
No dejes que la palabra “deporte” te eche para atrás. Aunque estas afecciones son comunes entre los atletas, los deportistas regulares pueden padecerlas. Por ejemplo, un estudio publicado el año pasado en el British Journal of Sports Medicine descubrió que de 1,000 participantes que no eran de élite en el maratón de Boston, el 42% de las mujeres y el 17% de los hombres presentaban signos de baja disponibilidad de energía. Según McConville, incluso los corredores más ocasionales, los ciclistas y las personas que van al gimnasio –cualquiera que sea activo– también pueden tener un bajo nivel de energía. Y esto es válido para personas de todos los tamaños corporales.“La falta de comida no tiene por qué ser intencionada. Mientras que los desórdenes alimenticios pueden causar una baja disponibilidad de energía y RED-S cuando se restringe a propósito la cantidad que se ingiere o digiere, es totalmente posible estar bajo de combustible sin saberlo o darse cuenta. Y no se trata solo de la ingesta total, cada vez más los investigadores se dan cuenta de que la falta de carbohidratos para impulsar el ejercicio causa más problemas, ya sea con o sin un déficit general. Esta es una de las razones por las que el avituallamiento a mitad de carrera o recorrido es tan útil para los corredores, pues les ayuda a controlar sus necesidades de carbohidratos”, explica.Para entender por qué, piensa en tu cuerpo más como una cuenta bancaria que como un auto, menciona McConville. Cada vez que comes es una inversión. Todo lo que haces a lo largo del día, incluyendo tus entrenamientos, requiere un retiro. Debido a que generalmente surgen gastos de energía inesperados como correr para alcanzar el elevador, luchar contra una enfermedad leve, hacer esas pocas repeticiones extra, es muy fácil crear una brecha imprevista entre la ingesta y la producción.Esto no solo causa problemas en el momento, sino que también aumenta el riesgo de problemas de salud a largo plazo como depresión y no saber cómo tratarla, osteoporosis y daños cardiacos. Por eso es importante saber que es posible no rendir lo suficiente, pero debes estar alerta a las señales de alarma.1. Tu estado de ánimo decae y no sabes por quéEn estos días, unos minutos de agonía pueden ponerte ansioso o triste. Pero si por lo general eres una persona optimista y de repente te encuentras de mal humor, podría ser una señal de alarma.“Si tenemos hambre, estamos de mal humor”, comenta Stephanie Roth-Goldberg, una terapeuta de Nueva York especializada en psicología del deporte y recuperación de trastornos alimentarios.2. Piensas mucho en comida pero no puedes decidir qué comerCuando tu cuerpo se siente privado de alimentos, es fácil que tu mente se preocupe con pensamientos de comida, dice Roth-Goldberg. Del mismo modo, resulta difícil pensar con claridad en cómo funcionar cuando el depósito está casi vacío. “Sentir hambre, pero incapaz de decidir lo que quieres, y luego entrar en un conflicto, no suena nada bien ni nada se siente bien, y también es una señal”, asegura.3. Atracones a última hora del díaLa falta de alimentos puede desencadenar un círculo vicioso: Escatimas durante el desayuno y a media tarde o por la noche estás lo suficientemente hambriento como para arrasar con tu cajón de antojos. Te sientes mal, vuelves a restringirte al día siguiente y repites. Esto no solo está mal en el momento, sino que tiene otras consecuencias.
Fuente:
Autor: Cindy Kuzma