
<span class="image__caption">Descubren cómo la domesticación de ovejas hace 11.000 años transformó la historia. Foto: Istock/Wikimedia/Christian Pérez</span>
Publicado por
Christian Pérez
Redactor especializado en divulgación científica e histórica
Creado:
1.02.2025 | 16:55
Actualizado:
1.02.2025 | 16:55
La relación entre humanos y ovejas se remonta a más de 11.000 años, y su domesticación no solo garantizó alimento y abrigo, sino que transformó la forma en que las sociedades antiguas prosperaron y se expandieron. Ahora, un nuevo estudio genético arroja luz sobre cómo estos animales fueron moldeados por la mano humana a lo largo de milenios, revelando conexiones sorprendentes entre migraciones, economía y evolución.
El origen de la domesticación: un punto de inflexión en la historia
Hace más de 11.000 años, en la región que hoy conocemos como Turquía, los primeros pastores comenzaron a domesticar el muflón salvaje, el ancestro de las ovejas modernas. Esta domesticación marcó un hito en la historia humana, ya que permitió a las comunidades neolíticas asegurar una fuente estable de carne, leche y lana.
El estudio genético más reciente ha analizado muestras arqueológicas de ovejas que abarcan más de 12.000 años, desde Mongolia hasta Irlanda. Los resultados muestran que la domesticación no fue un evento aislado, sino un proceso continuo en el que los humanos seleccionaron ciertos rasgos a lo largo del tiempo. Uno de los cambios más evidentes se produjo hace unos 8.000 años, cuando los primeros agricultores europeos comenzaron a elegir ovejas con colores específicos de pelaje, lo que constituye una de las primeras evidencias de selección artificial en animales domesticados.
Recipiente ceremonial con soporte de dos carneros, fechado entre 2600 y 2500 a. C. Fuente: Wikimedia
Pero el impacto de la domesticación ovina fue mucho más allá de la mera cría de animales. A medida que los rebaños crecían, las sociedades humanas se volvieron más sedentarias, lo que condujo al desarrollo de aldeas permanentes y, con ello, al auge de la agricultura y la ganadería como pilares de la civilización.
Un hallazgo diminuto: arqueólogos descubren en China un gato del tamaño de la palma de la mano que convivió con nuestros antepasados hace 300.000 años
El papel de las ovejas en las migraciones y el comercio antiguo
El estudio también revela un hecho fascinante: la expansión de las poblaciones humanas estuvo estrechamente ligada al movimiento de sus rebaños. Hace unos 7.000 años, con la expansión de las ciudades mesopotámicas, las ovejas domesticadas comenzaron a extenderse por el Creciente Fértil y más allá.
Más tarde, hace aproximadamente 5.000 años, las grandes migraciones de pastores de las estepas euroasiáticas transformaron Europa y Asia Central. Estos movimientos de poblaciones humanas no solo introdujeron nuevas lenguas y costumbres, sino que también llevaron consigo a sus ovejas, alterando la genética de las poblaciones ovinas locales. Se ha descubierto que casi la mitad del ADN de las ovejas europeas en la Edad de Bronce proviene de estos grupos migratorios, lo que confirma que el desplazamiento humano y animal estaban íntimamente conectados.
Las ovejas no solo eran una fuente de alimento, sino también un motor económico. Su lana, resistente y fácil de trabajar, se convirtió en uno de los primeros productos textiles en el mundo antiguo. Su comercio fue tan importante que impulsó la creación de rutas comerciales, llevando la influencia de unas civilizaciones a otras.
Los humanos han convivido con las ovejas durante más de 11.000 años, siendo una de las primeras especies domesticadas y un pilar fundamental en el desarrollo de las sociedades antiguas. Foto: Istock
El surgimiento de la industria de la lana y la revolución textil
Uno de los momentos clave en la historia de la oveja fue la aparición de la industria de la lana. Mientras que al principio estos animales eran criados principalmente por su carne y leche, con el tiempo la lana se convirtió en un bien esencial.
Durante la Edad del Bronce, las civilizaciones mesopotámicas comenzaron a criar ovejas con un pelaje más abundante y homogéneo, lo que facilitó la producción textil a gran escala. Este cambio tuvo enormes repercusiones económicas, ya que permitió a las ciudades antiguas comerciar con lana y productos derivados, estableciendo una de las primeras industrias textiles de la historia.
En la época romana, el comercio de lana era tan valioso que algunas regiones llegaron a especializarse en la cría de ovejas para abastecer a los mercados imperiales. Las ovejas españolas, por ejemplo, eran altamente apreciadas por su lana de alta calidad, lo que sentó las bases para el futuro auge de la industria lanera en la Edad Media.
Impacto cultural y genético en la actualidad
El estudio genético de los restos ovinos ha demostrado que, a pesar de los cambios en el tiempo, muchas de las modificaciones introducidas por los antiguos pastores siguen presentes en las ovejas modernas. La selección de ciertos genes relacionados con la producción de lana y la resistencia a enfermedades permitió a las ovejas adaptarse a diferentes entornos y necesidades humanas.
Este vínculo entre ovejas y humanos no es solo una historia del pasado. En la actualidad, la cría selectiva sigue siendo una herramienta clave en la industria ganadera, y las investigaciones genéticas pueden ayudar a comprender cómo adaptar mejor las ovejas a los cambios climáticos y a las demandas del mercado global.
El hecho de que las ovejas hayan sido parte de la historia humana durante más de 11.000 años es una prueba de su importancia en nuestra evolución como sociedad. Desde las primeras aldeas neolíticas hasta la actualidad, estos animales han sido una pieza clave en la construcción de civilizaciones, facilitando la alimentación, la economía y la expansión cultural de la humanidad.
Un grupo de científicos de distintos países ha rastreado la travesía prehistórica de las ovejas mediante el estudio de su ADN antiguo. Foto: Istock
Una historia de coevolución
El reciente estudio sobre la domesticación de ovejas no solo nos ayuda a comprender mejor el pasado, sino que también nos ofrece pistas sobre el futuro de la ganadería y la genética animal. A lo largo de la historia, la humanidad ha moldeado a estos animales para satisfacer sus necesidades, y a su vez, la cría de ovejas ha influido en la forma en que vivimos y nos organizamos como sociedad.
Un hallazgo clave sobre los neandertales: análisis de ADN revela cómo sus grupos sanguíneos influyeron en su desaparición y la supervivencia de los sapiens
El papel de las ovejas en la historia es innegable: han acompañado a los humanos en sus migraciones, han sido clave en la economía de imperios antiguos y han permitido el desarrollo de una de las primeras industrias textiles del mundo. Su historia es, en definitiva, también la nuestra.
Referencias
Kevin G. Daly et al., Ancient genomics and the origin, dispersal, and development of domestic sheep. Science 387, 492-497 (2025). DOI: 10.1126/science.adn2094
Fuente:
Autor: christianperez