
Creado:
11.04.2025 | 02:37
Durante la Segunda Guerra Mundial, millones de mujeres soviéticas desafiaron las convenciones sociales y los mandatos de género para participar directamente en el esfuerzo bélico. No lo hicieron solo como enfermeras o ayudantes, sino también como francotiradoras, aviadoras y partisanas. Su contribución fue decisiva, aunque durante décadas permaneció ensombrecida por el relato heroico masculino. Hoy, gracias al trabajo de las historiadoras y la desclasificación de archivos, es posible reconstruir sus historias con una precisión que restituye su valor en la memoria colectiva.
Desde el inicio del conflicto, la Unión Soviética adoptó una estrategia de movilización total de la población. A diferencia de otros países, el régimen soviético no solo permitió, sino que fomentó el alistamiento de mujeres en el Ejército Rojo. Así, más de 800.000 mujeres sirvieron de forma oficial en sus filas, de las cuales cerca de 200.000 estuvieron directamente en el frente.
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El discurso comunista igualitario fue determinante en este fenómeno. La ideología soviética, que promovía la participación femenina en todas las esferas de la sociedad, halló en la guerra un terreno fértil para llevar esta premisa al extremo. Por ello, las mujeres combatieron no solo por su patria, sino también por demostrar que la emancipación socialista era una realidad incluso en el campo de batalla.
Pavlichenko, la letal francotiradora soviética. Fuente: Израиль Абрамович Озерский/Wikimedia
Francotiradoras: precisión mortal al servicio del Ejército Rojo
Una de las figuras más emblemáticas del cuerpo femenino soviético fue la francotiradora. Estas combatientes, entrenadas con rigurosidad en técnicas de camuflaje y tiro de precisión, se convirtieron en un recurso letal para frenar el avance alemán. Lyudmila Pavlichenko, con 309 bajas confirmadas, es la francotiradora más célebre y una de las más letales de la historia.
Pavlichenko combatió en Odesa y en Sebastopol. La hirieron en combate en 1942, pero, ese mismo año, viajó a Estados Unidos como parte de una delegación soviética. Allí pronunció un célebre discurso en el que cuestionó a los periodistas que se interesaban más por su peinado que por su puntería. Su figura fue instrumental en la propaganda soviética, que la presentó como ejemplo de la nueva mujer soviética: fuerte, decidida y patriótica.
Además de Pavlichenko, otras francotiradoras destacadas fueron Roza Shanina, con 59 muertes registradas, y Aliya Moldagulova, que falleció en combate en 1944. Se la condecoró de forma póstuma con el título de Heroína de la Unión Soviética. Estas mujeres operaban en condiciones extremas, muchas veces sin relevo ni apoyo logístico.
Recreación fantasiosa de aviadoras. Fuente: Midjourney/Erica Couto
Médicas y enfermeras: heroísmo en las líneas de fuego
La labor de las médicas y enfermeras soviéticas también resultó esencial durante el conflicto. Muchas de ellas arriesgaron su vida a diario para rescatar heridos del frente o asistir a los enfermos bajo fuego enemigo. Se estima que más de 40.000 mujeres ejercieron funciones médicas en el Ejército Rojo.
Una de las figuras más notables fue la doctora Vera Salieva. Organizó puestos de primeros auxilios en condiciones precarias, sin apenas medicinas ni instrumentos quirúrgicos. Muchas de estas mujeres improvisaron hospitales de campaña en sótanos, fábricas abandonadas o incluso en trincheras, mostrando una capacidad de adaptación extraordinaria.
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En este contexto también se destaca Zinaida Tusnolobova, una enfermera que, tras quedar gravemente herida en combate y perder las extremidades, escribió una carta pública jurando venganza. Su testimonio se utilizó como símbolo del sacrificio femenino y generó una ola de respuesta patriótica entre los soldados soviéticos.
Partisanas: guerra de guerrillas y resistencia femenina
Fuera del frente regular, miles de mujeres participaron en la resistencia partisano-soviética contra la ocupación nazi. Desempeñaron roles cruciales como saboteadoras, mensajeras y combatientes en operaciones encubiertas. Las partisanas operaban en los bosques, en las ciudades ocupadas y en los territorios más hostiles, donde la represión nazi era brutal.
Una de las partisanas más famosas fue Zoya Kosmodemyanskaya, a quien capturaron y ejecutaron los alemanes en 1941, con apenas 18 años. Su muerte se utilizó como emblema de heroísmo por parte del gobierno soviético. La propaganda convirtió a Zoya en mártir y símbolo de la resistencia popular, se erigieron estatuas y se renombraron calles en su honor.
Yelena Mazanik fue otra figura clave. Participó en el atentado que acabó con la vida de Wilhelm Kube, un alto cargo nazi en Bielorrusia. Mazanik se infiltró como trabajadora doméstica en la casa de Kube y colocó una bomba en su dormitorio. Este acto de resistencia tuvo un impacto simbólico enorme y demostró, una vez más, que las mujeres podían ejecutar acciones de alta peligrosidad estratégica.
Recreación ficticia de las mujeres que combatieron en el ejército soviético durante la Segunda Guerra Mundial. Fuente: midjourney/Erica Couto
Reconocimiento y silencios: memoria de las combatientes
Pese a su enorme contribución, el reconocimiento de las mujeres combatientes soviéticas no rfue homogéneo. Si bien algunas recibieron condecoraciones oficiales, muchas otras fueron olvidadas o relegadas a papeles secundarios en la narrativa oficial. Con la llegada de la posguerra, el discurso volvió a enfatizar los roles tradicionales de género.
Durante décadas, los testimonios de estas mujeres fueron marginados o utilizados con fines propagandísticos. No fue hasta el colapso de la URSS y la apertura de archivos que pudo reconstruirse con precisión el alcance de su participación. Investigaciones recientes, como las de Svetlana Alexiévich en La guerra no tiene rostro de mujer, han sido claves para sacar a la luz estos relatos. La obra recoge voces anónimas que narran con crudeza las experiencias del frente, el miedo, la sangre, pero también el orgullo y la sororidad.
Hoy, el ejemplo proporcionado por las mujeres soviéticas no solo reescribe la historia de la Segunda Guerra Mundial, sino que invita a reflexionar sobre el papel de las mujeres en los conflictos armados y la forma en que la historia las ha representado. Más allá de la propaganda, sus trayectorias muestran valentía, resiliencia y un profundo compromiso político.
Referencias
Gómez Trillo, Miguel Félix y Antonio Gámez Higueras. 2023. Mujeres en la Segunda Guerra Mundial. Madrid: Pinolia.
Fuente:
Autor: ericacouto