
El caso de Hamida Banu parecía haberse perdido en el tiempo, hasta que un video en internet reveló lo que nadie esperaba. La mujer, que había desaparecido tras aceptar una oferta de trabajo, fue localizada tras 22 años de incertidumbre. Su historia es una muestra de cómo la tecnología y la solidaridad pueden cambiar destinos que parecían sellados. Una oferta de trabajo que terminó en pesadilla © X / @TimesAlgebra. Hamida Banu, una viuda india y madre de cuatro hijos, trabajaba en distintos países del Golfo como cocinera para mantener a su familia. En 2002, un agente de contratación le prometió empleo en Dubái a cambio de 20.000 rupias (USD 250). Ella aceptó la oferta, pero nunca llegó a Emiratos Árabes Unidos. En su lugar, fue víctima de trata de personas y trasladada a Hyderabad, Pakistán. Durante los primeros tres meses estuvo retenida en una casa sin contacto con su familia. Con el tiempo, logró cierta estabilidad y se casó con un vendedor ambulante en Karachi, quien falleció durante la pandemia del coronavirus, dejándola aún más sola y sin documentación para volver a su país.
Sin medios para comunicarse ni opciones para escapar, Hamida quedó atrapada en un país donde no tenía ninguna conexión. Durante 22 años, su familia en India la buscó sin éxito, hasta que una casualidad inesperada resolvió el misterio.
El video de YouTube que cambió todo © X / @TimesAlgebra. En julio de 2022, el activista paquistaní Waliullah Maroof entrevistó a Banu y publicó su historia en su canal de YouTube. El video fue compartido por el periodista indio Khalfan Shaikh y terminó llegando hasta la familia de Hamida.
Fue su nieto quien, al ver el video, la reconoció de inmediato y avisó al resto de la familia. Gracias a la viralización, se organizó una videollamada con su hija Yasmin, quien emocionada le preguntó: «¿Cómo estás? ¿Dónde estuviste todos estos años?». Entre lágrimas, Banu respondió: «No me pregunten dónde estaba ni cómo he estado. Los he extrañado mucho. No tenía otra opción».
Un reencuentro lleno de emoción tras dos décadas El complicado vínculo entre India y Pakistán hizo que la reunificación de Hamida con su familia se retrasara. Durante meses, tuvo que pasar por un proceso de identificación para confirmar su nacionalidad.
Finalmente, el 16 de diciembre, después de superar todos los trámites burocráticos, cruzó la frontera de Attari-Wagah y volvió a la India. Allí la esperaban sus hijas, hermanos y sobrinos, quienes habían viajado desde Mumbai para verla. Al reencontrarse, Yasmin y Parveen rompieron en llanto, cerrando una historia que parecía no tener final feliz. Un caso que demuestra que, incluso después de décadas, la esperanza puede volver a iluminar caminos que parecían perdidos.
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Autor: Martín Nicolás Parolari