
En algunos casos, el marinado o la cocción pueden resolver este problema. La col y los pepinos se congelan bien como “ensalada” marinada o “pepinillos congelados”, respectivamente. La col, el apio y los tomates pueden congelarse en sopas o guisos. Mientras tanto, las papas enteras o en trozos pueden hacerse puré o cocerse dos veces.6. FrutasPor la misma razón, puedes esperar que algunas de tus frutas favoritas también sigan ese manual. La sandía es una de ellas, al igual que las uvas, las manzanas, las naranjas, las mandarinas y otras variedades de cítricos. Si te sientes especialmente atrevido, puedes convertir en mermelada la fruta sobrante o madura, en lugar de congelarla, para evitar que pierda calidad. Solo asegúrate de no utilizar una receta que lleve gelatina, porque ese ingrediente tiende a chorrear.7. PastaTampoco a esa pasta que tanto te gusta le sienta bien el congelador.
Say-CheeseSi la ración de fideos que calculaste a ciegas resulta ser demasiada pasta después de hervirla, probablemente debas planear comerte el resto en los dos días siguientes. Esto se debe a que los rotini, ravioli, rigatoni y similares sufrirán en el congelador un destino similar al de las verduras anteriores, según Tsui. “Al descongelarse, los almidones se descomponen aún más y absorben más agua de la que queda”, comenta. Al final, el resultado será una “pasta muy blanda”, un destino que no desearíamos ni a nuestro peor enemigo. Ni siquiera la ensalada de macarrones sobrevivirá intacta al congelador.La mejor forma de evitar este problema es la vieja solución de cocinarla en un platillo. Al igual que la col, el apio y los tomates, la pasta puede congelarse mejor como ingrediente de un platillo preparado. Piensa: lasaña, tetrazzini de pavo y cazuela de atún. De ese modo, la salsa y todas las demás partes buenas “ayudan a conservar la textura original del plato”, agrega Tsui.8. Comida muy condimentadaPor último, pero no por ello menos importante, evita congelar comidas que contengan muchas especias y condimentos: El frío puede alterar mucho su sabor. La cebolla y la paprika son dos ejemplos, pero hay muchos más, según el Centro Nacional de Conservación de Alimentos Caseros. El curry puede desarrollar un sabor rancio, mientras que los condimentos de apio pueden volverse más potentes. La salvia, el clavo, el ajo, la pimienta, el pimiento verde, la imitación de vainilla y algunas hierbas tienden a adquirir un sabor fuerte y amargo.En cambio, hierbas como la menta, el eneldo, el cebollino, la albahaca, el perejil, el estragón y la melisa se congelan bien. Así que sazona ligeramente los alimentos antes de congelarlos, y añádeles más sabor al recalentarlos o servirlos.Artículo publicado originalmente en SELF.
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Autor: Caroline Tien