
<p class="caption-title ">Sandra Barneda tuvo palabras de cariño hacia su amigo Jesús Calleja</p> <span class="caption-author ">Mediaset</span>
El final no siempre es una línea recta. A veces se dobla, se enreda o incluso llega cuando menos se espera. Y hay finales que no tienen nada de fin, porque lo que dejan detrás sigue latiendo con fuerza. Eso ocurrió en Nepal. Allí, una mujer que acostumbra a observar y analizar desde la distancia, bajó la guardia. Sandra Barneda se despidió de Universo Calleja con un nudo en la garganta y un mensaje lleno de cariño.
El llanto apareció sin previo aviso, aunque se intuía desde antes. A lo largo del viaje, Sandra ya había dejado entrever que no llegaba en su mejor momento personal tras la muerte de su sobrino. Lo que no esperaba era que, al marcharse, le costara tanto hablar. Su voz se quebraba mientras Calleja se le acercaba para abrazarla.
Mal momento personal
Marcada por un trágico sucesoLo había hecho antes, cuando la emoción la desbordó a mitad de la grabación, y volvió a hacerlo entonces, cuando le tocó despedirse. Ágatha Ruiz de la Prada, que también estaba presente, no pudo evitar emocionarse al verla así.
La frase con la que arrancó su intervención resumía toda su vivencia: “Jesús, yo vine con el corazón muy roto, sin saber si podría aguantar, pero me voy llenita de amor”. La comunicadora hizo visible la transformación interna que había vivido durante la expedición. En su rostro todavía quedaban restos de las lágrimas que no había terminado de secarse.
Sandra Barneda se rompió al compartir una herida abierta
Mediaset/captura
Ya más calmada, encontró espacio para compartir algo más sobre lo que le había supuesto esa experiencia: “Creo que esto es un ejemplo de la vida, hay que seguir y atravesar el sufrimiento y encontrarte seres maravillosos”. Una frase sencilla, pero con la que dejó claro que el viaje no había sido únicamente físico. Era otra manera de expresar que, a veces, las personas aparecen en el momento justo, como quien no busca nada y acaba encontrándolo todo.
Antes de fundirse en el abrazo final, quiso destacar lo que se llevaba consigo: “Me habéis demostrado mucha humanidad, así que gracias. Y sobre todo, gracias a ti, Jesús. Para mí eres uno de mis ángeles”. Aunque su participación concluyera allí, lo que se llevó Sandra Barneda no cabe en una mochila.
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Autor: Héctor Farrés García