
<span class="image__caption">Imagen del proyecto de trashumancia Medelca con el rebaño.</span>
Creado:
28.03.2025 | 10:00
Actualizado:
28.03.2025 | 10:00
La importancia de Els Trocs no se entiende sin la trascendencia que tuvo el Neolítico para la humanidad. El Neolítico, la aparición de la agricultura y la ganadería y todo lo que ello conlleva, se considera el segundo gran paso de la humanidad, hasta tal punto que el desarrollo tecnológico y social actual depende de este momento de la Prehistoria. La producción de alimentos desencadenó una serie de fenómenos sociales y económicos que llegan a nuestros días: la sedentarización, la vida en ciudades, el surgimiento de la desigualdad social, etc.
Desde el origen del linaje Homo hasta hace aproximadamente 11.000 años fuimos cazadores-recolectores, a partir de entonces nos transformamos en agricultores y ganaderos, es decir, pasamos de ser depredadores, de coger de la naturaleza aquello que necesitábamos, a ser productores, a obligar a la naturaleza a que nos proporcionara los alimentos. Este cambio se produce en un lapso de tiempo relativamente corto en todo el globo, con varios focos en América, en Asia, en África, pero el que concierne a Europa es el Próximo Oriente, el llamado “Creciente fértil”, todo el territorio que va desde Irán, Irak, Siria, Israel, Palestina hasta Egipto y desde esta zona se expandirá a Europa. Hace aproximadamente 7600-7400 años el Neolítico llega a la península ibérica y tenemos la cueva de Els Trocs para explicarnos cómo eran y cómo vivían estos primeros agricultores y ganaderos.
Un yacimiento excepcional en un entorno privilegiado
La cueva de Els Trocs se sitúa en el Pirineo axial, a las faldas del Turbón, en el seno de un cono situado en el centro de la denominada Partida de la Selvaplana, un entorno privilegiado para el desarrollo de la ganadería por sus pastos, sus fuentes de agua y sus salinas.
Otro vínculo indudable de este lugar con el pastoreo es que en la cueva confluyen varias cabañeras (cañadas). Caminos tradicionales y ancestrales de la trashumancia de los rebaños que subían a disfrutar los pastos de verano del Pirineo más allá de los 2000 metros de altura.
Todo ello nos hacía sospechar de la importancia de la ganadería en la ubicación y en la explotación de Trocs y su entorno. Sin embargo, no podíamos imaginar la importancia de esta cueva y las sorpresas que nos guardaba por la excepcional cantidad y calidad de restos e información arqueológica y prehistórica que contiene. Muy pocas veces un yacimiento arqueológico habla tanto y tan claro de las gentes que lo ocuparon, y nos gustaría destacar tres aspectos:
La ganadería, especialmente de ovejas, y la caracterización de la primera explotación ganadera de la península ibérica y su evolución a lo largo de todo el Neolítico.
La violencia ejercida sobre un grupo familiar a partir de ciertos restos óseos de la cueva.
La excepcional colección cerámica de Trocs que con 54600 fragmentos recuperados posiblemente sea la mayor colección del Neolítico antiguo de Europa.
Localización de la cueva de Els Trocs (Bisaurri, Huesca).
La más antigua evidencia de gestión ganadera en Europa: trashumancia y control del rebaño
Una metodología de análisis multidisciplinar al servicio de la ciencia
Si algo caracteriza al método arqueológico y a la interpretación prehistórica es su multidisciplinariedad. En una excavación arqueológica y, posteriormente, en el estudio de sus restos, encontrarás a todo tipo de expertos y científicos que analizando diferentes evidencias aportan datos e interpretaciones específicas para dar una visión global del pasado. En Trocs esto ha sido especialmente sobresaliente en el descubrimiento de la primera evidencia en Europa de trashumancia y control complejo del ganado, hace unos 7300-7200 años.
Ya desde estos compases iniciales del Neolítico, los pastores de Trocs realizaban movimientos altitudinales con sus hatos, fundamentalmente de ovejas, y gestionaban minuciosamente sus rebaños. Rebaños que en invierno pastaban en el valle del Ebro y que a comienzos del verano emprendían un camino hacia los ricos pastos de verano de las tierras altas del Pirineo. Debemos analizar tres aspectos fundamentales para estas interpretaciones: la determinación del uso estacional de la cueva, el estudio paleontológico de los restos del ganado y los análisis de isótopos de la dentición de las ovejas.
Durante todo el Neolítico, probablemente año tras año, los pastores llegaban a Trocs a finales de la primavera y estaban en ella todo el verano. Esto lo sabemos gracias a los datos aportados por la paleobotánica y el estudio de los microvertebrados. El análisis de los restos vegetales de ciertas gramíneas ha demostrado que se cortaron para para cubrir el suelo de cerámicas en un momento posterior a que perdieran las flores, pero antes de que su grano madurase y eso ocurre en este sector del Pirineo entre mediados de junio y mediados de julio. Por otro lado, se han recuperado en la cueva restos de aves que sólo habitan los Pirineos de abril a septiembre como golondrinas, codornices, críalos, etc.
