
Creado:
21.03.2025 | 10:01
Actualizado:
21.03.2025 | 10:01
En el noroeste de la Península Ibérica vive una de las pocas poblaciones de lobos (Canis lupus) europeos que escapó de la extinción en el siglo XX. En los últimos siglos el lobo ibérico ha sufrido una intensa persecución por el ser humano, que les podría haber llevado a desarrollar algunas adaptaciones que le ayudan a sobrevivir en un entorno dominado por el ser humano. Aún sabemos muy poco sobre las bases genéticas de estas adaptaciones. ¿Qué secretos esconde su ADN? ¿Cómo ha logrado adaptarse? ¿Hubo otra vía para estos cambios?
Un lobo con historia
La historia del lobo en Europa se remonta hace al menos 400.000 años, con restos confirmados de esta especie en Ponte Galeria (Italia). Durante ese tiempo el lobo compitió con otros grandes carnívoros, como hienas, osos, cuones, leones de las cavernas y leopardos. La llegada del ser humano a Europa hace aproximadamente 45.000 años y el cambio climático a finales del Pleistoceno provocaron la extinción o el declive de muchas de estas especies, dejando al lobo como uno de los principales superdepredadores en casi todo el continente.
Los lobos competían con otros grandes carnívoros por presas de gran tamaño en la Europa del Pleistoceno. Créditos: Mauricio Anton, Wikipedia.
Los estudios genéticos indican que todas las poblaciones de lobo en Europa comparten un antepasado común de hace unos 36.000 años, y que el linaje de los lobos ibéricos se separó del de los italianos hace entre 7.000 y 12.200 años. Desde entonces, el ADN del lobo ibérico ha acumulado mutaciones únicas que no están presentes en otras poblaciones europeas. Durante este tiempo, el crecimiento de la población humana en la Península Ibérica y la fragmentación del hábitat del lobo provocaron un declive drástico de su población y su aislamiento de otras poblaciones europeas.
Aunque a mediados del siglo XIX aún ocupaban gran parte de la Península, su persecución en el siglo XX –especialmente tras ser considerados “alimañas” por una ley de 1953– los llevó a mínimos históricos alrededor de 1970. A pesar de una aparente recuperación desde entonces, esta pequeña población en los años 70 favoreció la endogamia entre parientes, elevando sus niveles de consanguinidad.
Desde la década de 1970, la relajación de las leyes contra el lobo permitió su recuperación en Europa y su regreso a países donde había desaparecido, como Francia (1990), Alemania (2001) e incluso Dinamarca (2012). En España, se han avistado lobos cruzando los Pirineos desde Francia hacia Cataluña, algunos desde Italia (2004) y Alemania (2024). Sin embargo, no hay evidencia de lobos ibéricos haciendo el camino inverso hacia Francia. Este hecho, único en Europa, ha desconcertado a científicos y conservacionistas durante décadas, ya que, debido a la capacidad de los lobos para recorrer grandes distancias, otras poblaciones han recolonizado nuevas áreas cuando han dejado de ser perseguidas, como los lobos ucranianos en Chernóbil o los lobos polacos en Alemania.
Los lobos son capaces de recorrer largas distancias, pero los lobos ibéricos parecen recorrer distancias más cortas. Créditos: Carlos Delgado, Wikimedia.
Entre lobos y perros
La clave podría estar en la mezcla con perros, que fueron los primeros animales domesticados y descienden de los lobos. Las primeras evidencias de perros domesticados en Europa, y la Península Ibérica, datan de hace 17.000 años. En esta época, conocida como Magdaleniense, la expansión de las comunidades humanas y la proximidad entre lobos y los primeros perros pudieron favorecer la mezcla o hibridación entre ambas especies.
La hibridación suele ocurrir entre especies cercanas, como ocurrió entre humanos modernos y neandertales hace 47.000 años. Si los híbridos fértiles de perro y lobo se reproducen con lobos, pueden transferir genes de una especie a otra, un proceso llamado introgresión. La introgresión de genes de una especie a otra puede influir en su fitness o adaptabilidad al medio y la mayoría de los casos de introgresión de genes de una especie doméstica a otra silvestre tiene consecuencias negativas, ya que las especies domésticas acumulan más mutaciones perjudiciales en el genoma debido al proceso de selección artificial, que a veces causa patologías de origen genético, como por ejemplo la displasia de cadera en razas de perros grandes.
Esto reduce el potencial adaptativo de los híbridos y, con el tiempo, los genes de la especie donante en la especie receptora tienden a desaparecer. Un ejemplo claro es la reducción progresiva de genes neandertales en humanos modernos desde nuestra hibridación. Sin embargo, en algunos casos, la introgresión puede aportar ventajas, por ejemplo, una mayor resistencia a enfermedades.
