
<span class="ue-c-article__media-description">Donald Trump.</span><span class="ue-c-article__media-source"><span class="ue-c-article__media-author"><span itemprop="name">SHAWN THEW</span></span><span class="ue-c-article__media-agency">EFE</span></span>
El anuncio de la nueva política de aranceles que Donald Trump ha bautizado como Liberation Day ha supuesto un auténtico terremoto, un ataque en la línea de flotación del orden económico que ha imperado durante más de tres décadas. Supone una enmienda a la totalidad al modelo de gobernanza económica y de globalización en la que las empresas han operado desde los años 90.Aunque Trump había anunciado que los aranceles serían un elemento fundamental de su nuevo mandato nadie esperaba ni la magnitud ni la amplitud, más de 90 países, de sus aranceles. Los porcentajes que ha impuesto a una gran mayoría de países no tienen precedentes. Un arancel del 46% aplicado a las importaciones de Vietnam, un 34% a las importaciones de China o un 20% que se aplica de forma general a los miembros de la Unión Europea. Para entender la magnitud, en 1980 el arancel promedio que aplicaba Estados Unidos a las importaciones era del 3.4%, en 2016, antes del primer mandato de Trump, del 1,5%, y en 2019, ya bajo su gobierno, llegó al 3%, que implicaba doblar el tipo medio, pero lejos de los porcentajes hoy anunciados. Hay que retroceder a los años 30, los años previos a la Segunda Guerra mundial, un período de fuerte turbulencias económicas, para encontrar aranceles similares: en 1933 el arancel promedio era de casi un 20%.Las consecuencias para la economía europea son claras. Los países europeos para los que EEUU es un socio fundamental, como Alemania o Irlanda, que en 2024 exportaron por valor de 162 y 73 billones de euros a EEUU respectivamente, serán los más afectados. Las empresas europeas para las que este mercado es relevante verán una combinación de menores ventas, reducciones de márgenes al asumir una parte del arancel, y pérdida de competitividad al vender más caro. Desde la perspectiva empresarial supone menores ingresos, menores márgenes con efectos en una menor inversión y menor empleo. Para Europa desde la perspectiva macroeconómica supone el riesgo de una fuerte desaceleración económica por las menores exportaciones, la pérdida de confianza empresarial e incertidumbre, que se traduce en menor crecimiento económico, y si hay reciprocidad en los aranceles, mayor inflación. Un cóctel de menor crecimiento económico e inflación que es muy perjudicial para la economía. Los mercados financieros ya descuentan este escenario, y las bolsas europeas comenzaron el día con caídas significativas tras el anuncio de Trump de su nuevo esquema arancelario.Una mayoría de expertos coinciden en que no son buenas noticias tampoco para la economía de EEUU. En primer lugar, un efecto claro de los aranceles será el aumento de la inflación. En el corto y medio plazo Apple seguirá fabricando sus iPhone en China, y los consumidores americanos seguirán importando café de Colombia. Los aranceles implican mayores precios para el consumidor y pueden provocar un aumento significativo de la inflación. Diversos estudios coinciden en que los aranceles impuestos por la primera administración Trump se trasladaron, en gran medida, al precio que paga el consumidor. Parece una política contradictoria, pues parte del voto a Trump venía de una clase media desencantada con una administración demócrata que parecía no ser capaz de controlar la inflación.Impacto en el crecimientoMás allá del aumento de inflación, el efecto sobre el empleo y la producción, el crecimiento económico no está claro. Los altos aranceles pueden provocar cierto efecto de sustitución hacia la producción por parte de empresas ubicadas en Estados Unidos. Sin embargo, las cadenas de producción están globalizadas, y una parte muy importante de los productos intermedios que utilizan las empresas americanas vienen de importaciones, materias primas, productos químicos o maquinarias. Por ejemplo, las importaciones de productos químicos de 2013 a 2022 que realiza Estados Unidos, prácticamente, se dobló. Los aranceles supondrán para muchas empresas de Estados Unidos aumentos de costes, con efectos en márgenes, ventas y empleo. Respecto a si los aranceles aumentarán el empleo, una promesa del presidente americano, es fundamental esperar a ver las represalias. Cuando Estados Unidos inició su guerra comercial con China en su primer mandato, los aranceles a China aumentaron del 3,1% a prácticamente, el 20%, pero los aranceles de China a Estados Unidos pasaron del 8% al 22%. La industria americana que más exporta al resto del mundo, y particularmente, su potente sector agroindustrial puede ser una víctima colateral de esta guerra comercial.Desde la perspectiva macroeconómica, la incertidumbre de acciones y reacciones en cadena que esta política puede provocar genera tensiones en los mercados financieros. El aumento de la inflación puede suponer una presión para que los Bancos Centrales aumenten tipos de interés, lo que puede llevar a un escenario, lamentablemente probable y no deseable, de estanflación, en el que muchos países convivan con la recesión o un crecimiento económico exiguo acompañado de mayor inflación. ¿Bienvenidos al Liberation Day?Pedro Aznar. Profesor del Departamento de Economía, Finanzas y Contabilidad de Esade
Fuente:
Autor: Pedro Aznar