
Se ha alcanzado una nueva frontera en trasplantes de órganos. En un nuevo hito de la medicina, esta semana se anunció que la ciencia logró con éxito mantener en funcionamiento un hígado porcino genéticamente modificado dentro de un cuerpo humano. Al menos, por un tiempo. En China los investigadores detallaron su importante logro en un trabajo que se publicó hoy en la revista Nature. Trasplantaron el hígado a un receptor con muerte cerebral, y lograron que durante una semana se mantuviera en funcionamiento básico. Los hallazgos se cuentan entre los más recientes, que sugieren que algún día será una opción viable el trasplante de animales a humanos – o el xenotrasplante – para las muchas personas que necesitan órganos donados. En EE.UU. hay más de 100.000 personas en lista de espera para un trasplante, y cada ocho minutos se suma alguien más. Sin embargo, cada año solo se hacen 48.000 trasplantes, lo cual indica que más de la mitad seguirá esperando. Se calcula que todos los días mueren 17 personas de las que están en lista de espera.
En busca de soluciones Los científicos han estado explorando formas de ampliar la cantidad de órganos disponibles, o de alargar la supervivencia de los pacientes que esperan un órgano, con dispositivos artificiales o con xenotrasplantes. Pero es recién ahora que esta última alternativa surge como realidad factible gracias a los avances en la tecnología de edición de genes.
Son avances que han posibilitado que la ciencia cree cerdos con órganos más compatibles con la biología humana, reduciendo así las probabilidades de rechazo. Una de las ediciones de genes, por ejemplo, elimina la capacidad de que el cerdo produzca Alpha-gal, un azúcar que el cuerpo humano no produce.
Así como sucedió con pruebas anteriores de xenotrasplante, los investigadores realizaron este procedimiento en un receptor con muerte cerebral, cuya familia dio su acuerdo para ayudar. Trasplantaron el hígado de un cerdo Bama miniatura – raza que suele utilizarse en investigaciones – con seis genes editados, y al receptor le dieron drogas inmunosupresoras para evitar el rechazo. Monitorearon al receptor y al órgano durante 10 días, y el trabajo terminó a pedido de la familia.
Durante el experimento las cosas parecieron avanzar sin problemas. Los investigadores, incluyendo a un equipo del Hospital Xijing en la Universidad Médica Fourth Military, no hallaron señales de rechazo inmediato y el hígado siguió funcionando durante los 10 días. A las dos horas del trasplante empezó a producir bilis y mantuvo un flujo sanguíneo aceptable.
El año pasado los investigadores de la Universidad de Pensilvania informaron que habían trasplantado con éxito el hígado de un cerdo en un receptor con muerte cerebral por medio de una máquina externa al cuerpo, y que mantuvieron vivo ese órgano durante tres días. Pero los investigadores señalan que el suyo es el primer estudio revisado por pares que documenta el trasplante de un hígado porcino genéticamente editado en una persona. “Es un gran logro” dijo el investigador Lin Wang, participante del estudio, en una conferencia de prensa del martes.
Dicho esto todavía falta mucho tiempo para que veamos que los hígados y otros órganos porcinos sean el recurso común para los trasplantes. En los últimos años los científicos empezaron a trasplantar riñones y corazones porcinos a pacientes con enfermedad terminal, como tratamiento de último recurso. Sin embargo solo dos receptores siguen con vida, y Towana Looney de 53 años es hoy la receptora con más larga supervivencia, de unos cuatro meses (le trasplantaron un riñón porcino a finales de noviembre de 2024). Se espera que muy pronto empiecen los ensayos clínicos más importantes, pero incluso si tienen éxito los científicos externos advierten que podría llevar mucho tiempo el poder lograr que los órganos de animales puedan alcanzar la supervivencia que tienen los órganos donados por humanos. Con todo, el xenotrasplante podría convertirse en una opción importante incluso antes de que se logre ese loable objetivo. Los científicos señalan que el hígado del receptor permaneció intacto todo el tiempo. Por eso es posible que los órganos porcinos genéticamente editados puedan usarse como forma de terapia de puente para las personas que están en lista de espera de órganos, o para quienes tienen órganos dañados que necesitan tiempo para volver a funcionar.
Este artículo ha sido traducido de Gizmodo US por Lucas Handley. Aquí podrás encontrar la versión original.
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Autor: Lucas Handley