
En moda, llegar a los cien es un reto. Y cumplirlos con una salud como la de Pedro García, casi un milagro. Pero ahí está la firma de calzado alicantina, que en 2025 celebra un siglo de historia por todo lo alto. Lo suyo no es fortuna, sino tesón: ya van por la cuarta generación de un clan que se propuso vestir el pie femenino con diseños que dan una vuelta de tuerca a los básicos de siempre. “A nosotros nos tocó no solo considerarnos fabricantes de zapatos, sino diseñadores y distribuidores de un producto. Lo hemos intentado hacer lo mejor posible, pero creo que estamos en una posición bastante buena”, medita Pedro García. Él es el tercero al frente de la compañía con su nombre. A comienzos de los 90 entró a trabajar en la empresa familiar y tomó junto a su hermana el relevo de su progenitor. Ahora se encarga de la dirección creativa, mientras que Mila asume la gestión de producción y distribución.Para ellos, todo se remonta a aquel taller artesano que abrió su abuelo. En sus orígenes elaboraban zapatos masculinos e infantiles, pero se dieron cuenta de que si querían tener más proyección, tenían que centrarse en el diseño para mujer. El segundo Pedro García (padre del actual) fue quien internacionalizó el negocio con el salto a Estados Unidos –hoy, por cierto, su mercado mayoritario–: “Como buen empresario arriesgaba, pero comedidamente. Eso también ha quedado impregnado en nuestra forma de hacer”, dice.Cortesía de Pedro García
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Autor: Nuria Luis