
<p class="caption-title ">La ministra de Sanidad, Mónica García, y el director del Centro de Coordinación de Alertas y Emergencias Sanitarias del Ministerio de Sanidad (CCAES), Fernando Simón, </p> <span class="caption-author ">Alberto Ortega - Europa Press / Europa Press</span>
Fue la cara y la voz de la pandemia hace cinco años y eso le provocó críticas por parte de personas y grupos políticos ultras que no estaban de acuerdo con las medidas que se adoptaban. Especialmente, por el confinamiento que, indicaban, iba en contra de la libertad de cada uno. Pero a Fernando Simón, director del Centro de Alertas y Emergencias Sanitarias (CAES), nada de eso le afectó porque tenía, y tiene, muy claro cuál es su trabajo: “No voy a dejar de comunicar sobre los riesgos sanitarios por los haters”.
Y espera que los científicos y técnicos que están informando sobre los riesgos de cualquier tipo (en referencia a meteorólogos y expertos en cambio climático) y que están siendo desacreditados y amenazados por ello, sigan comunicando sus conocimientos, porque no hacerlo implicaría dejar a los ciudadanos "con una información sesgada y manipulada”.
Así lo ha indicado Simón en un acto celebrado en el Instituto de Salud Carlos III, junto a la ministra de Sanidad, Mónica García, en el quinto aniversario de la covid, pandemia que dejó decenas de miles de muertes en España, millones en el mundo.
Simón ha recordado aquellos días de incertidumbre y de angustia, pero sobre todo de mucho trabajo, porque era el momento de los profesionales de salud pública. ¿Se cometieron errores? El epidemiólogo insiste en que se hizo lo que se pudo en aquel momento con los instrumentos y la información que había. Porque las epidemias y pandemias se trabajan antes de que ocurran, no cuando ocurren.
España no estaba preparada. Un ejemplo, la Agencia de Salud Pública, que debe liderar todo esto, estaba prevista desde el 2011 y no ha sido hasta ayer, jueves, que los grupos parlamentarios (salvo Vox) que ha recibido el visto bueno (falta la aprobación en el Parlamento), explica García.
Pero cinco años después, Simón cree que, hoy, hubiera propuesto un confinamiento más suave en determinadas situaciones, como por ejemplo, para aquellas personas que vivían solas en el campo. “Algunas medidas de salud pública podríamos haberlas afinado mejor, pero es fácil decirlo a toro pasado”, señala.
A la eterna pregunta de su estamos preparados para una pandemia, Simón deja claro que nunca se estará al 100 por 100, pero la situación es mucho mejor, algo en lo que también coincide Mónica García, quien pasó la pandemia trabajando en su hospital (Doce de Octubre, de Madrid). “Aún me estremecen el silencio de los pasillos del hospital”, recuerda.
Las enseñanzas fueron muchas, aseguran ambos, pero sobre todo, que la salud pública no es solo un tema de sanidad, sino es multifactorial, y que la investigación y la ciencia son claves para afrontar los problemas que surjan. “La ciencia es el mejor seguro de vida que tenemos”, ha indicado García.
Otro de los aspectos aprendidos, según Simón,es que el mundo es un conjunto en el que estamos todos y “ese mundo global debe trabajar de forma conjunta. No podemos ser llaneros solitarios”. Y ha abogado por “equilibrar los desequilibrios de países que viven en un mundo idílico y otros que viven sumidos en una pesadilla”. El mundo es global, insiste, “lo vemos con el cambio climático y la pandemia lo corroboró”.
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Autor: Celeste López Perales