
Creado:
9.04.2025 | 22:04
Actualizado:
9.04.2025 | 22:04
La respuesta es sí, pero requiere planificación, paciencia y conocimiento del comportamiento felino. A diferencia de los perros, los gatos no suelen disfrutar de los desplazamientos. Son animales muy territoriales, apegados a sus rutinas y sensibles a los cambios de entorno. Por eso, un viaje en coche —con su ruido, movimiento y olores desconocidos— puede ser una fuente importante de estrés para ellos.
Sin embargo, con los preparativos adecuados, el viaje puede transformarse en una experiencia mucho más llevadera, tanto para el animal como para el humano. Aquí te explicamos cómo conseguirlo paso a paso.
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José Manuel González Torres
1. Elegir el transportín adecuado: seguridad y comodidad ante todo
No es ningún secreto que viajar con un gato suelto por el coche no solo es una mala idea, sino que también es ilegal y peligroso. El transportín no es opcional: es el elemento de seguridad más importante para todos.
¿Qué características debe tener un buen transportín?
Estructura rígida y ventilada, que proteja al gato en caso de frenazos o impactos.
Tamaño adecuado: lo bastante amplio para que el gato pueda girar y estirarse, pero no tanto como para que se desplace en exceso durante el viaje.
Accesibilidad: modelos con apertura superior facilitan la entrada y salida del gato, sobre todo si es temeroso.
Fácil de limpiar: los accidentes pueden ocurrir.
Antes del viaje, es recomendable familiarizar al gato con el transportín. Déjalo abierto en casa varios días antes del trayecto, colócale una manta o prenda con tu olor y permite que el animal lo explore a su ritmo.
2. Preparar el interior del coche: crear un entorno controlado
El coche debe convertirse en una extensión segura del hogar durante el viaje. Para ello, ten en cuenta los siguientes aspectos:
Climatización
Los gatos son muy sensibles a la temperatura. Asegúrate de que el coche esté bien ventilado y a una temperatura constante. Evita corrientes de aire directo y, si hace calor, activa el aire acondicionado antes de subir al animal.
Ruido y estímulos
Baja el volumen de la música, evita ruidos bruscos y habla con un tono calmado. Un entorno tranquilo reduce significativamente el estrés.
Fijación del transportín
Coloca el transportín en el asiento trasero, preferiblemente con el cinturón de seguridad abrochado para evitar que se mueva en curvas o frenazos. Nunca debe ir en el asiento delantero si hay airbag activo.
3. Preparar al gato para el viaje: anticipación y rutina
Los gatos detectan cambios en la rutina, por lo que es importante no alterar bruscamente su día a día antes del viaje.
Consejos previos al desplazamiento:
No lo alimentes al menos dos o tres horas antes de salir, para evitar mareos o vómitos.
Evita el estrés previo: si tú estás nervioso, el gato lo notará.
Llévalo al veterinario si es un trayecto largo, para descartar problemas de salud y, si fuera necesario, consultar el uso de feromonas o sedantes suaves.
Las feromonas sintéticas en difusores o sprays (como Feliway) pueden ser aliadas útiles. Rocía el transportín unos 15 minutos antes de meter al gato y notarás una diferencia en su nivel de ansiedad.
4. Durante el viaje: monitorea y actúa con calma
Una vez en marcha, es crucial mantener la serenidad. Si el gato maúlla mucho al principio, no te alarmes: es su manera de expresar incomodidad, pero suele calmarse tras unos minutos.
Qué hacer y qué evitar:
Habla en voz baja de vez en cuando para tranquilizarlo. Te ayudará a mejorar la comunicación con tu gato y a hacerle sentir más relajado y a gusto.
No abras el transportín durante el trayecto, ni siquiera si maúlla mucho.
Nunca lo saques del coche sin arnés y correa. Aunque sea un gato tranquilo, puede asustarse y huir.
En viajes largos, realiza paradas cada dos o tres horas para ofrecerle agua, revisar su estado y, si es posible, permitirle usar una pequeña caja de arena portátil en un entorno controlado.
5. Llegada al destino: adaptación progresiva
Al llegar, es clave crear un espacio seguro y cerrado donde el gato pueda adaptarse al nuevo entorno sin sobresaltos.
Recomendaciones para la llegada:
Prepara una habitación tranquila con sus objetos habituales: arenero, comedero, manta, rascador…
Abre el transportín y deja que salga por sí mismo.
No lo obligues a explorar ni lo persigas. Dale tiempo.
En las primeras horas o días, mantenlo dentro de un espacio limitado hasta que se familiarice con los nuevos olores y sonidos.
Si vas a estar muchas horas en carretera o te mudas a otro lugar, los cuidados deben intensificarse.
Qué tener en cuenta antes de viajar en coche con gatos:
Lleva un kit de viaje felino con: agua, comida seca, bolsas de basura, toallitas húmedas, mantas, una bandeja de arena portátil y bolsas higiénicas.
Si el viaje es internacional, infórmate sobre documentación, vacunación y requisitos de entrada del país de destino.
Algunos gatos muy nerviosos pueden beneficiarse de un tratamiento con ansiolíticos recetados por el veterinario. Nunca mediques por tu cuenta.
Conclusión: paciencia, empatía y previsión
Viajar con gatos en coche puede parecer una tarea difícil, pero con preparación, cariño y las herramientas adecuadas, es perfectamente posible. Cada gato es único: algunos se adaptan rápidamente y otros requieren más tiempo. Lo importante es respetar sus tiempos, ofrecer seguridad y evitar forzar situaciones.
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Recordemos que, para un gato, el viaje no es solo una transición geográfica: es una ruptura temporal de su mundo conocido. Ayudarlo a sentirse seguro, comprendido y acompañado es el verdadero secreto para que el trayecto sea una experiencia sin estrés.
Fuente:
Autor: mgcirac