
<p class="caption-title "> </p> <span class="caption-author ">Sergio Pérez / Efe</span>
Mientras Donald Trump mantiene el mundo en vilo con su anuncio de que el día 2 de abril comienza una guerra comercial de consecuencias imprevisibles, Yolanda Díaz cerraba la asamblea nacional de Sumar en Madrid levantando una camiseta en la que se leía: “Trabajar menos, vivir mejor” y llamaba a ganar el futuro. Su formación ha propuesto luchar por las 32 horas semanales y doblar el brazo a las derechas reaccionarias.
Sergio Pérez / Efe
Está bien que alguien transmita optimismo, que piense que podemos trabajar cuatro días a la semana con la tormenta que se nos viene encima y que se puede tumbar a los autoritarios que dominan la Tierra. Pero no parece que el futuro vaya a ser una fiesta, sino que las medidas que Trump impone lastrarán el crecimiento económico, dispararán la inflación y crearán serias tensiones políticas. Difícilmente será posible trabajar menos y vivir mejor por muchas camisetas que nos enfundemos.
Yolanda Díaz levantó una camiseta que decía: “Trabajar menos, vivir mejor”Nos guste o no, habrá que abonarse a la cultura del esfuerzo, que ha sido sometida en los últimos tiempos a un cierto desprestigio. Si buscan en internet, verán como se acumulan últimamente los artículos que la califican de concepto tóxico, tramposo o falso. Como si la cultura del esfuerzo fuera el argumento para la injusticia y la precariedad, cuando es el único camino para desarrollar el talento y la creatividad, la única ruta para ser personas y sociedades competentes.
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Màrius Carol
El talento sin esfuerzo no va a ningún sitio, como no es verdad que quien fracasa es porque no se ha esforzado lo suficiente. Se puede trabajar con dedicación sin sacrificar la salud, el bienestar o el tiempo con la familia. Vivir mejor exige mejores salarios y los de este país aún son bajos, hasta el punto de que los jóvenes no pueden pagarse un alquiler. Y trabajar menos exige subir peldaños en la escalera de la productividad.
La cultura del esfuerzo no debe confundirse con la esclavitud laboral, la explotación de los trabajadores o la negativa a conciliar. Bauman decía que trabajar es un fin en sí mismo, una actividad noble. A veces parece que lo olvidamos. Incluso en los eslóganes de las camisetas.
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Autor: Màrius Carol Pañella