
Entrevista a Suzi de Givenchy: encontrarse como mujer dentro de las pasarelasSuzi de Givenchy (Hong Kong, 1966) le dio la risa cuando el director de contrataciones de la agencia de modelos Next Management le preguntó si quería trabajar con él. “Tenía 52 años y jamás me lo había planteado porque, en mi cabeza, te fichan cuando eres adolescente, o a veces incluso más joven, no a mi edad”, recuerda. Quizá ahora no parezca una propuesta tan extravagante, pero lo era hace seis años, cuando el mundo de la moda aún comenzaba a hablar de body positivity, y aún estábamos a años luz del body neutrality. “Esta mañana le daba vueltas a aquello: todo fue cuestión de timing. Yo estaba buscando un nuevo rumbo porque mis hijos ya se habían emancipado y mi marido había fallecido –por desgracia– tres años atrás”, revela.Se refiere al ahijado del célebre diseñador Hubert De Givenchy, cuyo apellido la ha mantenido ligada al mundo de la moda desde mucho antes de 2019, cuando empezó a desfilar. En la actualidad, se ha convertido en una habitual de las pasarelas (Off-White, Balenciaga, AZ Factory, Alexander Vauthier, Vetements…) y protagoniza campañas para marcas como Schiaparelli. No obstante, quizá lo más reseñable sea su presencia cada vez más frecuente en revistas de moda, también las asiáticas, donde hasta ahora era del todo inusual la presencia de modelos de más de 30 años, cuya piel reflejara el paso del tiempo.Naciste en Hong Kong, te criaste en Long Island y llevas viviendo en Francia casi 40 años. ¿Cómo han repercutido estos contrastes en la persona que eres hoy?Es cierto que moverse así por el mundo cambia tu carácter y tu identidad. En mi caso, puedo adaptarme con facilidad a distintas situaciones; no me molesta. Me gusta conocer gente nueva y conversar.Sin duda, estas cualidades te habrán ayudado en tu carrera como modelo. ¿Cómo te embarcaste en ella?Todo se debía a mis circunstancias vitales. Yo estaba lista para algo completamente diferente en la vida. Tenía la información, analicé la situación y dije ‘sí, por qué no; lo peor que me puede pasar es que no funcione, pero en el mejor de los casos, aprenderé algo, conoceré gente y será una nueva aventura’, así que, afortunadamente para mí, funcionó y estoy pasando una época maravillosa relacionándome y descubriendo cosas sobre mí como mujer. Estoy muy agradecida.¿Qué significó abrazar esta profesión?Creo que fue muy importante, ya que me permitió demostrar a mis hijos que la vida continuaba tras la pérdida de su padre. Cuando pasa algo así, sientes que no tienes el control, pero así son las cosas y, a pesar de todo, puedes superarlo y estar abierta a las nuevas experiencias que se presenten en tu camino. Era una lección vital que quería enseñarles. A veces requiere coraje y yo tenía miedo, nunca había desfilado y no sabía posar porque en mi familia yo era siempre la que hacía las fotos (algo que sonará familiar a las madres).Además, fue muy bonito porque me sentía deseada. No de un modo sexual, sino que me hizo darme cuenta de que, más allá de ser esposa y madre, podía existir también como mujer. Ser esposa y convertirme en madre de tres hijos me hizo sentirme invisible durante mucho tiempo porque no hacía otra cosa que cuidar: asegurarme de que la casa estaba en marcha, de que mis hijos fueran al colegio, de que el trabajo fuera bien… Y cuando me llegó esta oportunidad, fue algo increíble porque me acababa de quedar viuda y mis hijos ya no me demandaban tanto. Necesitaba reencontrarme como mujer y fue una oportunidad maravillosa.Además de tu físico, ¿qué crees que te distingue de las modelos más jóvenes?Mi experiencia vital. En esta industria hay muchas mujeres bellísimas de todas las edades, pero no me considero guapa, sino más bien amable, profesional y consciente de lo que me rodea y de todo lo que quiero aprender. Y creo que cuando trabajo con modelos más jóvenes o cuando las veo, no me comparo con ellas porque no tenemos la misma edad y todas somos distintas.Tampoco eres como el resto de modelos asiáticas…Bueno, realmente soy distinta a ellas porque no hay modelos asiáticas de mi edad. Me he dado cuenta de que en este sentido soy absolutamente una anomalía. Yo tengo 58 años y es algo sobre lo que soy muy abierta; estoy orgullosa de la edad que tengo y me parece importante ser honesta; en esta industria siento que no es algo que deba avergonzarte. Mi punto fuerte es mi experiencia, mi perspectiva de la vida, que amo mi trabajo y mis ganas de vivir nuevas aventuras. Y también he descubierto de mí misma que soy muy valiente.