
Durante una llamada en conferencia, si tu micrófono suena feo todos van a pensar mal de ti. En el fondo sabemos que es así, pero ahora lo confirmó la ciencia. Un nuevo estudio de Yale analizó la percepción de las personas cuando oyen hablar a alguien por Zoom y los resultados no son una sorpresa. La gente con micrófonos malos tiene menos probabilidades de obtener un empleo, lograr una cita, o verse como personas creíbles. Según un blogpost sobre este estudio el autor principal Brian School tuvo la idea de hacer este estudio en los primeros tiempos de la pandemia de COVID-19. Scholl es profesor de psicología en la Facultad de Artes y Ciencias de Yale y el Instituto Wu Tsai, y tuvo muchas llamadas en conferencia mientras todos aprendíamos a usar Zoom. Durante una reunión Scholl estaba en un llamado con un colega que tenía una excelente configuración de sonido, y otro que hablaba por el micrófono de su laptop con sonido como de lata. Scholl vio que le parecía que el colega con micrófono bueno sumaba más puntos y que no le gustaba lo que tenía para decir el otro colega que tenía el micrófono horrible de su laptop.
Por eso decidió estudiar este sesgo de percepción. El estudio, titulado “(Dis)fluidez auditiva superficial y su influencia en la percepción social”, se publicó en Proceedings, de la Academia Nacional de Ciencias.
Buen sonido vs. Sonido a lata Los investigadores llevaron a cabo seis experimentos. Los participantes escuchaban un breve discurso y emitían su opinión sobre quien hablaba según lo que habían oído. En cada uno de los experimentos, oían el mismo discurso con dos estilos de micrófono diferentes: uno sonaba bien y claro, y el otro sonaba feo, como a lata. Los científicos cuidaron que la distorsión no afectara al mensaje, y cada uno de los oyentes tenía que transcribirlo luego para asegurar que había entendido lo que se decía.
Los científicos fueron variando el género y acento (británico o estadounidense) en cada experimento. En uno de ellos los oyentes debían decidir a quién contratarían después de oír las presentaciones para un puesto de trabajo. En otro, la gente oía un perfil para citas. “En el que se centraba en la credibilidad los participantes oyeron una voz femenina computarizada con acento británico, que negaba ser culpable de un accidente de tráfico”, explicaba el blogpost.
Los resultados fueron contundentes: las voces que sonaban a lata consiguieron menos citas, menos empleos, y se les creía menos. La percepción no cambiaba según el género y el acento. “Así como en el texto hay factores que influyen en la opinión, como la fluidez de la letra, en el discurso la opinión no solo se basa en el contenido sino en el vehículo superficial que lo emite”, indica el trabajo. “Estos efectos pueden volverse más relevantes porque la comunicación via videoconferencias se utiliza cada vez más”.
Buena o mala impresión “En todo slos experimentos que hicimos vimos que el sonido hueco y como de lata asociado con los micrófonos de mala calidad afecta negativamente la impresión que se lleva la gente de quien esté hablando, independientemente del mensaje que se transmita”, dijo Scholl en el blogpost de Yale. “Es algo que fascina y preocupa a la vez, en especial porque el sonido de tu voz está determinado no solo por tu anatomía vocal sin o por la tecnología que usas”. Scholl además señaló que se trata de un problema difícil de detectar y corregir. Resulta sencillo cuando sucede en una llamada por Zoom, pero la mayoría de nosotros no escuchamos cómo sonamos cuando hablamos por micrófono. “En una llamada con decenas de personas tal vez seas el único que no sabe cómo suenas. Quizá creas que tu voz suena muy bien, y todos los que están en esa llamada solo oyen un sonido como de lata”, explicó.
Este artículo ha sido traducido de Gizmodo US por Lucas Handley. Aquí podrás encontrar la versión original.
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Autor: Lucas Handley