
En 2019 un grupo de enmascarados condujo hasta la ancestral casa de campo de Winston Churchill en Gran Bretaña, forzaron la entrada y robaron un verdadero tesoro nacional: el inodoro de oro de 18 quilates, que funciona perfectamente. Cinco años después los conspiradores finalmente fueron sentenciados. El New York Times informa que después de un juicio que duró tres semanas, condenaron a Michael Jones de 39 años y a Fred Doe, de 36, por delitos relacionados con el robo. A Jones lo hallaron culpable de robo en tanto que a Dios lo declararon culpable de conspiración para convertir o transferir propiedad ajena. El periódico también indica que otro conspirador, James Sheen de 40 años, había confesado ser culpable de robo, transferencia de propiedad ajena y conspiración para transferir propiedad producto de robo. El retrete fue una instalación de arte que creó Maurizio Cattelan, un artista italiano conocido por sus provocativas obras visuales. Cattelan es el mismo artista que causó controversia por su obra “Comediante”, que consistía tan sólo en una banana adherida con cinta a una pared. A la obra del inodoro la denominó “América”, y estuvo exhibida en el museo Guggenheim de Nueva York. Cattelan la había asegurado por U$ 6 millones.
La mudanza del retrete En 2019 el inodoro fue llevado al palacio Blenheim, una antigua casa en el campo inglés, pero dos días después, el grupo de hombres lo robó. El informe del Times brinda detalles sobre cómo ingresaron estos hombres por la fuerza a la residencia donde estaba la obra:
Una vez dentro la banda desinstaló el retrete, causando una pequeña inundación en la habiación. Las cámaras de seguridad captaron a varios hombres que llevaban rodando un objeto grande hasta el auto y lo ponían en la parte trasera del vehículo. Esas cámaras también captaron a alguien que llevaba lo que se veía como un asiento de inodoro y lo dejaba en el vehículo. Luego la banda escapó a toda velocidad.
Todavía no hay sentencia para los tres hombres, y no queda claro lo que les correspondería por robar un retrete. A Cattelan, sin embargo, no parece afectarle mucho todo el asunto, ya que le dijo en un e-mail al Times que el robo de su obra no era “el robo del siglo”, aunque sí constituyó “uno de los robos más bizarros”.
Este artículo ha sido traducido de Gizmodo US por Lucas Handley. Aquí podrás encontrar la versión original.
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Autor: Lucas Handley