
Adoptar una actitud proactiva implica asumir el control, planificar, anticiparse a los problemas y actuar con responsabilidad. Con esfuerzo y práctica, cualquier persona puede desarrollar esta habilidad y transformar su vida de manera significativa. La clave está en dejar de ser un espectador y convertirse en el actor principal de la propia historia. Suena difícil, pero no lo es tanto. Para convencete, te contamos cuáles son algunos beneficios que podrías obtener con este cambio de actitud.Mayor control sobre tu vidaSer proactivo permite tomar decisiones conscientes en lugar de reaccionar impulsivamente a los acontecimientos. Así, el arrepentimiento es menor, pues sabes por qué tomaste ciertas decisiones y qué implicaciones tienen las mismas.Mejor gestión del tiempoLa planificación y la anticipación ayudan a evitar imprevistos y a optimizar el uso del tiempo. De esta manera, podrás obtener más oportunidades para descansar y aprovechar tu día.Mayor capacidad de resolución de problemasAl asumir la responsabilidad de buscar soluciones, se fomenta una mentalidad orientada a resultados. Es el famoso “dejar de victimizarse” que se busca con esta actitud.Mayor estabilidad emocionalLas personas proactivas manejan mejor el estrés, ya que se centran en lo que pueden controlar en lugar de preocuparse por lo que escapa de su alcance. Además, suelen estar más en control de sus propios actos, lo cual provoca menos malestar emocional (incluyendo, por ejemplo, cruda moral).Mejores relaciones interpersonalesTomar la iniciativa en la comunicación y en la resolución de conflictos fortalece las relaciones con los demás. Esta es una cualidad que la gente tiende a apreciar en el otro, por lo que también te será más sencillo crear vínculos valiosos.Tips para ser proactivo en el día a díaLleva una buena actitud dentro y fuera del trabajo
Jacob WackerhausenLa proactividad no es una cualidad innata, sino una habilidad que se puede desarrollar con práctica y esfuerzo. Es decir, que todas las personas tenemos la capacidad de ser personas proactivas, pero debemos entrenarnos para eso. Aquí te compartimos algunas estrategias para cultivarla en el día a día:Asumir la responsabilidadEl primer paso para ser proactivo es reconocer que somos responsables de nuestras acciones y de las consecuencias que derivan de ellas. En lugar de culpar a otros o a las circunstancias, es fundamental centrarse en lo que sí podemos cambiar.
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Autor: María González