
Publicado por
Christian Pérez
Redactor especializado en divulgación científica e histórica
Creado:
27.03.2025 | 10:51
Actualizado:
27.03.2025 | 10:51
Durante décadas, la ciencia ha asumido que los tiburones eran criaturas silenciosas, depredadores que se deslizaban en el océano sin emitir un solo sonido, como sombras letales. Pero un estudio reciente acaba de hacer saltar por los aires esa idea. Por primera vez, un grupo de investigadores ha logrado grabar sonidos producidos intencionadamente por tiburones. El hallazgo, publicado en Royal Society Open Science, no solo cambia lo que sabemos sobre el comportamiento de estos animales, sino que también abre la puerta a una revisión completa de la comunicación acústica en los elasmobranquios —el grupo que engloba a tiburones, rayas y mantas.
La especie protagonista de este hallazgo es el tiburón rig (Mustelus lenticulatus), también conocido como "spotted estuary smoothhound", una especie bentónica que habita los fondos marinos cercanos a la costa de Nueva Zelanda. Durante unos experimentos sobre audición submarina, los investigadores observaron un fenómeno inesperado: al ser manipulados brevemente bajo el agua, los tiburones emitían una serie de clics audibles, breves y sorprendentemente potentes. Hasta ese momento, ningún tiburón había sido registrado produciendo sonidos deliberados.
Una señal de alarma oculta en los clics
Los registros acústicos revelaron que los clics duraban apenas 48 milisegundos —menos de lo que tarda un humano en parpadear—, pero llegaban a alcanzar los 156 decibelios, un volumen comparable al de un disparo o al estallido de un globo muy próximo al oído. Los sonidos se distribuían en frecuencias entre 2,4 y 18,5 kilohertzios, lejos del rango auditivo habitual de los tiburones, que se sitúa por debajo de 1 kHz.
Este detalle es clave: si los rig no pueden oír sus propios sonidos, entonces probablemente no los usan para comunicarse entre ellos. La hipótesis que cobra más fuerza es que estos clics están dirigidos a otros animales, en especial a depredadores con mayor sensibilidad auditiva, como las focas o ciertos cetáceos.
Características temporales y de frecuencia de dos clics amplios típicos emitidos por el tiburón rig (Mustelus lenticulatus) al ser manipulado bajo el agua en un tanque experimental. Fuente: C Nieder et al (2025), Royal Society Open Science
Durante los ensayos, los rig producían los clics sobre todo en los primeros segundos de ser manipulados, lo que sugiere que se trata de una respuesta a una situación de estrés o amenaza. A medida que se habituaban al contacto humano, los sonidos cesaban. Esta correlación con un contexto de peligro apunta a un posible uso defensivo: una señal sonora que podría sorprender o desorientar brevemente al atacante, dando al tiburón la oportunidad de escapar.
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¿Cómo hacen el sonido sin vejiga natatoria?
A diferencia de muchos peces óseos, los tiburones no tienen vejiga natatoria, un órgano que suele estar implicado en la producción de sonidos en otras especies. Para descartar otras posibles fuentes, los investigadores escanearon en alta resolución las estructuras internas de los tiburones y comprobaron que no poseen ningún órgano especializado para emitir sonidos.
Lo que sí tienen es una dentición peculiar. Los rig presentan dientes planos, dispuestos como un mosaico pavimentado, diseñados para triturar presas con caparazón como los cangrejos. Esta estructura, junto con la fuerza de sus mandíbulas, podría generar los clics mediante un mecanismo de estridulación: es decir, haciendo chocar o frotar partes duras de su cuerpo —en este caso, los dientes— para producir sonido.
Este tipo de mecanismo no es inédito en peces, pero nunca antes se había documentado en tiburones. Algunos peces cuentan con unas estructuras óseas adaptadas, espinas o dientes para generar sonidos, bien para defenderse, cortejar o marcar territorio. El hecho de que los rig puedan estar usando sus mandíbulas no solo para alimentarse, sino también como “instrumento acústico”, resulta sorprendente.
¿Un rasgo ancestral olvidado?
El descubrimiento se suma a un creciente número de casos que indican que los elasmobranquios no son tan silenciosos como se creía. En los últimos años, varias especies de rayas han sido registradas emitiendo clics al sentirse amenazadas por buceadores. Estos comportamientos, en rayas del Índico y el Mediterráneo, eran también rápidos, agudos y acompañados de movimientos bruscos.
Los tiburones y las rayas divergieron hace más de 200 millones de años. Si ambos grupos son capaces de generar sonidos de forma activa, es plausible que este rasgo sea más común en su linaje de lo que se ha documentado hasta ahora, y que simplemente haya pasado desapercibido por falta de observaciones en situaciones controladas.
El descubrimiento, por tanto, no solo añade un capítulo nuevo al comportamiento de los rig, sino que obliga a la ciencia a escuchar de nuevo —y con más atención— a un grupo de animales que hasta ahora considerábamos mudos. Los investigadores planean ahora estudiar si otras especies de tiburones emiten sonidos similares, tanto en cautividad como en libertad, y si estos sonidos se utilizan en contextos naturales como el apareamiento, la defensa del territorio o la interacción con otros animales.
Los sonidos similares a clics emitidos por una pequeña especie de tiburón constituyen la primera evidencia de producción acústica activa en estos animales. Fuente: Paul Caiger
El sonido como arma de defensa
Los clics de los rig no parecen tener una función social dentro de su especie, pero sí podrían formar parte de una estrategia defensiva multimodal. Al igual que ciertos peces que inflan su cuerpo o cambian de color cuando se sienten amenazados, emitir un sonido agudo e inesperado podría ser suficiente para desconcertar a un depredador por una fracción de segundo —el tiempo justo para huir.
No es un comportamiento exclusivo del medio marino. Animales terrestres como los erizos, serpientes o aves también utilizan sonidos repentinos como mecanismo disuasorio. La novedad aquí es que lo esté haciendo un tiburón, rompiendo con la imagen clásica del depredador silencioso y letal.
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Si estos sonidos también se producen en libertad, y si otros tiburones son capaces de emitirlos, podríamos estar ante una revolución silenciosa —pero sonora— en la forma en que entendemos la comunicación y el comportamiento de uno de los grupos más antiguos y enigmáticos del océano.
Referencias
Nieder C, Parmentier E, JeffsAG, Radford C. 2025 Evidence of active soundproduction by a shark. R. Soc. Open Sci. 12:242212. doi:10.1098/rsos.242212
Fuente:
Autor: christianperez