
Justo comenzamos este artículo con una excepción por parte de Letizia Ortiz que confirma esa regla (no escrita) en lo que se refiere a joyas. Y es que la reina ha celebrado una serie de audiencias en La Zarzuela estrenando unos pendientes de perlas (se desconoce si forma parte del joyero ‘de pasar’ o si son nuevos, simplemente nunca se los habíamos visto antes). Un hecho realmente noticiable ya que, salvo en momentos muy especiales, suele lucir unos accesorios realmente discretos y minimalistas. En el extremo contrario, que royals europeas las utilizan continuamente en actos públicos. ¿A qué responde esta decisión de Letizia Ortiz? ¿Es algo estético o simbólico?Letizia Ortiz, con sus nuevos, desconocidos y sorprendentes pendientes de perlas.
© GtresonlineLa todavía Princesa de Asturias llevó este collar de perlas en 2009… y nunca más.
© Getty ImagesLas mujeres de la monarquía británica tienen una larga tradición con las perlas que nació con Isabel I. Estas gemas, en color blanco nacarado, simbolizaban la pureza y se mantuvieron muy vigentes en esta Casa Real hasta casi convertirse en una seña de identidad de la mismísima Isabel II, con su collar de tres vueltas. Sus herederas, de hecho, han mantenido esta tradición y hoy las lucen en forma de pendientes, collar, broches y, en general, forman parte de su indumentaria en eventos públicos, no solo en los más formales. Algo similar sucede en la Casa Real sueca, danesa o neerlandesa: las perlas de su joyero real están siempre ahí.La Reina en la Pascua Militar de 2025 recuperando clásicos de las joyas ‘de pasar’.
© GtresonlineLa reina, con sus perlas favoritas en la misa funeral de Juan Gómez-Acebo.
© Getty ImagesSin embargo, Letizia Ortiz las reserva para eventos que requieren un protocolo muy estricto como la Pascua Militar o actos con otras monarquías o jefes de estado (¡y no para todos!). Para eventos diurnos y más informales prefiere optar por piezas más discretas o, haciendo gala de su dominio del literal dressing, de otras cargadas de significado aunque sean asequibles.Margarita de Dinamarca, todo perlas.
© Getty ImagesSonia de Noruega, con un collar de MUCHAS vueltas.
© Getty ImagesPerlas y camafeos para Victoria de Suecia, parte de una generación de royals jóvenes que mantiene la tradición joyera.
©Recordemos que hace años que la reina no lleva ni su anillo de prometida ni su alianza de bodas desde hace años. Y es que en los actos que preside tiene que estrechar muchas manos y, según se cuenta, las sortijas le hacían manos (además, quienes han coincidido con ella aseguran que su apretón es realmente intenso). Además, prescinde de collares, pulseras y broches desde hace ya muchas temporadas cuando no es una cena de gala o uno de esos momentos tan protocolarios. Sus accesorios se reducen a su eterno anillo en el dedo índice de la mano izquierda (en su día, de Karen Hallam y, desde hace tiempo, de Coreterno).Máxima, la reina más moderna y con perlas XXL.
© Getty Images© Getty ImagesNo, a Letizia Ortiz no le gustan las joyas y complementos ostentosos y, sobre todo, que puedan resultarle incómodos. Que sobresalgan, que cuelguen, que le impidan tener una interacción con las personas con las que esté tratando, que en algún momento le lleguen a hacer daño, en definitiva. Quizá cuando era princesa y todavía no tenía esa seguridad que ha ido adquiriendo como reina se ceñía más a lo que se esperaba de una royal y llevaba perlas y cualquier otro abalorio llamativo. Ahora han entrado en juego su estilo personal y sus propias preferencias y, entre ellas, no están las perlas del joyero real.En el estilo personal de otras royals, a su vez, sí que entran las grandes piezas de sus joyeros reales y las llevan felices sin que sea contradictorio con la imagen que quieren proyectar. De ahí que las perlas sí que tengan presencia en sus looks de manera habitual.Kate Middleton, con las perlas heredadas de Isabel II.
© Getty ImagesEl icónico collar de perlas de tres vueltas de Isabel II, una de sus señas de identidad.
© Getty ImagesNo parece que el motivo de Letizia Ortiz para no llevar perlas sea, en absoluto, rebuscado. Simplemente, no le gustan los excesos estilísticos ni la pompa, por muy consorte que sea. ¿Llegará un día en el cual ni siquiera se ponga las grandes joyas en actos con un estricto protocolo? Pues podría suceder y sería respetable porque, recordamos, estamos en el siglo XXI.Las perlas de Isabel II tienen heredera.
© Getty ImagesCamilla, una reina con perlas.
© Getty Images9 diademas para vestir (y ser) tan reina como LetiziaPor Casandra Maggio
Fuente:
Autor: Ana Serrano