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En segundo lugar, los restos óseos de animales se acercan a 30.000, siendo una media en cada fase de ocupación de la cueva del 80% correspondientes a ovicaprinos, entre los que dominan abrumadoramente las ovejas. Esta ingente cantidad de restos ha permitido un estudio detallado y minucioso, comprobando un creciente control de los rebaños y el aumento de su número a medida que avanza el Neolítico. También se ha constatado algo que nos puede parecer tan complicado como la modificación de las épocas de nacimiento de las ovejas. Queda claro que los pastores neolíticos conocían perfectamente a sus animales y ya desde el Neolítico antiguo y con el tiempo, desarrollaron un pastoreo complejo y perfectamente adaptado a su medio. Y entre estas actividades pastoriles destacan los movimientos altitudinales estacionales, que se han confirmado por los estudios de isótopos.
Estos análisis se basan en dos premisas. En primer lugar, la cantidad de isótopos de carbono y de oxígeno en la hierba y en el agua varían en función de la altitud. En segundo lugar, estos isótopos se fijan en los dientes de las ovejas durante los dos primeros años de vida que es cuando crecen estos dientes, especialmente en los premolares. Pues bien, tomando una serie de muestras en el esmalte de estos premolares se puede ver la evolución de la cantidad de isótopos de oxígeno y carbono que se han fijado en los mismos durante estos dos primeros años. Si la secuencia muestra variaciones nos indicará que esa oveja ha pastado y bebido agua en diferentes ambientes durante este tiempo. En cambio, si ha estado siempre en el mismo lugar, los valores isotópicos estarán estables.
En varias de las ovejas de Trocs, desde el Neolítico antiguo y durante los siguientes milenios, se han encontrado ovejas que vivieron en diferentes lugares al principio de su vida, pasando en el valle el otoño y el invierno, y en la montaña la primavera y el verano, demostrando, así los movimientos altitudinales estacionales. Estos datos fueron corroborados por el estudio isotópico de ovejas actuales que realizaron la trashumancia. Todo ello confirma una exhaustiva planificación y una dedicación única de una parte del grupo a la tarea del pastoreo, es evidente que estamos ante pastores especializados y dedicados en exclusividad a la cría de este bien tan preciado para las primeras comunidades neolíticas.
Un control del territorio costoso: evidencias de violencia intergrupal
En la cueva de Els Trocs se recuperaron restos óseos de cuatro subadultos y cinco adultos. Gracias a los análisis genéticos sabemos que eran un grupo familiar: un adulto era el padre de un infantil, había un parentesco muy próximo entre los adultos y tres infantiles tenían un ancestro matrilineal común.
Sobre ellos se ejerció una violencia perimorten muy grave. Destacan las heridas de flechas, algunas de ellas en la cabeza atravesando el cráneo, y también golpes con un objeto contundente que bien pudo ser un hacha o una azuela pulimentadas.
Estos restos no formaban parte de ningún enterramiento, sino que se encontraron dispersos por la cueva, lo que nos lleva a pensar que pudieron ser una suerte de reliquias o bien un elemento ritual y simbólico que podía recordar el propio episodio violento, pero todas las interpretaciones son posibles. Igualmente, no sabemos si esta violencia se ejerció entre grupos neolíticos en lucha por los pastos, por ejemplo, o entre grupos neolíticos que llegaron al territorio y comunidades de cazadores-recolectores que ya lo habitaban. Lo que sí parece más evidente es el posible rapto de mujeres que es el sector de la población que falta entre los restos pues hay una mujer anciana, adultos masculinos, y niñas y niños. En cualquier caso, lo que parece claro es que ya en el Neolítico antiguo la violencia se usaba como un instrumento coercitivo entre grupos y, muy probablemente, también dentro de ellos.
Distintas imágenes de las lesiones violentas de los restos óseos encontrados en Els Trocs: A1-A4: heridas provocadas por el impacto de una flecha; B1-B2: daños por el impacto de un objeto contundente. Imágenes y explicación en: Kurt et alii 2020 (ver referencias).
Una ingente colección cerámica que nos habla de influencias y peculiaridades de los grupos humanos a inicios del Neolítico
La excavación de la cueva de Trocs se realizó “en extensión”, esto es, se abrió una gran superficie de excavación con el objetivo de obtener una imagen clara y completa de los diferentes momentos de ocupación y uso de la cavidad. Esto nos permitió el descubrimiento de un verdadero suelo de cerámicas del Neolítico antiguo, que pavimenta el piso de la cueva en algunos lugares de hasta cuatro capas superpuestas de fragmentos. Lo importante de esto es que estas cerámicas se dispusieron sobre la roca madre de la cavidad y, por tanto, no existe un nivel inferior anterior con el que se pudieran mezclar.
Este dato tiene una gran relevancia interpretativa puesto que nos confirma que todas las cerámicas se dispusieron sobre el suelo en un tiempo relativamente breve y, en consecuencia, sus características nos muestran el modelo o el estilo de la cerámica del Neolítico antiguo en esta zona. En otras palabras, vemos una foto fija de qué formas tenían estos recipientes, de cuáles eran sus tamaños, con qué iconografías se decoraba, qué útiles empleaban para ello y mediante qué técnicas, etc.
