
El avance de la inteligencia artificial ya no se limita a tareas operativas: hoy toma decisiones, analiza comportamientos y rediseña procesos. Pero, ¿y si fuera más allá? Nicolás Schvartzer, especialista en liderazgo y cultura organizacional, propone un escenario que muchas startups podrían estar considerando en silencio: un futuro donde los líderes sean reemplazados por algoritmos. ¿Hasta dónde puede llegar esta idea? Una startup sin humanos al mando: ¿Utopía eficiente o distopía silenciosa? © ChatGPT – Gizmodo. Schvartzer nos invita a imaginar lo impensado: una startup obsesionada con la disrupción decide eliminar a sus líderes humanos y entregar la conducción a la IA. Una red neuronal que asigna tareas, ajusta estrategias, predice renuncias y estructura equipos. Suena eficiente. Suena lógico. ¿Pero suena humano? Desde el punto de vista técnico, los beneficios saltan a la vista: análisis instantáneo, decisiones objetivas, feedback programado. Cada empleado recibe su onboarding diseñado por un sistema que ya conoce su historial, incluso antes de haberlo subido a LinkedIn. Todo funciona como un reloj suizo.
Pero Schvartzer plantea la verdadera pregunta: ¿alguien querría trabajar ahí? Porque una organización no se trata solo de procesos; se trata de vínculos, sentido y propósito. Y eso, por ahora, no se automatiza.
El liderazgo no se programa (todavía) © Nadia Hafid. “Una máquina puede decirte qué hacer, pero no por qué importa”, afirma Schvartzer. La frase resume el límite de la inteligencia artificial cuando se enfrenta a lo humano. En un contexto de crisis —presión de inversores, desconfianza interna, caos externo— una IA puede calcular probabilidades, pero no calmar miedos ni encender convicciones.
Hoy ya vemos cómo la IA revoluciona Recursos Humanos: selecciona candidatos, predice agotamiento, recomienda capacitaciones. Su impacto es innegable. Pero liderar no es solo gestionar. Es interpretar silencios, decidir con coraje, y sostener una visión en la incertidumbre. El futuro necesita líderes con pensamiento crítico, intuición aguda y empatía real.
Lo humano como ventaja competitiva Schvartzer, Director de Eseyka y referente en el desarrollo del talento, propone un mensaje claro para quienes trabajamos en cultura organizacional: el desafío no es competir contra la IA, sino preparar líderes que la integren de forma inteligente. Aquellos capaces de usar la tecnología como aliada, sin delegarle el alma del liderazgo.
Una startup sin personas al mando quizá gane velocidad, pero corre el riesgo de perder su razón de ser. Cultura, propósito, motivación: esos elementos siguen siendo profundamente humanos. Por eso, el futuro no será construido solo por algoritmos, sino por quienes sepan guiarlos con criterio, visión y sensibilidad.
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Autor: Martín Nicolás Parolari