
En general, los expertos concuerdan en que el fuego fue crucial para la supervivencia humana durante la más reciente era de hielo. Pero en Europa hay sorprendentemente poca evidencia de fogones de los años más fríos, hace entre 26.500 y 19.000 años. Al estudiar en Ucrania la evidencia de estos fogones prehistóricos, un equipo de investigadores pudo comprender mejor de qué manera se utilizó el fuego durante el período más crudo de la era de hielo. Según lo detallan en un trabajo que se publicó este mes en Geoarchaeology, los fogones revelan indicios de tecnología sofisticada que incluyó el potencial uso de grasa y huesos como combustible. “El fuego no era solo para mantener el calor sino también elemento esencial para cocinar, fabricar herramientas, y hacer reuniones sociales”, dijo en declaraciones de la universidad Philip R. Nigst, uno de los principales autores del trabajo y arqueólogo de la Universidad de Viena. Aunque el registro arqueológico confirma que los cazadores y recolectores de Europa hacían fuego en el periodo paleolítico superior (45.000 a 10.000 años atrás), hay una brecha de unos 7.500 años que coincide con los años más fríos de la era de hielo.
“Sabemos que el uso del fuego era general, antes y después de este período, pero hay poca evidencia de la época más cruda de la era de hielo”, afirmó William Mrphree, otro de los autores principales y geo arqueólogo de la Universidad de Algarve.
El fuego en el hogar La evidencia que se encontró ahora en Ucrania ayuda a conocer más. Se investigaron tres antiguos fogones que datan del momento máximo de la última era glacial. Estos “hogares” se excavaron en 2013 en el sitio arqueológico Korman 9 y datan de hace unos 23.000 a 21.000 años. Nos ofrecen una oportunidad de conocer cómo usaban el fuego en la era de hielo, cuando más se necesitaba.
Se usaron métodos geo arqueológicos como el análisis microestratigráfico (técnica que estudia capas geográficas en alta resolución), la micromorfología (estudia el suelo y el sedimento a nivel microscópico), y el análisis colorimétrico (que detecta compuestos químicos).
© Philip R. Nigst. Los análisis revelaron que los fuegos alcanzaban los 600 °C, lo que sugiere que los cazadores-recolectores europeos tenían profundo conocimiento de cómo hacer fego (las llamas más calientes indican que la combustión es más eficiente). Si bien los tres fogones eran abiertos y planos, los investigadores sugieren que se los construyó intencionalmente y se usaban de manera diferente según la estación. Por ejemplo, uno de estos fogones u “hogares” era más grande y grueso, y tal vez haya sido el que alcanzaba temperaturas más elevadas.
“Controlaban perfectamente el fuego y sabían cómo usarlo de distintas maneras según su propósito. Nuestros resultados también muestran que estos cazadores-recolectores usaban el mismo lugar en diferentes momentos del año durante sus migraciones anuales”, explicó Nigst. Aunque el trabajo de investigación indica que lo que solía usarse era la madera de abeto, “algunos de los huesos de animales hallados en el sitio se quemaban a temperaturas de más de 650 °C”, explicó Marjolein D. Bosch, coautora del estudio y zoo arqueóloga de la Universidad de Viena. Si se confirma esto, el uso de huesos y grasa animal como combustible sugeriría un nivel más elevado de conocimiento de la técnica del fuego. “Estamos investigando si se usaron como combustible o si se quemaron por accidente”, añadió Bosch.
Esta investigación echa luz sobre una de las primeras y más importantes tecnologías desarrolladas por el ser humano. Pero tres “hogares” o fogones prehistóricos no bastan para cubrir la brecha en el registro arqueológico, por lo que continúa el misterio en torno a la tecnología del fuego durante el pico máximo de la era de hielo.
Este artículo ha sido traducido de Gizmodo US por Thomas Handley. Aquí podrás encontrar la versión original.
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Autor: Thomas Handley