
En 2019, académicos de la Biblioteca de la Universidad de Cambridge descubrieron un texto extremadamente raro de 750 años sobre las leyendas del Rey Arturo, oculto a simple vista. Un fragmento del frágil manuscrito había sido reutilizado en la encuadernación de un registro de propiedad del siglo XVI, lo que hacía casi imposible estudiar el texto medieval sin desarmar —y ciertamente dañar— la cubierta del documento. Casi imposible… pero no del todo. Un equipo interdisciplinario de académicos de la Universidad de Cambridge utilizó diversas técnicas avanzadas de imagen para crear una copia virtual de la encuadernación, permitiéndoles desplegar digitalmente el raro texto sin tener que dañarlo ni afectar el registro de propiedad. Este enfoque innovador también preserva el artefacto como ejemplo de la práctica de encuadernación archivística del siglo XVI, la cual es “una pieza histórica por derecho propio”, explicó Irène Fabry-Tehranchi, Especialista en Colecciones y Enlace Académico de la Biblioteca de la Universidad de Cambridge, quien participó en el proyecto.
Un tesoro oculto en una encuadernación antigua Además de herramientas comunes como espejos, imanes y prismas, Fabry-Tehranchi y sus colegas utilizaron técnicas de imagen de vanguardia para fotografiar cada aspecto del fragmento plegado, hacer el texto más legible y crear un modelo 3D altamente detallado del artefacto para entender la estructura de la encuadernación sin tener que desarmarla. Cientos de imágenes fueron luego ensambladas como un rompecabezas para crear una versión digital de la cubierta, que los investigadores ahora pueden desplegar y estudiar como si tuvieran el objeto real en sus manos.
“Si esto se hubiera hecho hace 30 años, el fragmento podría haber sido cortado, desplegado y aplanado. Pero hoy, preservarlo in situ nos da una visión crucial de las prácticas archivísticas del siglo XVI, así como acceso a la historia medieval en sí”, dijo Fabry-Tehranchi. “Al principio se pensó que era una historia del siglo XIV sobre Sir Gawain, pero un examen más detallado reveló que era parte de la secuela Vulgata de Merlín en francés antiguo, un texto artúrico distinto y de enorme importancia.”
Las leyendas medievales del Rey Arturo, la Reina Ginebra, el caballero Sir Lancelot, el mago Merlín y la búsqueda del Santo Grial han sido escritas, copiadas, readaptadas, interpretadas, estudiadas y producidas en innumerables versiones durante siglos—quizás por más de mil años. El Ciclo de la Vulgata, también conocido como el Ciclo de Lancelot-Grial, es una de esas versiones en francés antiguo.
Escrito en la primera mitad del siglo XIII, relata las leyendas artúricas en una monumental epopeya en prosa dividida en cinco partes. El fragmento hallado en la Biblioteca de la Universidad de Cambridge pertenece a la Suite Vulgate du Merlin, una parte del Ciclo de la Vulgata que narra eventos posteriores a la coronación del Rey Arturo. Un pasaje del fragmento relata la victoria cristiana sobre los sajones en la Batalla de Cambénic, con la participación del caballero Gauvin (también conocido como Gawain) y su espada Excalibur. Otro narra la aparición de Merlín, disfrazado, en la corte del Rey Arturo durante la Fiesta de la Asunción de la Virgen María. Aquí tienes la traducción al inglés:
Mientras celebraban el festín, y Kay el senescal traía el primer plato al Rey Arturo y a la Reina Ginebra, llegó el hombre más apuesto que jamás se haya visto en tierras cristianas. Vestía una túnica de seda ceñida con un arnés de seda entretejido con oro y piedras preciosas que brillaban con tal intensidad que iluminaban toda la sala. Existen menos de 40 copias sobrevivientes conocidas por los estudiosos del texto Suite Vulgate du Merlin, y dado que los escribas medievales las copiaban a mano, cada una es una versión única. La encontrada en Cambridge, por ejemplo, tiene iniciales decorativas en rojo y azul. Basándose en esto y otras características, los investigadores sugieren que el texto fue escrito entre 1275 y 1315.
Sin embargo, “este proyecto no se trató solo de desbloquear un texto, sino de desarrollar una metodología que pueda utilizarse para otros manuscritos”, concluyó Fabry-Tehranchi. “Bibliotecas y archivos de todo el mundo enfrentan desafíos similares con fragmentos frágiles incrustados en encuadernaciones, y nuestro enfoque ofrece un modelo de acceso y estudio no invasivo.” La basura (o encuadernación) de una persona bien podría ser el tesoro de otra, incluso 750 años después.
Este artículo ha sido traducido de Gizmodo US por Lucas Handley. Aquí podrás encontrar la versión original.
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Autor: Lucas Handley