
<p class="caption-title ">Ploynaplus Chirasukon y Kwanporn Kongpetch posan en el Centro Comercial Paragon de Bangkok, donde este jueves se han registrado cientos de matrimonios homosexuales en Tailandia, con la entrada en vigor de la nueva ley igualitaria. </p> <span class="caption-author ">MANAN VATSYAYANA / AFP</span>
Tailandia se han convertido este jueves en el primer país del sudeste asiático en registrar las uniones matrimoniales entre dos hombres y entre dos mujeres. La ley de igualdad, aprobada el año pasado prácticamente por unanimidad en el Congreso y el Senado y firmada por el rey hace 120 días, entraba hoy en vigor.
Miles de parejas han firmado los papeles ante la administración a lo largo y ancho del país, pero la cita más concurrida se desarrolla en Bangkok desde las ocho de la mañana. Concretamente -esto es Tailandia- en uno de los centros comerciales más céntricos y sofisticados, Paragon.
“Por un lujo inclusivo”, se lee en un escaparate, camino del gigantesco hall de la quinta planta. Dispuestos a resolver todas las contradicciones con una sonrisa, cientos de parejas del mismo sexo desfilan en sesión continua. Entre las taquillas del multisalas y el Café Buttery World. Les acompaña un número bastante reducido de familiares o amigos. El ambiente es relajado y feliz, de conquista que finalmente ha caído como fruta madura en uno de los países más tolerantes del mundo con la identidad sexual de cada cual. En la ciudad del mundo, además, donde probablemente se realizan más cirugías de reasignación de sexo, en su mayoría para pacientes extranjeros.
Precisamente, uno de los aspectos que más se subraya en Tailandia es la incidencia positiva que puede tener la ley para el sector turístico. “Los turistas homosexuales gastan un 40% más que los homosexuales”, afirman desde el ministerio de Turismo. La primera ministra, Paetangtorn Sinawatra, ha saludado la bandera del arcoíris desde Davos. La misma que por la que, a modo de alfombra roja, desfilaban los recién casados, con su certificado de matrimonio ya en el bolsillo. Muchos de ellos -y muchas de ellas- con idéntico atuendo.
Las primeras treinta parejas han recibido el certificado de manos del anterior primer ministro, Srettha Thavisin, que fue quien impulsó la ley. Srettha -de regreso a su negocio inmobiliario- no ha desperdiciado la ocasión de anunciar sus condominios de apartamentos Sansiri con una furgoneta arcoíris.
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Autor: Jordi Joan Baños