En Trocs teníamos en nuestras manos una poderosísima herramienta para interpretar el Neolítico, porque la cerámica es otro de las señas de identidad de este momento, y llega a Europa junto con la agricultura y la ganadería. ¿Por qué estos recipientes son tan importantes para la interpretación? Porque nos permiten establecer paralelos y relaciones (o no) entre yacimientos, entre territorios y entre periodos temporales. A veces utilizamos el término 'mapear': mapeamos en el espacio y en el tiempo estas características para definir estos vínculos o diferencias, y para establecer el ritmo y el camino del Neolítico cuándo llega y se expande por nuestro territorio.
Lo que nos ha mostrado el estudio de la cerámica de Trocs y de otros yacimientos es que existen una serie de características comunes, un estilo compartido solemos decir, en todo el arco del Mediterráneo occidental. Esto nos demuestra que las comunidades neolíticas presentan un “fondo común”, que tenían relaciones intensas entre ellas y a grandes distancias y que probablemente compartían una cierta cosmovisión general del entorno que les rodeaba y de sus relaciones. Pero al mismo tiempo, detectamos algunas particularidades regionales e, incluso, locales en las cerámicas que nos señalaría una suerte de grupos o comunidades con identidades o reconocimientos mutuos más acotados en el espacio.
Diferentes imágenes del suelo de cerámicas descubierto en la cueva de El Trocs.
Los datos de Trocs que acabamos de comentar junto con muchos otros, nos muestran que el Neolítico que llega a la Península Ibérica está muy desarrollado en cuanto a sus tecnologías productoras, tanto agrícolas como, especialmente en este caso, ganaderas. Vemos que estos grupos neolíticos no eran unos pastores con un ralo rebaño de unas pocas ovejas, al contrario, conocían perfectamente a sus ovejas y sus necesidades y, con el paso del tiempo gestionaron rebaños cada vez más amplios y complejos, por ejemplo, controlando los nacimientos o seleccionando los animales que realizaban la trashumancia.
Estos descubrimientos nos permiten también dar una explicación mucho más clara y coherente el proceso de neolitización peninsular. En Iberia en unos 300-400 años pasamos de tener cazadores-recolectores a estar poblada en su práctica totalidad por agricultores y ganaderos. En términos prehistóricos este es un proceso muy rápido y siempre nos había intrigado y sorprendido a los científicos. Ahora podemos plantear que esta transición de únicamente tres o cuatro siglos pudo deberse, entre otras cosas, al gran desarrollo de la agricultura y la ganadería que llegan al confín occidental de Europa, como ya hemos mencionado. Sin olvidarnos de otras variables sociales y grupales, como el uso de la violencia como herramienta coercitiva inter e intra-grupal que no imaginábamos hasta hace poco tiempo.
Este Neolítico llega con un bagaje de varios milenios y todo un continente adaptándose a diferentes paisajes y climas, y de interactuar con diferentes grupos locales de cazadores-recolectores. Todo ese conocimiento le otorgaría una gran resiliencia y adaptabilidad, y una gran capacidad de crecimiento, esta es la imagen que vemos hoy del Neolítico peninsular y los datos de Trocs han reforzado y ampliado esta instantánea.
Este proyecto se llevó a cabo gracias a la colaboración de un equipo científico multidisciplinar sobresaliente, con la participación de varias instituciones como la Universidad de Valladolid, el Gobierno de Aragón, el CSIC, la UNED, la Universidad Autónoma de Madrid, etc., y, especialmente, el trabajo de un equipo humano excepcional, una verdadera familia capitaneada por el catedrático de Prehistoria de la UVa Manuel Ángel Rojo Guerra, codirector de las investigaciones junto a José Ignacio Royo Guillén.
Referencias
Alt, K. W., Tejedor Rodríguez, C., Nicklisch, N., et al. (2020). A massacre of early Neolithic farmers in the high Pyrenees at Els Trocs, Spain, Scientific Reports 10: 1-10. doi: 10.1038/s41598-020-58483-9
García-Martínez de Lagrán, Í., Tejedor-Rodríguez, C., Arcusa-Magallón, H., et al. (2024) La cerámica neolítica de la cueva de Els Trocs (Huesca) en el contexto del Mediterráneo occidental. Valladolid: Studia Archaeologica 105. Universidad de Valladolid. Descarga fichas de recipientes. Modelos 3D de cerámicas de Trocs. URL: publicaciones.uva.es/index.php/eduva/catalog/view/2994/3100/339
Tejedor-Rodríguez, C., Moreno-García, M., Tornero, C., et al. (2021) «Investigating Neolithic caprine husbandry in the Central Pyrenees: Insights from a multiproxy study at Els Trocs cave (Bisaurri, Spain)», PLOS ONE 16: e0244139. doi: 10.1371/journal.pone.0244139
Fuente:
Autor: edgary185