¿Cómo fue tu primera experiencia como modelo?La historia de mi primer desfile es bastante divertida. Era de Off-White, una marca que no conocía, pero que mis hijos decían que era muy guay, así que decidí ir. Tienes que tener en cuenta que yo nunca había desfilado y que no estaba en tan buena forma como ahora porque mi marido acababa de fallecer. Los zapatos no eran de mi talla y las chicas andaban rapidísimo. Yo lo intentaba también, pero la modelo que iba delante de mí estaba cada vez más lejos. Por suerte, llevaba gafas y podía permanecer seria, porque estaba superconcentrada. Al final, lo conseguí, terminé y bajé de la pasarela. Entonces llamé a la agencia para disculparme, pensando que no iba a volver a trabajar. Ahora me río, pero fue una experiencia horrible, estaba muy estresada. Después de aquello, di clases para desfilar, de yoga… Hice todo lo que estaba en mi poder para mejorar a nivel físico y mental, para poder continuar en esta industria donde me parecía haber encontrado mi lugar.Alguna vez has mencionado que las marcas ahora necesitan algo más que caras bonitas: buscan rostros que tengan personalidad.Quizá haya marcas que no quieran que la mujer les haga sombra y solo deseen ‘perchas’ que caminen. Pero cuando tienes personalidad realmente puedes aportar algo a la ropa y a la industria. Ocurre en publicidad, en fotografía o en la pasarela. Y da igual la edad: las mujeres con carácter y una historia que contar marcan siempre la diferencia. No creo que sea algo nuevo. Mira las fotos de Irving Penn, por ejemplo. Este relato se construye con el fotógrafo y la estilista, con los que te alineas para crear una determinada historia en las fotos. Soy una amante de la fotografía, la colecciono y me encanta cuando cuentan algo, pero a veces es algo que echo en falta. Por suerte, hay mucha gente creativa que trabaja de esta manera. La moda puede considerarse frívola, pero cuando trabajas con un equipo como el vuestro, el de Vogue España, con personas que aman profundamente lo que hacen… Este sector, en definitiva, trata de eso: gente que colabora, codo con codo, en un proyecto y utiliza su creatividad para contar una historia bonita en una foto o, incluso, en un desfile.¿Qué dirías a las mujeres de tu edad que se sienten inseguras por cómo están envejeciendo?Dejad de compararos, sed amables con vosotras mismas; este es el cuerpo que se nos ha dado y tenemos suerte de estar vivas, de estar aquí. Encontrad algo que os apasione. Tener pasión en la vida te embellece: ya sea salir a caminar, hacer croché, pintar, cocinar… Y si no estás contenta con tu aspecto, tienes permiso para cambiar. Yo me tiño el pelo porque empecé a tener canas y no estaba lista para aceptarlas –aunque hay que tener cuidado con los productos que usas, eso también es verdad–. Sé amable contigo misma y quiérete. Eres la persona con la que más tiempo pasas en la vida: ten una historia de amor contigo misma. De verdad creo que en los últimos dos años no tuve a nadie en mi vida y logré mantener ese affaire conmigo misma y aprendí todo tipo de cosas sobre mí, sobre quién quería ser como mujer, también de qué no estaba tan orgullosa, y es algo sobre lo que he estado trabajando. Se nos olvida que la vida no va sobre encontrar a alguien que nos ame, sino de amarnos nosotras mismas. Y todas somos capaces de querernos del mismo modo en que estamos abiertas a querer a los demás. Es muy importante, pero se nos olvida.
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Autor: Violeta Valdés