
En la frontera entre lo científico y lo casi milagroso, un hospital de Barcelona ha conseguido lo que parecía fuera del alcance de la medicina convencional: borrar por completo la enfermedad en pacientes que ya habían agotado todas las posibilidades. Esta historia de superación científica es, también, un recordatorio de hasta dónde puede llegar la biomedicina cuando el compromiso es absoluto. De terapia experimental a esperanza real © Unsplash – National Cancer Institute Lo que en 2017 comenzó como un pequeño programa de investigación en el Hospital Clínic de Barcelona hoy se ha convertido en una estrategia consolidada que ha tratado con éxito a más de 500 personas. Su nombre es CAR-T, y su poder radica en convertir las células inmunitarias del propio paciente en un ejército capaz de localizar y aniquilar células tumorales. El impacto de esta terapia no es anecdótico. En tipos de cáncer como la leucemia linfoblástica aguda, el 90 % de los pacientes alcanzan una remisión total. En el caso del mieloma múltiple, la eficacia se sitúa en el 60 %, y en los linfomas no-Hodgkin ronda el 50 %. Detrás de cada número hay historias de personas que habían sido consideradas incurables.
Pero CAR-T no solo representa cifras esperanzadoras, sino también un cambio de paradigma: es personalizada, altamente específica y fabricada artesanalmente en salas blancas bajo condiciones estériles y de máxima precisión.
Cómo funciona esta tecnología que desafía al cáncer La terapia CAR-T se basa en una intervención quirúrgica del sistema inmunológico. Se extraen linfocitos T del paciente, que luego se modifican genéticamente en laboratorio para portar un receptor artificial que los convierte en detectores de células cancerosas. Tras multiplicarse, se reinfunden al organismo, donde empiezan a actuar como una fuerza de ataque quirúrgica.
Este procedimiento, aunque complejo, se ha simplificado con el tiempo gracias a la experiencia acumulada y al desarrollo de una red sanitaria que ha permitido escalar la producción. No se trata de un tratamiento importado de Estados Unidos ni de laboratorios privados inalcanzables: se genera en suelo español, con recursos públicos y colaboración institucional.
Una red humana detrás del avance científico © Unsplash – Ani Kolleshi El éxito de este modelo no se explica solo por la tecnología. La Fundación ”la Caixa”, el Instituto de Salud Carlos III y más de una docena de hospitales colaboran activamente para que el modelo CAR-T sea accesible y descentralizado. Este enfoque ha permitido reducir los tiempos de espera y acercar el tratamiento a pacientes de diferentes regiones.
El Clínic no solo produce la terapia, también lidera nuevos ensayos que buscan ampliar el alcance del tratamiento a otros tipos de tumores. Entre ellos se encuentran el ARI-0003 para linfomas, y dos futuras terapias: CAR-T HER2 para cáncer de mama y ARI-007 para leucemias T. El objetivo no es solo curar más, sino hacerlo más rápido, mejor y para más personas. Una historia que apenas comienza El impacto del Clínic-IDIBAPS ha cruzado fronteras. La inmunoterapia de precisión ya no es solo una promesa lejana, sino una realidad que se aplica y evoluciona desde España. Con el apoyo de entidades como la Fundación Bosch y Aymerich, la Fundación Glòria Soler y la AECC, el proyecto se expande y se consolida.
Como dijo Àngel Font, uno de los impulsores desde la Fundación ”la Caixa”, lo que antes parecía una quimera hoy es una realidad transformadora. Y lo más asombroso es que aún queda mucho por escribir en esta historia. Porque cuando la ciencia y la determinación se encuentran, los límites desaparecen. [Fuente: National Geographic España]
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Autor: Romina Fabbretti