
<span class="image__caption">Este hallazgo podría hacernos reescribir los libros de texto de Geología: descubren el cráter más antiguo de la Tierra y redefinen aspectos clave de la historia del planeta. Fuente: Midjourney + Nature Communications</span>
Creado:
7.03.2025 | 06:51
Actualizado:
7.03.2025 | 06:51
Los cráteres de impacto cuentan la historia de nuestro planeta de una forma que pocas otras estructuras geológicas pueden hacerlo. Son cicatrices del bombardeo que la Tierra sufrió en sus primeros mil millones de años, un período del que queda poca evidencia en la superficie. Ahora, un equipo de investigadores de la Curtin University ha encontrado lo que parece ser el cráter de impacto más antiguo conocido, con 3.470 millones de años, en la región de Pilbara, en Australia Occidental.
El hallazgo, publicado en Nature Communications, desafía lo que sabíamos sobre la frecuencia y la intensidad de los impactos en la Tierra primitiva. Según el profesor Tim Johnson, coautor del estudio, “antes de nuestro descubrimiento, el cráter de impacto más antiguo tenía 2,2 mil millones de años, por lo que este es, con diferencia, el cráter más antiguo jamás encontrado en la Tierra”. Además de su edad, el impacto parece haber tenido un papel importante en la evolución temprana de la corteza terrestre, algo que los científicos están comenzando a analizar en profundidad.
El cráter más vivo del mundo
Un hallazgo inesperado en Australia Occidental
El cráter se encuentra en una zona conocida como North Pole Dome, en el Pilbara Craton, una de las regiones geológicas más antiguas del mundo. Durante años, los geólogos han estudiado esta zona por sus formaciones rocosas bien conservadas, pero no fue hasta 2021 cuando el equipo de Curtin University identificó conos astillados (shatter cones), una estructura geológica que solo se forma en impactos de meteoritos.
Estos conos astillados, presentes en el Antarctic Creek Member, son prueba inequívoca de que un meteorito colisionó con la Tierra en esta región hace 3,47 mil millones de años. Las rocas impactadas están cubiertas por capas de brechas carbonatadas y lavas almohadilladas, lo que ha permitido a los científicos determinar con precisión la edad del impacto.
El impacto habría creado un cráter de al menos 100 kilómetros de diámetro, lanzando escombros a la atmósfera y posiblemente afectando la composición química de los océanos primitivos. Según los investigadores, esto podría haber generado entornos hidrotermales, favorables para la aparición de la vida.
Comparación entre el cráter Atlas en la Luna y el North Pole Dome en Australia, destacando similitudes en su tamaño y estructura geológica. Fuente: Nature Communications
El papel de los impactos en la evolución de la Tierra
Los científicos han debatido durante años hasta qué punto los impactos de meteoritos influyeron en la evolución de la Tierra primitiva. Mientras que algunos investigadores creen que estos eventos tuvieron un papel menor, otros sostienen que los impactos más grandes podrían haber sido responsables de iniciar procesos como la subducción y la formación de los primeros continentes.
El estudio plantea la posibilidad de que este impacto en particular haya contribuido a la formación de los cratones, los bloques de roca más antiguos y estables de la corteza terrestre. La enorme cantidad de energía liberada por el meteorito pudo haber derretido parte del manto terrestre y generado actividad volcánica, lo que habría facilitado la consolidación de la corteza en ciertas regiones.
Además, algunos investigadores sugieren que los impactos podrían haber proporcionado las condiciones necesarias para la vida primitiva. Las zonas de impacto generan calor y actividad hidrotermal, creando nichos ecológicos similares a los de las fuentes hidrotermales submarinas, donde algunos científicos creen que pudo originarse la vida.
El Antarctic Creek Member, con conos de choque, se encuentra justo debajo de las brechas carbonatadas polimícticas de 5 a 10 metros de espesor. Fuente: Nature Communications
El misterio de los cráteres perdidos en la Tierra primitiva
Uno de los mayores enigmas en la geología planetaria es la aparente ausencia de cráteres de impacto anteriores a los 2,2 mil millones de años. Aunque se sabe que la Tierra fue intensamente bombardeada en sus primeros mil millones de años, la evidencia directa de estos eventos ha sido difícil de encontrar.
Según el estudio, los investigadores han estado buscando estructuras de impacto de la era Arqueana durante décadas sin éxito. La razón principal es que los procesos geológicos terrestres, como la erosión y la tectónica de placas, han eliminado la mayoría de las huellas de estos impactos primitivos. Sin embargo, el hallazgo en North Pole Dome demuestra que estos cráteres aún pueden existir, ocultos en regiones geológicamente estables como los cratones.
El paper señala que, si más estructuras como esta son identificadas, se podría reconstruir una imagen mucho más precisa del impacto de meteoritos en la evolución temprana de la Tierra. Esto no solo ayudaría a comprender cómo se formaron los continentes, sino también cómo estos eventos pudieron influir en la química de los océanos y en el surgimiento de la vida.
Uno de los mayores enigmas en la geología planetaria es la aparente ausencia de cráteres de impacto anteriores a los 2,2 mil millones de años. Fuente: Midjourney / Eugenio Fdz.
Un rompecabezas por resolver
A pesar de la importancia de este hallazgo, aún quedan muchas preguntas por responder. ¿Cuántos otros cráteres de impacto de esta época han desaparecido por la erosión y la tectónica de placas? ¿Hubo más impactos de este tipo en la misma época? Si este evento ayudó a moldear la corteza terrestre, ¿qué otros procesos geológicos fueron influenciados por impactos similares?
El descubrimiento del cráter del North Pole Dome abre una nueva línea de investigación sobre la historia temprana de la Tierra. A medida que los geólogos estudien más a fondo la región y busquen estructuras similares en otros cratones antiguos, es probable que surjan nuevos datos que ayuden a reconstruir mejor el pasado del planeta.
Lo que está claro es que este hallazgo obliga a reconsiderar el papel de los impactos en la evolución geológica temprana. Como señala el profesor Chris Kirkland, coautor del estudio, “este descubrimiento proporciona una pieza crucial del rompecabezas de la historia de los impactos en la Tierra”.
Referencias
Christopher L. Kirkland, Tim E. Johnson, Jonas Kaempf, Bruno V. Ribeiro, Andreas Zametzer, R. Hugh Smithies & Brad McDonald. A Paleoarchaean impact crater in the Pilbara Craton, Western Australia. Nature Communications, 6 de marzo de 2025. DOI: 10.1038/s41467-025-57558-3.
Fuente:
Autor: efernandez