
Creado:
26.03.2025 | 12:30
Actualizado:
26.03.2025 | 12:30
Nos hemos acostumbrado a ver las estatuas de la antigüedad en el color blanco del mármol con el que, en su mayoría, fueron esculpidas, y no con su vibrante policromía original. Ahora, gracias a un reciente estudio publicado en el Oxford Journal of Archaeology en marzo de 2025, también sabemos que las esculturas del mundo antiguo despedían un olor perfumado. La arqueóloga Cecilie Brøns ha explorado, así, una faceta de la estatuaria antigua conocida por los académicos, pero poco considerada en general: su interacción con el sentido del olfato.
Introducción a la estatuaria grecorromana
El gusto por el realismo
La escultura griega y romana se distingue por su realismo idealizado, en el que se buscaba representar la figura humana de forma armoniosa y proporcionada. Los artistas grecorromanos perfeccionaron técnicas de esculpido en materiales como mármol, bronce, madera, terracota y marfil.
Temas predilectos: personajes mitológicos y ciudadanos destacados
El arte escultórico grecorromano abordaba una gran variedad de temas y figuras en sus representaciones. Entre las más habituales, se contaban las deidades y los personajes de la mitología. La figuración de dioses como Zeus, Atenea, Apolo y Afrodita eran comunes, tanto en esculturas de bulto redondo como en relieves. También eran habituales los personajes históricos y de perfil político. Los emperadores y generales romanos, por ejemplo, solían inmortalizarse en esculturas monumentales, al igual que los atletas y ciudadanos ilustres. La representación del cuerpo humano en movimiento fue un gran logro del arte griego, especialmente en la época clásica.
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Estatuas policromadas
Uno de los mitos modernos más extendidos concierne la idea de que las estatuas griegas y romanas eran blancas. Sin embargo, la evidencia arqueológica confirma que las esculturas estaban policromadas. Se aplicaban pigmentos para dotarlas de una apariencia más realista y, en muchos casos, también se les añadían elementos externos, como telas, metales preciosos y perfumes, lo que incrementaba su impacto sensorial.
Foro romano. Las estatuas no solo se instalaban en los santuarios: también se colocaban en los lugares públicos. Fuente. Pixabay
¿Dónde se colocaban las estatuas griegas y romanas?
Las esculturas en el mundo grecorromano ocupaban espacios de gran relevancia tanto en la esfera pública como en la privada. Las estatuas de los dioses presidían los templos y santuarios, donde recibían ofrendas y cuidados especiales como si se tratase de seres vivos. Estos cuidados incluían el uso de perfumes y aceites aromáticos. esta práctica era común, especialmente en el contexto religioso, donde se buscaba intensificar la sacralidad de la imagen representada.
En las plazas y foros también se erigían esculturas conmemorativas en honor de los emperadores, generales y benefactores, que servían como símbolos de poder y prestigio. Las esculturas decoraban, igualmente, los espacios domésticos de las villas y jardines privados. Reflejaban, así, el estatus de sus propietarios.
Estatua romana que representa al río Tíber en la plaza de Campidoglio de Roma. Fuente: Pixabay
Evidencias textuales sobre las estatuas perfumadas
A partir del análisis de las fuentes escritas, Brøns argumenta que muchas esculturas de la antigüedad se perfumaban con sustancias aromáticas, de manera que no solo ofreciesen una experiencia visual al espectador, sino también olfativa. El estudio se basa en referencias textuales de autores clásicos como Cicerón, Calímaco, Plinio el Viejo y Pausanias. Estas fuentes indican que las estatuas de las deidades, los héroes y las figuras públicas no solo estaban policromadas, sino que también se adornaban con textiles y metales preciosos, y se impregnaban de perfumes. Esta reconstrucción histórica, por tanto. ofrece una visión multisensorial del arte escultórico de la antigüedad.
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Los textos antiguos contienen numerosas referencias a la práctica de perfumar estatuas. Cicerón menciona que la estatua de Artemisa en Segesta se ungía con aceites aromáticos como parte de los rituales religiosos. En la isla de Delos, algunas inscripciones mencionan el uso de perfumes de rosa para mantener fragantes las estatuas de Artemisa y Hera.
El poeta Calímaco, por su parte, describe las estatuas "húmedas con perfume". Esto sugiere que no solo las imágenes de las deidades recibían este perfumado tratamiento, sino que también lo hacían las esculturas de personajes destacados. Esta evidencia fortalece la hipótesis de que el olfato jugaba un papel importante en la apreciación de la escultura.
Recreación fantasiosa de una estatua de la antigüedad. Fuente: Midjourney/Erica Couto
Las estatuas antiguas como experiencia sensorial
Las esculturas grecorromanas ofrecían una experiencia sensorial completa. Además de su coloración vibrante y sus adornos, el uso de perfumes incrementaba su impacto emocional y simbólico.
La aplicación de fragancias podía realizarse mediante diversas técnicas. La ganosis designaba un procedimiento mediante el cual se aplicaban ceras y aceites perfumados a las estatuas para realzar su brillo y proteger su superficie. Las estatuas también podían someterse a un proceso de kosmesis, que consistía en la vestimenta y ornamentación de las estatuas con joyas, telas y perfumes. Por último, se podía recurrir a las ofrendas aromáticas. En los templos, se quemaban resinas y esencias que impregnaban las esculturas con su fragancia.
Estas técnicas embellecían la escultura, pero también le conferían un carácter sacro. En un mundo donde el olfato estaba ligado a la divinidad y la memoria, el aroma de las estatuas podía evocar lo sagrado y reforzar su poder simbólico.
Los aceites y perfumes podían aplicarse sobre las estatuas o quemarse en incensarios y pebeteros. Recreación fantasiosa. Fuente: Midjourney/Erica Couto
Por qué es relevante pensar la estatuaria griega desde la experiencia olfativa
El trabajo de Cecilie Brøns, que parte de algunos acercamientos previos al tema, amplía nuestra comprensión del arte antiguo. Demuestra que las esculturas no solo eran concebidas para ser vistas, sino también olfateadas. Este descubrimiento nos obliga a reconsiderar la manera en que percibimos y estudiamos la estatuaria grecorromana.
Además, este hallazgo podría influir en la museografía moderna. Actualmente, las estatuas antiguas se exhiben desprovistas de color y fragancia, es decir, ofrecen una versión incompleta de su apariencia original. Incorporar reconstrucciones policromadas y fragancias documentadas en el registro textual podría acercar al público contemporáneo la experiencia sensorial que estas obras ofrecían al público de la antigüedad.
Referencias
Brøns, Cecilie. 2025. "The scent of ancient Greco‐Roman sculpture". Oxford Journal of Archaeology. doi:10.1111/ojoa.12321
Fuente:
Autor: ericacouto