artificial Total de BiVACOR. Foto: BiVACOR
100 días con un corazón de titanio
El paciente que ha protagonizado este hito médico padecía una insuficiencia cardíaca tan grave que apenas podía caminar unos metros sin quedarse sin aliento. Cuando se le implantó el dispositivo, su única esperanza era recibir un trasplante a tiempo, ya que las listas de espera para órganos donados son largas y la tasa de mortalidad entre quienes esperan un corazón es alta.
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Durante más de tres meses, este hombre llevó una vida relativamente normal con el dispositivo latiendo en su pecho. Su capacidad de movilidad mejoró significativamente y logró salir del hospital en febrero, convirtiéndose en la primera persona en el mundo en recibir el alta con un corazón artificial de este tipo.
Finalmente, en marzo, se encontró un corazón compatible y los cirujanos reemplazaron el dispositivo por un órgano humano. La operación fue un éxito y actualmente el paciente se encuentra en fase de recuperación. Su caso no solo ha demostrado la eficacia del dispositivo, sino que ha dado esperanza a miles de personas que sufren insuficiencia cardíaca avanzada y no encuentran un donante a tiempo.
El Corazón Artificial Total de BiVACOR cuenta con una única pieza móvil: un rotor suspendido magnéticamente. Foto: BiVACOR
¿Un futuro sin donantes?
Cada año, solo unas 6.000 personas en el mundo reciben un trasplante de corazón, mientras que millones mueren esperando un donante. El éxito de BiVACOR podría cambiar radicalmente esta realidad. Aunque por ahora se utiliza como un puente hacia el trasplante, los expertos confían en que en la próxima década este corazón artificial pueda convertirse en una solución definitiva para quienes padecen insuficiencia cardíaca terminal.
Uno de los aspectos más innovadores del dispositivo es su resistencia. En pruebas de laboratorio ha funcionado sin interrupciones durante más de cuatro años, lo que sugiere que su durabilidad podría superar con creces la de los corazones artificiales actuales, que suelen fallar tras unos pocos años de uso.
Además, el BiVACOR podría solucionar el problema del rechazo inmunológico, una de las principales complicaciones de los trasplantes humanos. Al no ser un tejido biológico, el paciente no necesita inmunosupresores, lo que reduce el riesgo de infecciones y otras complicaciones asociadas.
El Corazón Artificial Total de BiVACOR siendo probado en laboratorio, con su inventor, Daniel Timms, al fondo. Foto: BiVACOR
El siguiente paso: más implantes y pruebas clínicas
El equipo médico de St Vincent’s planea realizar al menos cuatro implantaciones más este año dentro del programa Artificial Heart Frontiers, liderado por la Universidad de Monash. El objetivo es seguir recopilando datos sobre la durabilidad y el rendimiento del dispositivo en pacientes reales.
Mientras tanto, en Estados Unidos, la FDA continúa evaluando el dispositivo en ensayos clínicos con la esperanza de aprobar su uso generalizado en los próximos años. Si todo sigue según lo previsto, BiVACOR podría convertirse en la primera opción para miles de pacientes que hoy dependen de la limitada disponibilidad de corazones donados.
La increíble historia del jardinero que ayudó a realizar el primer trasplante cardiaco
El caso de este paciente australiano no solo ha marcado un hito en la historia de la medicina, sino que también ha abierto la puerta a un futuro en el que el corazón humano podría ser reemplazado por una máquina, salvando vidas sin necesidad de un trasplante.
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Autor: christianperez