
Cuando se trata de vida en condiciones extremas, el espacio parece ser la última frontera… o tal vez no. Algunos organismos de nuestro planeta han demostrado que pueden ir mucho más allá de lo imaginable. En este artículo, te presento a una criatura microscópica que podría cambiar lo que creemos saber sobre la vida y la supervivencia. Un ser diminuto con una resistencia fuera de este mundo © iStock. En los rincones más inesperados de la Tierra vive un animal casi indestructible. Se le conoce como tardígrado, o “oso de agua”, y su capacidad de adaptación ha dejado perpleja a la comunidad científica desde hace décadas. Con un tamaño inferior al de la cabeza de un alfiler, estos seres han sido hallados en musgos, líquenes, glaciares y volcanes. Pero su hazaña más increíble no se encuentra en nuestro planeta: los tardígrados han demostrado que pueden sobrevivir… en el espacio. ¿Cómo es esto posible? Su cuerpo entra en un estado llamado criptobiosis, en el cual expulsan casi toda el agua de su organismo, detienen su metabolismo y permanecen en suspensión vital. Así pueden soportar radiación cósmica, vacío espacial, temperaturas entre -200 °C y 150 °C, y hasta presiones que aplastarían a cualquier otro ser vivo.
Sobreviven al espacio y pueden “resucitar” después de décadas © SCIENCE PHOTO LIBRARY. En 2019, miles de tardígrados deshidratados fueron liberados accidentalmente en la superficie lunar tras el fallo de una nave israelí. ¿Murieron? Tal vez no. Algunos científicos creen que estos organismos podrían seguir ahí, esperando volver a entrar en contacto con el agua para “resucitar” y continuar su ciclo vital. Este fenómeno no solo desafía lo que entendemos por vida, sino que abre interrogantes sobre la posibilidad de vida interestelar.
Y lo más intrigante: no solo sobreviven. Los tardígrados poseen una capacidad excepcional para reparar su ADN. Esto les permite resistir altos niveles de radiación cósmica. Su arsenal de antioxidantes actúa como un escudo biológico, algo que ningún otro animal ha logrado replicar.
Aplicaciones científicas más allá de la biología © iStock. Este pequeño animal no solo fascina por su resistencia. Su biología está siendo estudiada para aplicaciones en medicina, especialmente en oncología, debido a su habilidad para reparar daños genéticos. También hay interés en su uso para la ingeniería de materiales resistentes y dispositivos electrónicos que puedan soportar condiciones extremas.
Y en el contexto de la exploración espacial, los tardígrados podrían servir como modelo para desarrollar formas de vida artificial o incluso asistir en futuras misiones tripuladas de larga duración. Si ellos pueden sobrevivir al vacío, ¿por qué no aprender de ellos para proteger a los humanos?
Un desafío a lo que entendemos por vida Los tardígrados son la prueba de que aún nos queda mucho por descubrir sobre los límites de la vida. Pese a su pequeño tamaño y aspecto casi inofensivo, están reescribiendo lo que la ciencia creía imposible. Tal vez, cuando miremos al cielo preguntándonos si hay vida allá afuera, deberíamos recordar que, aquí mismo, en una gota de agua o entre granos de musgo, vive un superviviente cósmico silencioso.
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Autor: Martín Nicolás Parolari