
Publicado por
Christian Pérez
Redactor especializado en divulgación científica e histórica
Creado:
29.03.2025 | 08:30
Actualizado:
29.03.2025 | 08:30
La endometriosis afecta a más de 200 millones de personas en todo el mundo, pero su diagnóstico sigue siendo difícil y sus mecanismos poco claros. Esta enfermedad crónica se caracteriza por el crecimiento de tejido similar al endometrio fuera del útero, generando dolor, inflamación y, en muchos casos, infertilidad.
A pesar de su alta prevalencia, la endometriosis sigue siendo una condición subestimada y frecuentemente mal diagnosticada. Muchas pacientes tardan entre siete y diez años en recibir un diagnóstico certero, y los tratamientos actuales se basan en hormonas o cirugía, opciones que no son efectivas o adecuadas para todos los casos.
"La endometriosis comienza para la mayoría de las niñas en la adolescencia, cuando comienzan a tener sus períodos," dijo el coautor del estudio Asgerally Fazleabas, profesor y presidente asociado de investigación del Departamento de Obstetricia, Ginecología y Biología Reproductiva de la Facultad de Medicina Humana de la Universidad Estatal de Michigan.
"Muchas de estas chicas tienen períodos complicados con un dolor pélvico muy severo que dura toda su adolescencia. Afecta gran parte de su vida normal," añadió.
Un estudio que analiza el tejido en su contexto original
La investigación publicada en iScience utilizó transcriptómica espacial para examinar las lesiones endometriósicas a nivel celular y molecular. A diferencia de métodos tradicionales que analizan tejidos disgregados, esta tecnología permite estudiar cómo se comportan las células dentro de su entorno natural.
El estudio se centró en lesiones superficiales del peritoneo y comparó muestras de cinco pacientes con endometriosis, analizando tejido lesionado y endometrio eutópico (normal) de las mismas personas.
Se estudiaron específicamente tres tipos celulares: epitelio, estroma y macrófagos, lo que permitió identificar cambios específicos en cada población celular.
Identificar la interacción epitelio-macrófago como desencadenante clave de inflamación podría abrir el camino a tratamientos no hormonales más específicos. Imagen: iStock (composición Edgary R.)
El epitelio lesionado actúa como un nodo inflamatorio activo
El epitelio de las lesiones mostró una activación significativa de genes relacionados con la respuesta inmunitaria. Se encontró sobreexpresión de componentes del sistema del complemento como C3, así como moléculas de MHC clase II, CD74 y otras asociadas con inflamación crónica.
Estos resultados sugieren que el epitelio no solo es un tejido pasivo, sino que participa activamente en la perpetuación de la inflamación.
Esta activación puede contribuir a la persistencia de las lesiones y a la resistencia frente a los tratamientos actuales.
El estroma permanece sorprendentemente estable
En contraste con el epitelio, el estroma de las lesiones mostró muy pocas diferencias en comparación con el endometrio normal. Solo dos genes (DHRS1 y SCGB2A1) estuvieron disminuidos en el estroma lesionado.
Esto sugiere que el estroma no es el principal motor de la inflamación en las lesiones superficiales, lo que contradice algunas hipótesis previas sobre su rol central en la enfermedad.
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Edgary Rodríguez R.
Christian Pérez
Los macrófagos responden al entorno proinflamatorio
Los macrófagos en las lesiones presentaron un perfil de activación alterado, con 148 genes diferencialmente expresados. Se encontraron aumentos en vías asociadas a TNF-α, STAT5 y señalización inmunitaria innata.
La activación de estas células sugiere que los macrófagos no están resolviendo la inflamación, sino contribuyendo a ella. Lejos de eliminar el tejido ectópico, parecen favorecer su mantenimiento y crecimiento.
Los macrófagos en las lesiones muestran una firma genética que favorece la reparación de tejido en lugar de su eliminación, perpetuando el crecimiento anómalo. Imagen: iScience.
Una señal entre epitelio y macrófagos amplifica la inflamación
El análisis de comunicación celular reveló que la señalización del epitelio hacia los macrófagos es 3.7 veces mayor en las lesiones que en el tejido eutópico. Las vías más destacadas incluyen MHC clase II, el complemento (especialmente C3) y el factor inhibidor de migración de macrófagos (MIF).
Este intercambio de señales genera un circuito de retroalimentación que mantiene activa la inflamación en el tejido ectópico. El epitelio inicia la respuesta, los macrófagos responden liberando prostaglandinas, y esto a su vez promueve la producción local de estrógenos, que siguen alimentando la inflamación.
"Lo que hemos demostrado en este trabajo es que las células epiteliales pueden comunicarse con los macrófagos", dijo Fazleabas. "Nuestra hipótesis es que su comunicación cruzada proporciona potencialmente un entorno propicio para el desarrollo de la enfermedad".
El sistema del complemento como posible blanco terapéutico
Entre los hallazgos más relevantes, se destaca el papel del componente C3 del sistema del complemento. Este factor, producido por el epitelio lesionado, no solo activa a los macrófagos, sino que también puede inducir funciones asociadas con fibrosis y angiogénesis.
El C3 aparece como una posible diana terapéutica para interrumpir el ciclo inflamatorio de la endometriosis. A diferencia de tratamientos hormonales, bloquear esta vía podría ofrecer una estrategia más precisa y con menos efectos secundarios.
La importancia del análisis espacial en medicina de precisión
El estudio resalta el valor de la transcriptómica espacial frente a métodos tradicionales de secuenciación. Mientras que el análisis masivo mostró miles de genes alterados, el enfoque espacial permitió identificar que estos cambios ocurren en subpoblaciones celulares específicas.
Este nivel de resolución es crucial para el desarrollo de tratamientos personalizados.
En enfermedades como la endometriosis, donde múltiples tipos celulares interactúan, entender esas interacciones es clave para intervenir de forma efectiva.
Este hallazgo redefine el papel del sistema inmunitario en endometriosis, revelando que no siempre actúa como defensa, sino que puede fomentar la enfermedad. Imagen: iStock (composición Edgary R.)
Hacia una nueva generación de tratamientos
Los resultados del estudio proporcionan una base molecular sólida para el desarrollo de terapias no hormonales. Identificar las vías de señalización específicas involucradas en la inflamación permite pensar en fármacos dirigidos, más seguros y eficaces.
Esto representa un cambio de paradigma en el abordaje de la endometriosis. En lugar de suprimir globalmente las hormonas, se podría interrumpir la comunicación celular patológica que sostiene la enfermedad.
La inflamación sostenida comienza con el epitelio
El estudio ofrece evidencia de que el epitelio lesionado juega un papel central en la activación inmunitaria y la perpetuación de la endometriosis. A través del diálogo con macrófagos, establece un microambiente que favorece la inflamación crónica.
Comprender estos mecanismos abre nuevas oportunidades para diseñar tratamientos más específicos y menos invasivos.
A medida que la ciencia descifra las redes celulares de la endometriosis, se acerca el desarrollo de terapias más efectivas y personalizadas para millones de personas que viven con esta enfermedad.
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Edgary Rodríguez R.
Christian Pérez
Referencias
Burns, G. W., Fu, Z., Vegter, E. L., Madaj, Z. B., Greaves, E., Flores, I., & Fazleabas, A. T. Spatial transcriptomic analysis identifies epithelium-macrophage crosstalk in endometriotic lesions. iScience. (2025). doi: 10.1016/j.isci.2025.111790
Fuente:
Autor: edgary185