Los territorios de lobos ibéricos suelen encontrarse en paisajes muy humanizados. Créditos: Isabel Salado
Los genes perrunos escondidos en los genomas de lobos ibéricos
En nuestro estudio, publicado en la revista Molecular Ecology a mediados de enero (Sarabia, Salado et al. 2025, al final de esta página), analizamos el genoma de 32 lobos ibéricos y revelamos algo sorprendente: los lobos ibéricos conservaban hasta un 5 % de su ADN de origen perruno desde hace miles de años. La mezcla se había dado hace unos 10.200 años (entre mínimo 4.500 y máximo 17.000 años).
El mantenimiento de estas partes del ADN de origen perruno a lo largo del tiempo sugiere que contribuyeron positivamente a la adaptabilidad de lobos ibéricos al medio. Para identificar estos genes perrunos, comparamos los 32 genomas de lobos ibéricos con 31 lobos de Escandinavia y Rusia que no tenían mezcla con perros y aplicamos unas estadísticas que comparan entre poblaciones, detectando qué genes están bajo selección en una población, pero no en otra. Encontramos seis genes de origen perruno que proporcionan una ventaja adaptativa exclusivamente a los lobos ibéricos y no a los lobos rusos y escandinavos. La mitad de los genes encontrados (DAPP1, NSMCE4A y MPPED2) estaban relacionados con el sistema inmune, pudiendo contribuir a la resistencia de los lobos ibéricos frente a patógenos comunes transmitidos por perros. Otro de los genes (MBTPS1) influye en el metabolismo de grasas y el color del pelaje. Los últimos dos genes (PCDH9 y CDH13) están implicados en el desarrollo cerebral y las rutas neuronales, relacionados con aspectos clave del comportamiento como esquizofrenia, autismo y desórdenes depresivos en humanos.
Comportamiento de los cánidos
En la familia de los cánidos (lobos, perros, zorros, coyotes y chacales), PCDH9 se ha vinculado con comportamientos audaces, mientras que CDH13 (conocida como cadherina 13) está involucrada en la conexión de las neuronas entre sí y regula el comportamiento inhibitorio. Mientras que un lobo iría directamente hacia el estímulo al encontrar alimento como premio, un perro adiestrado puede controlarse y esperar a una orden, incluso si no hay obstáculos, teniendo el estímulo –como por ejemplo una chuchería para perros– justo delante de ellos. Este comportamiento es afectado por la cadherina 13.
En los lobos ibéricos, hipotetizamos que la cadherina 13 les permite retener y evaluar información, siendo más cautelosos ante estímulos externos que otros lobos europeos. Esta característica, junto a los genes relacionados con el sistema inmune, podría ser clave para su supervivencia en ambientes con alta presencia humana. A grandes rasgos, un lobo ibérico “se lo pensaría dos veces” antes de aventurarse fuera de su territorio a buscar presas (o pareja), mientras que un lobo del resto del continente sería mucho más atrevido, exponiéndose a posibles riesgos durante sus viajes para encontrar un nuevo territorio.
El gen CDH13 (cadherina 13) está relacionado con el comportamiento inhibitorio en perros. Créditos: Pixabay
Perspectivas de futuro
Aunque aún queda mucho trabajo por hacer, como confirmar el papel estos genes como modificadores del comportamiento y del sistema inmune en los lobos ibéricos, nuestro estudio arroja luz sobre los eventos que llevaron al lobo ibérico a ser lo que es hoy, habiéndose mezclado con perros hace miles de años y posiblemente recibiendo genes que le ayudarían a adaptarse al medio.
Este estudio nos ayuda a reflexionar sobre cómo las especies silvestres pueden beneficiarse de un intercambio genético limitado con sus parientes domesticados mientras mantienen al mismo tiempo su identidad distintiva, y nos recuerda la importancia de conservar aquellas poblaciones que presentan adaptaciones locales a su ambiente, tal y como ocurre con la población del lobo ibérico.
Referencias
Sarabia, C., Salado, I., Fernández-Gil, A., vonHoldt, B.M., Hofreiter, M., Vilà, C. and Leonard, J.A. (2025), Potential Adaptive Introgression From Dogs in Iberian Grey Wolves (Canis lupus). Mol Ecol e17639. doi: doi.org/10.1111/mec.17639z
Iurino et al. 2022. A Middle Pleistocene wolf from central Italy provides insights on the first occurrence of Canis lupus in Europe. Scientific Reports. doi: 10.1038/s41598-022-06812-5
Davoli et al. 2023. Megafauna diversity and functional declines in Europe from the Last Interglacial to the present. Global Ecology & Biogeography doi:10.1111/geb.13778
Salado et al. 2024. Large variance in inbreeding within the Iberian wolf population. J Heredity. doi: 10.1093/jhered/esad071
Fuente:
Autor: edgary185