
<span class="FigureHighPriority-caption" itemprop="caption">El primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu, estuvo el lunes en Washington para reunirse con Donald Trump, a quien probablemente pedirá un indulto de los aranceles estadounidenses mientras busca más respaldo sobre Irán y Gaza.</span> <span class="FigureHighPriority-credit" itemprop="author">(KEVIN DIETSCH/Getty Images via AFP)</span>
La reunión en la Casa Blanca marcó un punto de inflexión en la agenda internacional del nuevo mandato de Trump: fue la primera vez que recibió a un jefe de gobierno extranjero, desde el anuncio de su nueva política comercial, que impone un arancel del 10% a todas las importaciones, incluidas aquellas provenientes de países considerados aliados.
Frente a esto, Netanyahu sorprendió con una promesa que buscó reforzar el respaldo bilateral. “Eliminaremos el déficit comercial con Estados Unidos (…). Creemos que es lo correcto”, afirmó ante medios de comunicación, en referencia al superávit que Israel mantiene actualmente con su principal socio económico y militar.
Además de los aranceles, Trump dejó claro que no prevé pausas para negociaciones: “No estamos considerando eso. Muchos países vienen a negociar acuerdos con nosotros, y serán justos”, dijo, descartando de plano aplazamientos para sus nuevas medidas proteccionistas.
La relación entre Israel y Estados Unidos es históricamente estrecha, pero en los últimos años cobró un carácter más personal y estratégico bajo el liderazgo de ambos políticos, quienes comparten una visión nacionalista, una retórica de fuerza frente a sus adversarios y una fuerte resistencia a organismos multilaterales. La reunión de este lunes refuerza esa narrativa, en un momento clave para sus agendas internas.
Gaza: la herida abierta
El conflicto con Hamás y la crisis humanitaria en Gaza también ocuparon parte central del encuentro. Netanyahu confirmó que Israel trabaja en nuevas negociaciones para lograr la liberación de rehenes, en medio de la intensificación de la ofensiva militar que se reanudó el 18 de marzo, tras una tregua de dos meses.
“Estamos trabajando ahora en otro acuerdo que esperamos que tenga éxito, y estamos comprometidos a sacar a todos los rehenes”, afirmó el primer ministro, sin dar más detalles.
Desde el inicio de la reanudación de los ataques, más de 1,330 personas han muerto en Gaza, según el Ministerio de Sanidad controlado por Hamás. Naciones Unidas estima que cerca de 400,000 personas han sido desplazadas por la violencia, mientras crecen las denuncias de escasez de alimentos, agua y atención médica.
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Autor: Expansión