
Mickey 17 finalmente está aquí. Han pasado casi seis años desde que Parásitos, del maestro coreano Bong Joon-ho, se estrenó en el Festival de Cine de Cannes, donde ganó la Palma de Oro en su camino a convertirse en la primera película en un idioma distinto del inglés en ganar el Premio de la Academia a mejor película. Bong, quien desde hace tiempo es venerado en Corea y entre fanáticos de culto en todo el mundo, rompió una barrera para alcanzar una fama más mainstream. En esencia, creó un acto difícil de seguir, lo que quizás explica por qué su nueva película, Mickey 17, tardó más de media década en llegar a los cines.Para ser justos, la película terminó su producción hace más de dos años y en algún momento quedó atrapada en el limbo de las fechas de estreno por parte de su distribuidora, Warner Bros. Finalmente, se estrenó en el Festival de Cine de Berlín el mes pasado y llegó a los cines este fin de semana. La pregunta ahora es: ¿valió la pena la espera?Un planteamiento cómicamente macabroRobert Pattinson le aporta un toque extra de rareza a Mickey 17.
IMDbComo siempre, Bong construye un mundo oscuro e idiosincrático en el que moverse con libertad. En Mickey 17, imagina un futuro no muy lejano de capitalismo desenfrenado, una Tierra moribunda y personas desesperadas que se enrolan en trabajos terribles con la esperanza de escapar hacia la relativa seguridad de otro planeta. El peor empleo de todos es el de “expendable”, donde la conciencia de un voluntario se sube a un servidor y se conserva allí para que pueda morir corporalmente una y otra vez en el transcurso de trabajos peligrosos. Tras su muerte, su cuerpo se reimprime y su mente se descarga en él. Morir, enjuagar, repetir.Es un planteamiento cómicamente macabro, con un toque extra de rareza gracias a Robert Pattinson, quien interpreta al personaje titular con un acento chillón y un nerviosismo torpe y espasmódico. Es otra actuación exagerada de Pattinson, quien, desde sus días en Crepúsculo, ha estado admirablemente dispuesto a transformarse y desafiarse sin importarle la vanidad. En ese sentido, él y Bong hacen un dúo ideal: los personajes del cineasta suelen ser excéntricos, impregnados de un sentido del humor desmesurado y peculiar. Ese tipo de comedia no siempre se traduce bien del coreano al inglés —basta ver al zoólogo frenético de Jake Gyllenhaal en Okja—, pero los esfuerzos de Pattinson siguen siendo dignos de reconocimiento.
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Autor: Richard Lawson